Sequía e inundaciones, principales problemáticas que afronta la Confederación Hidrográfica del Segura

La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) se encuentra ante un año hidrológico desafiante, marcado por una alarmante escasez de precipitaciones. Esta situación plantea cuestiones cruciales sobre cómo afectará a los usuarios de la cuenca, especialmente en lo que respecta al suministro de agua y el riego agrícola. 

Mario Urrea, presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura subraya que «el agua para el abastecimiento está asegurada en toda la Demarcación del Segura gracias a la gestión eficaz y eficiente que se hace del denominado mix del agua por la Mancomunidad de los Canales del Taibilla, mediante los recursos propios de las aguas del rio Taibilla, la del ATS y la de la desalación». Pero, por otra parte, plantea como una cuestión distinta el uso de regadío, el cual sí que se ve afectado por las menores disponibilidades de recurso en los embalses, «de no producirse lluvias en cuantía elevada y en las zonas de cabecera, implicarían el agravamiento de la situación y la necesidad de aplicar restricciones en el muy corto plazo».

Sin embargo, ante la actual amenaza de sequía extraordinaria, el presidente de CHS explica que es algo que tienen presente pero que «está perfectamente protocolizado en los Planes Especiales de Sequía (PES) y en los Planes de Emergencia que deben tener los municipios de más de 20.000 habitantes». Por tanto, si ocurre esta situación, se acordarán restricciones moderadas para el primer semestre del año hidrológico 2023-2024, revisables según la evolución de la situación hidrológica.

Plan Especial de Sequía

En caso de que no se produzcan lluvias, desde CHS se incide en que el Plan Especial de Sequía garantizaría el abastecimiento a la población que atiende la Mancomunidad de Canales del Taibilla. Además, Urrea expone que «como última acción se pondría en explotación la Batería Estratégica de sondeos, así como la movilización de aquella agua desalada que no se estuviera produciendo, todo ello una vez promulgado por el Gobierno de España la normativa específica de sequía preceptiva».

Nuevo Plan de Gestión de Riesgo de Inundaciones (PGRI)

A esta problemática también se suman las lluvias torrenciales, las cuales pueden afectar de manera negativa produciendo inundaciones. Para hacer frente a esta situación, el presidente de la Confederación recalca la puesta en marcha del nuevo Plan de Gestión de Riesgo de Inundaciones (PGRI), «este distingue distintos tipos de medidas, de prevención, protección, preparación y recuperación, si finalmente se producen estas inundaciones».

Según indica, estas inversiones tienen un presupuesto de 733 millones de euros y se ubican en aquellas áreas de riesgo potencial y significativo frente a las inundaciones (ARPSI) dentro del Dominio Público Hidráulico (DPH) como son la zona del Guadalentín, el Mar Menor y la Vega Baja. Además, muy próximamente se van a realizar una serie de sesiones de participación pública para dar a conocer a la sociedad civil los contenidos del PGRI, incidiendo asimismo en las actuaciones de conservación y mantenimiento ordinario de cauces. 

Plan de infraestructuras

Desde la DANA de 2019 la CHS ha iniciado un ambicioso plan de infraestructuras para reducir esa vulnerabilidad, básicamente en tres zonas: Guadalentín, Mar Menor y Vega Baja del Segura. A fecha de hoy todos los proyectos que surgieron de los estudios previos de la propia CHS, y los que realizaron las Universidades Politécnicas de Cartagena y Valencia, o están ya redactados y en tramitación administrativa y ambiental o se encuentran en redacción. «Nuestro compromiso fue ejecutar la mayor parte de las actuaciones en el horizonte 2027, y creo sinceramente que lo podemos cumplir», señala Mario Urrea.