TORREVIEJA

Doce años de abandono y ruina en Torrevieja

La casa protegida de la calle Azorín propiedad del Ayuntamiento valorada en 1,3 millones en 2011 muestra los efectos de la falta de atención municipal

El Ayuntamiento debe actuar ahora para que no se venga abajo

Interior del edificio municipal adquirido por permuta en 2011

Interior del edificio municipal adquirido por permuta en 2011 / JOAQUÍN CARRIÓN

D. Pamies

D. Pamies

El Ayuntamiento de Torrevieja ha impulsado en los últimos días un contrato para decidir qué va a hacer con la vivienda protegida de la calle Azorín 20 que adquirió en 2011 y de la que no se ha ocupado en los últimos 12 años. Las arcas municipales no están para más proyectos de envergadura y de momento se pide diseñar una actuación que lo pueda mantener en pie.

Oficinas municipales

En un futuro se plantearía que albergara dependencias municipales. El pasado 7 de diciembre organizó una visita a las instalaciones para que las empresas interesadas en redactar el proyecto conocieran su estado. El aspecto que presenta el interior del inmueble, una vivienda singular de la burguesía local de mediados del siglo XIX y que el PGOU protegía por su valor patrimonial, muestra un estado de conservación muy deficiente.

Aspecto de una de las dependencias del interior de la vivienda de la calle Azorín 20

Aspecto de una de las dependencias del interior de la vivienda de la calle Azorín 20 / JOAQUÍN CARRIÓN

La permuta

Está claro que el alcalde en 2011, Pedro Hernández Mateo, no hizo un buen negocio -para el Ayuntamiento- a la hora de llevar a cabo la permuta porque el municipio, visto lo visto, no tenía definido para nada un uso concreto de la propiedad.

Sin embargo, se valoró en nada más y nada menos que 1,3 millones de euros una parcela de 320 metros cuadrados de planta baja y una altura - a todas luces un precio muy superior al real-, aunque la tasación pudo tener en cuenta que existe la posibilidad levantar varias plantas mientras se respete la fachada.

Saneamiento de la fachada de la vivienda de la calle Azorín 20 por caída de cascotes en una imagen captada hace un año

Saneamiento de la fachada de la vivienda de la calle Azorín 20 por caída de cascotes en una imagen captada hace un año / H. Pamies

A cambio el municipio entregó -y perdió- 3.493 metros cuadrados de suelo en el polígono industrial que los promotores de la permuta vendieron a su vez, entre otros usos, a la empresa que ubicó el nuevo tanatorio de Torrevieja.

Interior diáfano de la planta baja de la propiedad municipal protegida en la calle Azorín 20

Interior diáfano de la planta baja de la propiedad municipal protegida en la calle Azorín 20 / JOAQUÍN CARRIÓN

Recuperación patrimonial

El Ayuntamiento ha difundido el inicio del proyecto -de momento con una partida limitada a 15.000 euros- para evitar la ruina como una gestión para preservar el patrimonio local, en un momento en el que la sensibilidad de los torrevejenses está a flor de piel por la pérdida del kiosco el Tintero, derribado por la dirección general de Costas, sin que el municipio llegara a tiempo para evitarlo.

Ha sido la falta de actuación municipal, con dos mandatos del PP y uno de un gobierno de coalición de izquierdas lo que ha acelerado el deterioro del inmueble. Además del pésimo estado general y de la cubierta interior de uralita, aparecen muebles arrumbados e indicios de entradas de curiosos. Solo hace unos meses que el Ayuntamiento, que ya anunció actuaciones de mayor envergadura en el pasado mandato sin llevarlas a cabo, ha reforzado el cierre de ventanas y puerta.


DE GRAN BAZAR A FINALES DEL SIGLO XIX A EDIFICIO OLVIDADO Y SIN USO

El edificio protegido al que el equipo de gobierno del Ayuntamiento asegura que quiere, por fin, dar uso, se levantó a finales del siglo XIX por el comerciante local Ramón Samper, ligado a la floreciente burguesía local del comercio de cabotaje de finales de ese siglo y principios del XX. Cuenta con 319 metros cuadrados, planta baja y una altura. 

El inmueble acogió un popular establecimiento, el «Bazar El Siglo», un tipo de negocio que se popularizó en esa época en la ciudad, y que ofrecía un enrome registro de productos de calidad importados, según explica el cronista oficial de Torrevieja, Francisco Sala.

Décadas después el bajo, que ocupaba el bazar, sucesivamente fue arrendado a la Nueva Compañía Salinas de Torrevieja para ser la sede de la Agrupación de Educación y Descanso del Grupo de Empresa.

Según señala Sala, durante varios años sirvió también para llevar a cabo la venta de turrones en fechas cercanas a la Navidad. Funcionó como sede en los bajos de la «Asociación de Jubilados Unión Democrática de Pensionistas», y acabó volviendo a sus orígenes: como un «pequeño bazar», una tienda dedicada a la venta de artículos de «Todo a Cien», siendo declarado y catalogado el edificio como «casa protegida» en el Plan General de 1986 y adquirido por el Ayuntamiento a través de una permuta en 2011.