Los parques solares ofrecen 3.200 euros por hectárea al año en el alquiler de suelo de regadío

¿Por qué un regante de toda la vida decide poner en alquiler su suelo por 40 años y dejar de trabajar su tierra para que se instalen placas solares? Lógicamente, por motivos económicos, la seguridad de una renta anual de 3.200 euros por hectárea arrendada -de media-. Es lo que figura en los acuerdos de arrendamiento, firmados ante notario, a los que han llegado los propietarios de tierras con el fondo de inversión en renovables que ha diseñado y tramitado la planta solar Vega del Segura. La primera de la comarca de gran entidad autorizada por la Administración, con 82 megavatios pico de potencia instalada prevista. Un parque solar «de los grandes», que ahora se ha ofrecido al Gobierno para dotar a la desaladora de Torrevieja, y en este sentido está manteniendo reuniones en los últimos días.

Renta anual

La empresa cuenta con acuerdos para cubrir de placas 174 hectáreas. Garantiza una renta anual de 1.000 euros por hectárea en el momento actual en el que el proyecto ya cuenta con evaluación ambiental favorable y 3.000 euros cuando se arranquen los árboles y comiencen las obras. Se abona de una vez de forma anual. Las empresas especializadas lo intentaron en primer lugar con suelos de secano en la comarca, mucho más asequibles pero situados en el entorno del Paisaje Protegido de Sierra Escalona. Los proyectos, planteados en aluvión entre 2020 y 2022, fueron desestimándose uno a uno. Y ni lo han intentado en la huerta tradicional, de alto valor agrícola y con una estructura de la propiedad mucho más segmentada.

Santo Domingo

En el caso de la Planta Vega del Segura, impulsada por el fondo de renovables Everwood Capital, se dan distintas situaciones en las que los propietarios de suelos de nuevos regadíos -los que llegaron con el trasvase Tajo-Segura- prefieren abandonar la actividad y ceder su suelo por cuatro décadas a la generación de energía solar. Una amplia zona afectada por el proyecto parte de la Comunidad de Regantes de Santo Domingo, que cuenta con unos 230 usuarios y 1.300 hectáreas de superficie regable, aunque llegó a sumar 1.800. Se trata de una zona dotada por el trasvase del Tajo-Segura con algo más de dos hectómetros de agua al año desde principios de los años 80 -la comunidad se constituyó en 1985-.

Una hectárea de cítricos -sobre todo limón- necesita entre 6.500 y 12.000 metros cúbicos al año de agua. La concesión solo da para 1.600 metros cúbicos por hectárea, aunque también cuenta con recursos de agua regenerada de las depuradoras de Algorfa y Orihuela Costa, pozos autorizados -normalmente con una importante carga de salinidad- y opción a solicitar caudales de la desaladora de Torrevieja. Con todo, arrastra un importante déficit hídrico. La concesión no es suficiente para todos los usuarios.

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Garantía

Al arrendar se garantizan una renta anual frente a la incertidumbre de la actividad agrícola. Por ejemplo, la desastrosa campaña de limón de este año -el cultivo protagonista de estas tierras que se asoman a la laguna de Torrevieja- ha supuesto una inversión en la cosecha de entre 7.000 y 9.000 euros por hectárea. Es lo que cuesta el trabajo de los jornaleros, fertilizantes, energía para bombeos, infraestructuras y agua -un 30% del total del gasto-.

Pese a que la cosecha ha sido de récord este año, el fruto se ha quedado en los árboles porque los exportadores, ante la sobreoferta, no han pagado el limón. .

Frente a esto, la alternativa de un ingreso seguro de 3.000 euros por hectárea genera pocas dudas. La reducción del ámbito regable al instalar placas beneficia además al resto de la Comunidad.

En teoría, si la CHS no dispone lo contrario, contaría con la misma concesión de agua con una superficie regable menor. Otra situación es la de propietarios que cuentan con suelo agrícola pero no son agricultores. Sacar adelante los cítricos, incluso con respaldo financiero, exige continuidad, trabajo y una enorme paciencia. A veces con un resultado escaso. La alternativa: el arrendamiento seguro. Aunque no todas las campañas son iguales. Si el precio es justo un agricultor puede facturar hasta 30.000 euros por hectárea de limones -que es además el mejor de Europa-.

El negocio inmobiliario

Por último, y como no podía ser de otra forma en las tierras del Bajo Segura más cercanas a la costa como es el caso, están las expectativas frustradas de quienes compraron miles de metros cuadrados durante los primeros años 2000 porque todo iban a ser viviendas turísticas: un grupo de empresarios adquirió una importante bolsa de suelo entre Orihuela, Algorfa y Los Montesinos. Estas tierras están ahora abandonadas. Pero incluso en los florecientes años del ladrillo a la Administración autonómica aquello le pareció un exceso y bloqueó los proyectos que no se contemplaran en un Plan General. Almoradí acaba de aprobar el suyo. Le ha costado dos décadas y, ni de lejos, contempla urbanizar esos terrenos. Ahora los propietarios recuperarán una parte de su inversión.