La comunidad académica y expertos en deportes asisten al homenaje al campellero de adopción Gabriel Real Ferrer

Las instalaciones del Museo Ocean Race del Puerto de Alicante acogieron el jueves una jornada de trabajo y debate con la que la comunidad académica y expertos nacionales en materia deportiva en homenaje al catedrático y campellero de adopción Gabriel Real Ferrer, considerado uno de los padres del derecho del deporte. Bajo el título genérico de “Una vida dedicada al derecho público”, durante la jornada se desarrollaron una serie de mesas redondas técnico-científicas con participación de diferentes doctores en diversas especialidades y disciplinas, según ha informado este viernes el Ayuntamiento de El Campello.

Al margen de las materias objeto de debate, el acto tuvo un punto de inflexión cuando el alcalde de El Campello, Juanjo Berenguer (PP), tuvo unas palabras de agradecimiento hacia Gabriel Ferrer por su vinculación personal y profesional con el municipio en el que tiene fijada su residencia.

Gabriel Ferrer fue uno de los fundadores del Instituto de Ecología Litoral, se integró en las fiestas de Moros y Cristianos en la comparsa Pollosos, y como regatista en el Club Náutico.

“Mi presencia aquí, como alcalde de El Campello y por tanto en nombre de todo el pueblo, es para poner el valor el trabajo que el homenajeado ha realizado a lo largo de muchos años en el municipio… De cuanto ha hecho entre nosotros destaco el hecho de haber sido uno de los fundadores del Instituto de Ecología Litoral, un organismo que, de forma rigurosa y científica, vela por el bienestar de nuestra costa, analiza sus mareas y circunstancias, alerta cuando observa algún peligro o daño, y aconseja”, dijo Juanjo Berenguer.

El alcalde, acompañado por el concejal de Deportes Cristian Palomares, impuso al homenajeado una insignia oficial del municipio, y le regaló un ejemplar del libro “El viaje de El Campello: 120 años de municipio, milenios de historia”, editado por el Ayuntamiento y encargado a Gerardo Muñoz.

Entre los asistentes también estaba un nutrido grupo de campelleros, que no quisieron perder el acto y la foto de familia.