El matrimonio de San Vicente que recuperó sus ahorros: «Hemos sufrido mucho, firmé 30 folios fiándome del banco»

Vicente y Mari Nieves, a los que una entidad le cambió un plazo fijo por un fondo de inversión sin tener el test de idoneidad, respiran aliviados tras recobrar 50.000 euros

Mari Nieves y Vicente, delante de la oficina de la OMIC de San Vicente

Mari Nieves y Vicente, delante de la oficina de la OMIC de San Vicente / L. Gil López

L. Gil López

L. Gil López

«Lo hemos pasado muy mal. No contábamos ya ni con recuperar el dinero». Así de apesadumbrados se sintieron los últimos meses Vicente y Mari Nieves, un matrimonio de San Vicente del Raspeig de 78 y 72 años que un buen día decidió destinar 50.000 euros del dinero que tenía en su entidad financiera, de los ahorros de toda una vida, a un producto a plazo fijo para conseguir una pequeña rentabilidad. 

Hasta aquí todo bien, pero un par de años más tarde personal del banco les ofreció otro con el que podrían «mejorar, conseguir más dinero», por lo que, confiados, firmaron lo que les aconsejaron. Cuál fue su sorpresa cuando en 2022, llegada la fecha de vencimiento del depósito, la pareja se dirigió a la oficina para retirar sus fondos y el banco ya no les dejaba sacar el dinero.

Finalmente, y con el asesoramiento de la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) de San Vicente, han logrado recuperar sus ahorros, como ya informó este diario

Ahora, Vicente y Mari Nieves quieren contar cómo fue el proceso, el sufrimiento pasado y, finalmente, la alegría al aceptar la entidad devolverles el dinero. Eso sí, tras dictaminar la Comisión Nacional del Mercado de Valores, perteneciente al Ministerio Economía, Comercio y Empresa, una resolución favorable a sus intereses del matrimonio ya «la entidad no acredita haber realizado ningún test de idoneidad ni, en su defecto, cómo ha obtenido los datos necesarios sobre la situación financiera ni objetivos de inversión de la mujer».

"Soy conservador, no me habría cambiado si había riesgos con el dinero»

Vicente Balaguer

Según narra Vicente, un par de años después de haber contratado el plazo fijo, desde el banco les explicaron que se podían cambiar a un producto que les iba a suponer mejorar la rentabilidad: «Nos lo vendieron muy bien y yo soy un cliente de muchos años y acepté».

Entonces le hicieron firmar una ristra de documentos, pero él no sospechó en ningún momento. «Firmé como 30 folios, yo no podía leerlos todos porque necesitaría tres días y no tenía ni las gafas, lo hice sin mirar».

«No tengo ni estudios»

Fue años después, cuando se acercó a la oficina para recuperar el dinero, cuando se encontró con la sorpresa. «Entonces me dijeron que en los papeles ponía que yo era muy consciente de lo que había firmado, que tenía estudios, cuando yo no he tenido la suerte ni de ir a la escuela», asegura.

Vicente sintió una impotencia enorme porque «en ningún momento» le explicaron los riesgos que implicaba el cambio en el producto financiero. «Yo soy una persona muy conservadora, estaba muy tranquilo con lo que abrí porque tenía el dinero garantizado, nunca me habría cambiado si hubiera sabido los riesgos, ellos me dijeron que era para mejorar, era una barbaridad de mentiras», insiste.

Ahí comenzó una lucha, con el apoyo de su hija y su yerno, que conocía el trabajo que lleva a cabo la OMIC de San Vicente y les llevó allí. La oficina municipal les dio asesoramiento y, aunque en un primer momento la reclamación ante la entidad bancaria acabó en saco roto, volvieron a la carga y alegaron ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores, quien sí que les dio la razón.

"Lo hemos pasado muy mal. Él estaba recién operado y yo no se lo quería decir»

Mari Nieves Tormo

«Gracias a Dios vinimos aquí y todo se ha solucionado, podemos respirar tranquilos», afirma Vicente, quien, no obstante, tiene una sensación agridulce. «Estamos muy satisfechos, pero de los beneficios que íbamos a sacar al final ni un duro. Todo lo que hemos padecido para llegar hasta aquí».

En estos momentos, les falta por recuperar poco más de 3.000 euros de los 50.000 invertidos, que el banco les abonará en los próximos días.  

Cansados por la tensión de los últimos meses, en su mirada se refleja el padecimiento. «Hemos sufrido mucho, mi marido estaba recién operado y yo no se lo quería decir. Hasta que llegó un momento en que se enteró y se enfadó mucho», afirma por su parte Mari Nieves con la voz entrecortada.

"Animamos a que vengan todos los que sufran una situación de vulnerabilidad»

Mercedes Torregrosa

— Concejal de Consumo

Ella considera que la entidad no actuó de buena fe: «Nos han engañado, cuesta mucho ahorrar, son los dineros de toda una vida, con cuatro niños, para que pasemos por esto».

De hecho hubo momentos en los que pensaron que perdían el dinero. «Yo ya no contaba con que recuperaríamos todo, casi me conformaba con conseguir un poco», señala. 

No tienen más que palabras de agradecimiento para la OMIC de San Vicente, que les asesoró en todo el proceso: «Se portaron muy bien, nos escucharon, nos apoyaron, nos ayudaron, gracias a ellos hemos recuperado el dinero». 

Y no es el único caso, hay más vecinos afectados

El caso de Vicente Balaguer y Mari Nieves Tormo no es el único que se ha producido. Según ha confirmado la concejal de Consumo de San Vicente, Mercedes Torregrosa, la Comisión Nacional del Mercado de Valores ha emitido en los últimos días un dictamen favorable a otro vecino sobre un caso parecido, aunque con una entidad financiera distinta.

En este caso, ha explicado Torregrosa, el banco no está por la labor de devolver el dinero a la persona afectada. Y la OMIC tiene sobre la mesa más reclamaciones de este tipo.