Cientos de reacciones por el comportamiento de unas camareras de una cafetería de San Vicente del Raspeig

Un cliente del establecimiento, ubicado en el centro comercial del municipio, ha dado todos los detalles de lo ocurrido

La polémica por el uso de las lenguas cooficiales se cuela en un establecimiento de San Vicente del Raspeig, pero con un ligero e importante matiz: La polémica no está por ninguna parte. Así lo refleja el caso que vivió hace unos días el cliente de una cafetería ubicada en el centro comercial The Outlet Stores Alicante, que ha compartido en su cuenta de Twitter todos los detalles de lo ocurrido.

Su testimonio narra una situación que tiene al uso del valenciano como elemento principal y a dos camareras como secundarias de lujo. Pese a que se trata de una anécdota que no rompe la barrera que separa lo común de lo extraordinario, lo cierto es que los hechos han provocado cientos de reacciones, tal como se puede apreciar en el número de interacciones que acumula el tuit que recoge este agradable episodio.

Su principal implicado, cuya cuenta de usuario es @eljuliet_bnv, expone en apenas cuatro líneas la presentación, nudo y desenlace de una breve y sencilla historia que aporta una necesaria dosis de normalidad a un asunto que en ocasiones genera conflictos innecesarios. Esta vez no ocurrió así y la realidad se encargó de mostrar su mejor cara, la de unas empleadas que no sólo no pusieron ninguna traba cuando escucharon a un cliente emplear el valenciano a la hora de hacer un pedido, sino que para sorpresa de nadie (o de unos pocos), se animaron a hablar en la misma lengua.

La escena la explica a la perfección su propio protagonista: "Dos camareras nuevas. Como siempre, nosotros hablamos valenciano. A la segunda frase, una se lanza también a hacerlo, habla muy bien. La otra no sabe tanto, pero lo intenta". Ni rastro de polémica, ni de conflicto, ni de tensión. Con este clima, la cosa sólo podía tener un buen final. Y así fue: "Aquí tiene, gracias, adiós". Y para que el instante fuese del todo redondo, los cafés buenísimos, tal como señala en la parte final de su publicación el responsable de dar voz a unos hechos que forman parte de la cotidianidad del día a día y que contrastan con otros sucesos, que suelen generar ríos de tinta, en los que los idiomas, por alguna razón, se convirtieron en la raíz de unos problemas que casi con toda probabilidad pudieron ser evitables.