La apertura de los nuevos puentes de Alcoy ha permitido descubrir paisajes desde unas perspectivas inéditas. La conexión entre el Viaducto y la Zona Norte, de manera especial, ofrece una espectaculares vistas de las montañas que rodean la ciudad, pero también del área más degradada del casco antiguo.

Los puentes inaugurados el lunes han cambiado la fisonomía de la ciudad y mejorado la comunicación entre los barrios, pero también han permitido a los ciudadanos disfrutar de unos paisajes inéditos hasta ahora, al menos en lo que respecta a la perspectiva desde la que se contemplan.

El puente Viaducto-Zona Norte, aparte de convertirse en un mirador privilegiado del valle que atraviesa el río Serpis, permite contemplar la espectacular mole de la Serreta con el Rebolcat a sus pies, y más a la izquierda las sierras de Almudaina y del Robolcat. También se observa desde abajo el colegio Miguel Hernández, así como el Hospital Virgen de los Lirios.

En el lado contrario aparece la inconfundible silueta del Barranc del Cint y en su base el puente de la Pexina. Como contrapunto, se aprecia de forma nítida la zona de Algezares, la más degradada del casco antiguo, así como las fábricas abandonadas junto al río.

El puente Batoy-Santa Rosa permite contemplar una imagen del Barranc de Trencacaps con la Font Roja al fondo, y el Preventori y el Castellar en el lado opuesto.