Una revolucionaria tableta con lector ocular saca del aislamiento a niños con parálisis cerebral

El dispositivo rompe la incomunicación de alumnos cuyo capacidad de comprensión se desconocía, al poder controlarlo con la mirada

El centro de educación especial Tomàs Llàcer de Alcoy combina este sistema con la equinoterapia, cuyos beneficios llevan 25 años constatando

Romper el aislamiento comunicativo de niños con parálisis cerebral, cuyo nivel de comprensión se desconoce, descubriendo que lo entienden todo y que por fin pueden interactuar con su entorno. Este es el avance que supone un revolucionario dispositivo que se está extendiendo en los últimos años entre las personas con discapacidad. Se trata de una tableta que incorpora un lector ocular, a través del cual los usuarios pueden controlar con la mirada el dispositivo y comunicarse. Un avance extraordinario que abre, más que una ventana, un mundo para personas que permanecían confinadas en su interior

Desde hace unas semanas el colegio de Educación Especial Tomàs Llàcer de Alcoy cuenta con la cuarta unidad de este dispositivo tan especial. El colegio ya tenía tres de ellos asignados directamente a los alumnos por las consellerias de Sanidad y Educación, y presentó su proyecto para el concurso nacional de la empresa Irisbond, al que se presentaron 130 centros y que solo 15 han sido seleccionados, recibiendo de premio el dispositivo, según ha explicado la directora del colegio, Anna Soler. 

Un aparato con el que «en nuestro caso queremos, entre otras cosas, demostrar las capacidades de parte de nuestro alumnado en su uso, ya que hay familias que han solicitado la ayuda a través de Sanidad y se les niega por falta de capacidades de sus hijos. Por tanto, disponiendo de este dispositivo tenemos la oportunidad de demostrar que es posible y propiciamos que nuestro alumnado tenga una oportunidad para demostrar que sí pueden comunicarse con este dispositivo».

Eric controla la tableta con la mirada gracias al lector ocular del dispositivo

Eric controla la tableta con la mirada gracias al lector ocular del dispositivo / JUANI RUZ

Y desde luego que están haciendo buen uso del mismo. Un ejemplo es Mohamed, un alumno con parálisis cerebral que no podía comunicarse, y no sabían si entendía las cosas, y gracias a este dispositivo han descubierto que estaba completamente aislado, y que sí que comprende y se comunica. Un avance brutal, ya que «esta tecnología nos ayuda a saber cómo están los alumnos, y si alguno podría estar en un centro ordinario con unos medios especiales». En el caso de Mohamed, está realizando gigantescos progresos gracias a esta tableta, donde pueden «hablar», elegir qué vídeo o música poner, jugar, aprender... Eso sí, necesitan un periodo de adaptación para aprender que es su mirada la que controla la tablet. Todo un mundo por descubrir.

Equinoterapia

Pero el Tomàs Llàcer tiene otras muchas cosas además de estos dispositivos revolucionarios que la Generalitat empezó a implantar a través de Educación y Sanidad en 2020. Y es que los viernes son siempre un día especial en el colegio. Y no porque llegue el fin de semana. Sus 50 alumnos tienen dos de sus citas preferidas, el paseo a caballo y el puesto de venta del almuerzo. El primero es una equinoterapia que cumple 25 años en este centro puntero, tiempo en el que han podido acreditar los enormes beneficios que tiene para los escolares, tanto los que sufren una discapacidad funcional como cognitiva. Y con el segundo se fomenta la autonomía de los chavales, así como facilitar a los encargados de la comida una posible salida laboral. Y las instalaciones también disponen de un estudio de radio donde graban sus propios podcasts, y se lo pasan en grande... todo para estimularles y fomentar su autonomía.

La equinoterapia como superación personal

Juani Ruz

El centro cuenta con medio centenar de chicos y chicas de entre 3 y 23 años de l’Alcoià y El Comtat, realizando una labor encomiable para cuidar de personas con necesidades especiales y ayudarles en su formación. Y una de sus actividades más apreciadas en la equinoterapia. 

Un momento de la sesión de equinoterapia

Un momento de la sesión de equinoterapia / JUANI RUZ

Rosa Aliaga, una de las fisioterapeutas del centro, explica que esta actividad se puso en marcha en 1999, a raíz de una excursión a Mariola que incluyó una experiencia con los caballos. Y desde entonces se lleva a cabo en el colegio, a cargo de Equitación Peluca. 

Los beneficios de esta terapia son múltiples y es uno de los momentos más esperados de la semana por los escolares. Los dos caballos vienen todos los viernes, y se hacen dos grupos para que cada mes los chavales tengan dos sesiones. Aliaga destaca que «la equinoterapia tiene beneficios tanto físicos como psicológicos. Por ejemplo para los niños que no pueden andar, el subirse al caballo les da la sensación que tendrían si caminaran». Y los que sí que pueden, pero tienen dificultades, aprenden a tener más movilidad.  

Los viernes los propios escolares organizan un quiosco para el almuerzo en el Tomàs Llàcer, usando algunos alumnos tabletas para poder realiar sus pedidos

Los viernes los propios escolares organizan un quiosco para el almuerzo en el Tomàs Llàcer, usando algunos alumnos tabletas para poder realiar sus pedidos / JUANI RUZ

Es un movimiento relajante, al mismo tiempo que les ayuda a subir la autoestima, la autonomía, el respeto, la comunicación, la relajación, la concentración y la confianza, todo a través de una actividad que es lúdica para ellos. Dentro de las capacidades de cada uno, los alumnos se cogen sus cascos y chalecos, que están numerados, para subirse al caballo. Se nota que es un momento especial. Fomentar su independencia es crucial, aunque hay grados claro. Y dependiendo de las capacidades de los niños, se suben de una forma u otra al caballo, ya que algunos que no puede a horcajadas. Y por ello se ponen sentados, acostados, de lado...

Para esta terapia se eligen cuidadosamente los caballos, ya que «tienen que ser adecuados, es decir que sean tranquilos, no jóvenes». Así, acuden su cita todos los viernes Làser y Sevi, dos veteranos caballos, y el personal de la cuadra. 

Un estudio de radio en el centro para grabar sus propios pódcast

Los populares pódcast también han llegado hasta el colegio de Educación Especial Tomàs Llàcer. Sus instalaciones cuentan con un estudio de radio donde se graban los programas, que luego se puede escuchar a través de internet. Se trata de Radio Diversidad, «la radio escolar por la inclusión». La maestra de Audición y Lenguaje, Paula Pagán, ha explicado que «todos los alumnos participan en la elaboración de los pódcast, adaptados a sus habilidades». Una actividad en la que también se emplean pictogramas para ayudarles, y que supone una estimulación auditiva a través de los cascos para aquellos que no hablan o tienen dificultades, para otros es una experiencia escucharse a sí mismos, y ayuda a mejorar su competencia lingüística, trabajar la prosodia... «A todos les encanta y luego los subimos a redes y pueden escucharlo en casa». Se trata de debates, entrevistas en los que «todos hablan, se trata de una actividad muy motivante».  

Esta actividad acaba por crear un vínculo emocional muy especial del alumno con el animal. Y eso que a veces los inicios son difíciles, ya que recuerdan por ejemplo recientemente un niño que salió huyendo al ver por primera vez al caballo. «No lo quería ver, ni tocar...» y poco a poco, mes a mes, fue cogiendo confianza hasta que se convierten en «amigos», y «seis meses después ya le hace cariños». Y todo gracias a que la Ampa financia el coste de la terapia, y de la implicación de todo el personal, para el que además supone una carga extra de trabajo, ya que para los monitores que acompañan a los alumnos es una jornada dura en lo físico, explica el maestro de Educación Física Rubén Sanjosé. Pero con un retorno emocional muy grande, al ver como disfrutan cada viernes más de 20 de sus pequeños a lomos de los caballos. 

Grabación de uno de los pódcast en el colegio Tomàs Llàcer

Grabación de uno de los pódcast en el colegio Tomàs Llàcer / JUANI RUZ

Así, desde el centro destacan que los principios terapéuticos de la equinoterapia sobre la transmisión del calor corporal del caballo al cuerpo del jinete, así como de impulsos rítmicos y de un patrón de locomoción tridimensional equivalente al patrón fisiológico de la marcha humana». Así, niños con parálisis experimentan sensaciones desconocidas que les ayudan a salir del aislamiento en el que viven por su enfermedad, ya sea cognitiva o funcional.

El centro también dispone de una hipoterapia, que «es considerada también por los niños como un juego en el que trabajamos en el agua sus músculos, el equilibrio y la percepción del mundo, a través de una actividad lúdica y deportiva», ha explicado Aliaga, aunque ahora están suspendidas las sesiones por una avería.

Almuerzos e inserción laboral

Otra actividad destacada es la del punto de venta del almuerzo de los viernes. Antes alumnos y profesores realizan el pedido de lo que quieren el viernes, y los encargados del quiosco, que cuentan con el carné de manipulador de alimentos, van a comprar los productos necesarios y preparan los bocadillos, gelatinas, batidos, frutas... Hay que pagar por la comida, para lo que hay que emplear sumas, restas... y para ellos se abre así una posible salida laboral para cuando abandonen el colegio. Y para el resto del alumnado es una divertida forma de fomentar la autonomía y relacionarse con el dinero. Y no hay fronteras. Para los que no pueden comunicarse, emplean tabletas con pictogramas para trasladar a los «cocineros» qué es lo que quieren... y mucho más, según explica Paula Pagán, maestra de Audición y Lenguaje: «A través de esos dispositivos pueden expresar necesidades, inquietudes, explicar cosas... les ayudan muchísimo». 

Así, este centro abre gracias a la tecnología nuevas vías de comunicación, al mismo tiempo que emplea caballos para estimular a sus alumnos y ayudarlos a salir del aislamiento al que una enfermedad les ha llevado, trayendo así esperanza a ellos y sus familias.