La polémica sobre las vacunaciones irregulares se enreda más cada día que pasa. Ayer la jornada dio para mucho, con un alcalde, el de El Verger, Ximo Coll, que se aferró a su cargo en el pleno solicitado por la oposición para reclamar su dimisión, mientras que a escasos 12 kilómetros de distancia trascendía que la concejala de Bienestar Social de Dénia, la también socialista Cristina Morera, había recibido igualmente una dosis anticovid sin pertenecer a ninguno de los grupos prioritarios. Todo ello al mismo tiempo que desde el PSPV y Compromís redoblaban la presión sobre el diputado del PP y alcalde de La Nucía, Bernabé Cano, otro de los vacunados saltándose el protocolo, y pedían su dimisión.

El primero de los capítulos del día se vivió en El Verger, donde al mediodía tenía lugar un pleno que el alcalde se empeñó en convocar de manera presencial, pese a coincidir con el momento más complicado de la pandemia y el endurecimiento de las restricciones por parte de la Generalitat.

La sesión había sido solicitada por la oposición para reclamarle su renuncia tras haberse vacunado junto a su esposa y alcaldesa de Els Poblets, petición ésta que fue desoída por el primer edil, «al menos de momento», sentenció.

Ximo Coll reiteró que se vacunó tras haber recibido la llamada del centro de salud porque sobraban dosis, y que sólo lo hizo después de llamar él personalmente para ofrecerlas a la Policía Local, la Guardia Civil, los farmacéuticos e incluso los dentistas. «La oposición -dijo- ha querido tener sus cinco minutos de gloria, cuando no me salté el protocolo porque en una circular de Marina Salud hay instrucciones de no desperdiciar ninguna dosis». Con todo, no descartó plantear su renuncia más adelante, pero sólo una vez se conozca el resultado del expediente interno abierto por el PSPV y la investigación de Sanidad.

Los concejales del PSOE, por su parte, se ponían de perfil, limitándose a señalar que están a la espera de estas mismas averiguaciones, al tiempo que tanto Basili Solart, de Compromís, como Adela Moncho, del PP, anunciaban la presentación conjunta de una moción de censura si los socialistas no actúan de forma rápida contra Coll para forzarle a abandonar el cargo.

Mientras todo esto sucedía, saltaba en Dénia la noticia de que la concejala de Bienestar Social, Cristina Morera, también se había vacunado saltándose el protocolo. El alcalde, Vicent Grimalt, reconocía los hechos, aunque evitaba hacer declaraciones «a la espera de conocer con exactitud lo sucedido». La propia protagonista explicaba anoche su versión en el transcurso de una ejecutiva local socialista, mientras el PP reclamaba que fuese cesada de todas sus competencias.

Fuentes de la dirección del PSPV se referían tanto al caso de El Verger como al de Dénia, señalando que la postura de Ferraz es clara respecto a todos los cargos del partido que se han vacunado de forma irregular, en el sentido de que se les exige la dimisión y al mismo tiempo se les suspende de militancia y se les abre un expediente. A partir de ahí, añadieron, entran en juego las particularidades municipales, teniendo en cuenta que las actas de concejales son personales. En cualquier caso, lo sucedido en Dénia tiene una especial relevancia, si se tiene en cuenta que Morera es además teniente de alcalde y se perfilaba como la persona más bien posicionada para relevar a Grimalt como candidata a la Alcaldía.

Compromís, por otro lado, presentaba una moción en la Diputación de Alicante para reclamar la dimisión de Bernabé Cano, mientras el PSOE hacía lo propio en el Ayuntamiento de La Nucía.