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Vuelven los bailes a la pista

El fin de las restricciones para el ocio nocturno pone en pie a las principales zonas de fiesta tras un año y medio

La gente se lanza a la calle en el primer fin de semana en el que la hostelería y el ocio cuentan con unas restricciones mucho más suaves de las establecidas hasta el momento. JOSE NAVARRO

Los bares y discotecas han recuperado su esencia: se puede volver a bailar. La evolución favorable de la situación de la pandemia ha llevado a la Generalitat a eliminar gran parte de las restricciones que pesaban sobre este sector. Y ayer fueron muchos quienes quisieron celebrarlo. Las principales zonas de fiesta de Alicante, como Castaños, el Golf o la playa de San Juan, lucieron al completo desde por la tarde, con un público, el más resistente, que pudo retirarse al borde del amanecer por primera vez desde hace meses.

La jornada, a partir de las 17 horas, arrancó como cualquier otra de los últimos fines de semana. En la calle Castaños y las que le cruzan, un gran número de grupos de amigos se daban cita, acostumbrados quizás a ser esta la hora de partida de una fiesta que hasta ahora tenía límite horario.

La Policía Local vigilaba de cerca a quienes se reunían, aunque sin apenas tener que intervenir por motivos relacionados con el covid. La única gran diferencia que experimentaron los agentes durante el transcurso de este sábado, al menos durante la tarde, tuvo que ver con los fumadores, quienes hasta ahora debían levantarse de la mesa para encenderse el cigarrillo y mantener una distancia de dos metros con el resto de personas. Esto continúa siendo obligatorio, pero el cuerpo local no tuvo que intervenir ayer para hacer cumplir esta medida, según explicaron miembros del dispositivo de seguridad desplegado.

Agentes de la Policía Local controlando ayer las principales zonas de ocio de Alicante. | JOSE NAVARRO

«Después de 18 meses... Solo puedo decir ‘gracias’, ‘gracias’ y ‘gracias», publicaba en redes sociales un alicantino, dueño de un local de ocio, junto a un vídeo con imágenes de un gran número de personas a las puertas de su local. «Hemos vuelto», añadía. Esta situación se daba la madrugada del viernes, con las nuevas medidas ya en vigor.

Los locales han pasado de poder ocupar 75% del aforo a poder completar el total. Del mismo modo, el consumo en barra vuelve a estar permitido, tanto de pie como sentado, una cuestión que quedó bastante clara entre quienes ayer pasaban la tarde en el interior de uno de los establecimiento con el volumen bien alto.

Aunque no todas las nuevas quedaban igual de claras. El uso de la mascarilla generaba dudas. «Espera, que está prohibido, ¿o no?, ¿tenemos que llevar mascarilla?», preguntaba un grupo de amigas de despedida de soltera al fotógrafo de este diario cuando se disponía a disparar. La obligatoriedad del uso del tapabocas continúa siendo el mismo que hasta ahora, no ha cambiado: necesario en espacios privados de uso público y en espacios abiertos en los que no se pueda mantener la distancia de seguridad.

Vuelven los bailes a la pista

El primer cierre de la hostelería causado por el coronavirus fue voluntario y tuvo lugar durante un fin de semana del mes de marzo. Fue una medida para atajar los contagios a la que se sumaron muchos locales de Alicante. Sin embargo, poco después, la decisión pasaría a manos de la Administración, que establecía restricciones sobre este sector, como sobre muchos otros, para frenar la propagación del virus.

A partir de ese momento, el descontento de la hostelería y el ocio nocturno, sobre todo de este último sector, ha estado marcado por descontentos por los cierres totales, los aforos limitados y otras normas, en especial las que han limitado los horarios de apertura.

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