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Barcala aplaza la aprobación del nuevo PGOU de Alicante hasta 2027: "Hemos hablado tanto del tema que uno pierde la credibilidad cuando menciona el Plan General"

El alcalde de Alicante, en una conferencia en el Club Manuel Broseta de València, exige una financiación municipal ajustada a la población y menos competencias impropias delegadas por la Generalitat, mientras anuncia más bajadas de impuestos, aunque sin concretar los tributos, las fechas ni las cantidades

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Conferencia de Barcala en el Club Manuel Broseta de València para explicar su proyecto para Alicante Fernando Bustamante

El alcalde de Alicante, Luis Barcala, acudió este lunes a València, al Club de Encuentro Manuel Broseta, para presentar su proyecto para Alicante, “un modelo alternativo al sur de la Comunitat”, según incidió en su intervención, en la que quiso hablar de cómo es hoy la ciudad y de cómo quiere que sea mañana, desgranando las líneas de trabajo "para conseguir" esos objetivos. Durante su discurso, Barcala puso una fecha: 2027. "El primero de los retos pasa por un nuevo PGOU que tenga en cuenta la previsión de crecimiento demográfico, la demanda residencial y el modelo de ciudad amable que queremos. La clave es el tiempo, y el PGOU deberá estar concluido y aprobado en 2027. Ése es el objetivo, aunque hemos hablado tanto del tema que uno pierde la credibilidad cuando menciona el Plan General", admitió el regidor alicantino, que fue uno de los candidatos a la Alcaldía más ambicioso durante la pasada campaña electoral en cuanto a los plazos para el nuevo Plan General. Sin embargo, a apenas un año de la próxima cita con las urnas, todavía no se ha visto ningún avance significativo en el Ayuntamiento de Alicante para la revisión de un documento vigente desde 1987.

El segundo de los retos del que habló Barcala fue la "mejora de los servicios públicos". En su intervención, el alcalde aseguró que el Ayuntamiento de Alicante tiene "en fase de licitación o tramitación las grandes contratas" de la ciudad, culpando al extinto tripartito del retraso en la renovación de los contratos "por no mover un dedo". Con todo, la ciudad tiene actualmente en prórroga extraordinaria el servicio de transporte urbano y en prórroga la limpieza viaria y la recogida de residuos (pese al compromiso electoral de todos los alcaldables, incluido Barcala, de no dar continuidad al contrato adjudicado en la etapa de Sonia Castedo) y también la limpieza de colegios y dependencias municipales. En este mandato, de entre las principales contratas, por ahora sólo se ha regularizado el servicio de mantenimiento de zonas verdes, y aún está judicializado por un recurso del anterior contratista. A punto de volver a la senda la normalidad también está otro contrato que se presta de forma irregular desde principios de este mandato, el del alumbrado público.

El tercero de los retos a los que aludió el regidor alicantino fue la "transformación económica", apostando por el "refuerzo del tejido tradicional de servicios", como el turismo, el comercio y la hostelería, y "apoyando la generación de un nuevo tejido". En este caso, hasta Barcala reconoció que el objetivo suena "muy pretencioso", en alusión a la estrategia Alicante Futura, que se complemente, según insistió, con otros proyectos como Distrito Digital: "Convertir Alicante en la capital mediterránea de la industria tecnológica y la nueva economía digital". 

Como cuarto y último de los retos, Barcala habló de financiación, sin desaprovechar la ocasión para reclamar al Gobierno central más recursos para la Comunidad Valenciana, además de para exigir al Ejecutivo de Sánchez la conexión ferroviaria con el aeropuerto y que los AVE de Alicante sigan con parada en Atocha. En su intervención, el alcalde de Alicante aseguró que uno de los objetivos es el "incremento de los recursos financieros públicos". Al respecto, el regidor popular reclamó un "sistema justo de financiación municipal", en función de la "población real y no la empadronada", con cambios en "las leyes de financiación, la Ley de Bases de Régimen Local y la Ley de Contratos del Estado, adecuándose a la realidad social y a los servicios públicos que hemos de prestar desde los ayuntamientos". A su vez, Barcala exigió que a la Generalitat "deje de ser un mero intermediario financiero y asuma la responsabilidad de ejecutar sus competencias en lugar de delegar competencias impropias en los ayuntamientos", en alusión directa a proyectos como el Plan Edificant (para la construcción de colegios) y el Contrato Programa (para la gestión de los servicios sociales). Estas transferencias millonarias, junto al préstamo de 20 millones de euros, han permitido al bipartito impulsar el que califican como el "Presupuesto más expansivo de la historia de Alicante", al superar los 313 millones de euros. Al Consell del Botànic, por otro lado, también le volvió a recriminar la escasa información facilitada a los ayuntamientos durante la pandemia de la evolución epidemiológica.

Pero, en su intervención, Barcala no se limitó a reclamar al Gobierno central una financiación municipal ajustada a la población y a la Generalitat que cese en la delegación de competencias impropias, sino que también anunció, aunque sin concretar en qué impuestos, en qué momento y en qué cantidades, más rebajas impositivas a nivel municipal. "Seguiremos aplicando sucesivas bajadas en los diferentes tributos municipales, convencidos de que el Ayuntamiento ha de recaudar lo estrictamente necesario para atender a sus obligaciones con sus conciudadanos. Ni un euro más porque está mejor, siempre, en el bolsillo de los alicantinos para generar riqueza y empleo", señaló Barcala, que en el último pleno rechazó la propuesta de Vox de rebajar el impuesto de vehículos. El alcalde, como es habitual, volvió a presumir de la bajada lineal del 5% IBI, que se aprobó antes de las últimas elecciones municipales, y de la cancelación del Plan de Ajuste, una herramienta impuesta hace una década por el Gobierno central durante el mandato de Rajoy para hacer frente a las consecuencias de la crisis económica.

Para los ultras, el grupo municipal que le ha permitido recientemente al bipartito de Alicante aprobar proyectos clave como el Presupuesto y la Ordenanza de Convivencia Cívica (la que incluye multas para personas vulnerables como mendigos y prostitutas), sólo hubo una alusión, y de pasada, en referencia a propuestas en el Congreso para acabar con el impuesto de la plusvalía municipal. Para su socio de gobierno, Ciudadanos, tampoco hubo muchas más referencias. De hecho, ningún miembro de la formación naranja estuvo presente en el lujoso hotel en el que se realizó la conferencia. Por parte del grupo municipal del PP sólo se dejaron ver dos miembros, los concejales Manuel Villar y Carlos Mazón (al que aludió repetidas veces durante su intervención), a su vez presidente de la Diputación y del PP regional y próximo candidato a la presidencia del Consell. No fue, en general, muy numerosa la presencia de caras conocidas entre los asistentes. Entre los citados por Barcala, Villar y Mazón al margen, el vicepresidente segundo de las Cortes, Jorge Bellver; la síndica del PP en las Cortes, María José Catalá, junto a otros diputados autonómicos del PP. Entre los representantes empresariales, el presidente de la CEV, Salvador Navarro; el presidente de la Cámara de Valencia, José Vicente Morata; el consejero delegado de Vectalia, Antonio Arias, junto a Javier Díez, director general de Aguas de Alicante, y Francisco Bartual y Jordi Azorín, de Hidraqua.

Entre los proyectos de futuro que exhibió Barcala, en un apartado en el que subrayó los 50 millones previstos en inversiones, se encontraban dos iniciativas vinculados a la empresa mixta, como la impulsada para evitar que se vierta agua al mar y la relativa al hidrógeno verde en Alicante. El alcalde también habló del Centro de Congreso que impulsa, al menos por ahora, con la Diputación de Alicante, además del paseo litoral, que sigue sin arrancar pese a que hace años que se diseñó el trazado para conseguir el paseo más largo del Mediterráneo, y la peatonalización del Centro Tradicional, que acaba de arrancar con el eje Constitución-Bailén, entre otros. Pero Barcala no sólo presumió de proyectos, en casos aún embrionarios, sino que también hizo gala de la controvertida ordenanza contra la mendicidad y la prostitución, conocida oficialmente como Ordenanza de Convivencia Cívica y que entrará en vigor en unos días para, según insistió, luchar contra los incívicos y acabar con las mafias.

Hace justo dos años, poco antes de que estallara la pandemia de covid. Barcala acudió a Madrid, a otro foro de encuentro, para hacer su presentación oficial en la capital de España. Entonces, al igual que hizo este lunes en València, alardeó de los días de sol que hace en la ciudad de Alicante (320 al año, repitió). Lo hizo, eso sí, en una jornada lluviosa y plomiza.

Terminada su intervención, llegó el habitual turno de preguntas. Entre los asistentes, entre cargos del PP, representantes empresariales y socios de la entidad que organizaba el foro, costó arrancar, que se plantearan dudas sobre el proyecto de Barcala para Alicante. De hecho, no hubo ninguna cuestión en esa dirección. El primer turno de palabra solicitado, tras segundos de silencio, fue para darle un tirón de orejas al alcalde por eludir, en su discurso, toda referencia a la cultura en la ciudad, y eso que, como reconoció Barcala, sí figuraba en el discurso que tenía escrito. El segundo micrófono pedido fue para preguntar, sin conseguir respuesta, la cifra de personas nacidas en València que residen en Alicante. La tercera intervención solicitada sirvió para que Barcala, tras avalar a Cospedal y luego ser "hombre de Casado", realizara una firme defensa del proyecto de Feijóo para dirigir el PP: "Es un ganador. Tiene experiencia y sensatez. Estoy ilusionado y orgulloso tras superarse una crisis lamentable". El cuarto y definitivo turno de preguntas, esta vez a cargo de la moderadora del acto y responsable del Club de Encuentro Manuel Broseta, dio pie a introducir la crisis de refugiados derivada de la invasión de Rusia en Ucrania. Barcala, en su última intervención, exhibió la máxima solidaridad de los alicantinos con el pueblo ucraniano, a la vez que solicitó al Gobierno central y a la Generalitat "cierto orden", sobre todo de cara a la llegada a Alicante de las personas que huyan del horror de la guerra.

El Partido Socialista de Alicante denuncia hoy, en este sentido, que de nuevo Barcala vuelve a demostrar su deslealtad institucional con el Gobierno de España y la Generalitat Valenciana, esta vez en un tema tan sensible como son los refugiados de Ucrania que huyen de la guerra de Putin. “Pedro Sánchez y Ximo Puig trabajan para que la Ciudad de la Luz sea uno de los centros de acogida de ucranios de España, y el señor Alcalde afirma que está desinformado y ofrece IFA, por si acaso. Este Alcalde sigue sin enterarse de nada y solo parece seguir las instrucciones de Carlos Mazón en su lucha partidista por minar las instituciones dirigidas por los socialistas”, ha indicado el secretario general del PSPV-PSOE de Alicante, Miguel Millana.

El PSOE tanto a nivel local como nacional y autonómico, está trabajando intensamente para ayudar al pueblo de Ucrania. “Hemos propuesto que Alicante sea declarada Ciudad de Acogida; hemos reclamado a Barcala que siente a todos los grupos políticos y les explique qué va a hacer el Ayuntamiento, con qué presupuesto se puede contar para ayudar a los afectados; qué viviendas pueden habilitarse para los refugiados… y la respuesta del Alcalde es culpar al Gobierno y la Generalitat Valenciana de desinformación. En vez de sumar colectivos, en vez de sumar esfuerzos, se dedica a contaminar el discurso en un tema tan grave como son las consecuencias de la terrible invasión rusa de Ucrania que ha puesto a toda Europa al borde de una guerra”, ha matizado Millana.

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