Suena el despertador por la mañana y, como cada día, sales de casa en silla de ruedas para ir a estudiar o trabajar. Consigues salvar escalones y otros lugares que no están del todo adaptados a tu situación pero acabas llegando a la estación de tren para subir al cercanías que te lleva a la oficina o a la universidad. Hasta que te das cuenta de que no puedes subir porque el tren no está preparado para una persona con movilidad reducida. Este trato de desigualdad es el que se da en la línea de cercanías Alicante-Murcia que cruza también ciudades importantes como Elche u Orihuela.

Los vagones de los cercanías C1 de esta línea cuentan con tres escalones para acceder y, dentro de los trenes, el espacio para pasar con una silla es casi inexistente y los aseos tampoco están adaptados para personas con movilidad reducida.

Mar Martínez ha realizado su trabajo final de grado en Derecho sobre este problema: "Hay tres escalones para entrar y no hay una grúa ni nadie para ayudarte a entrar. Además, el pasillo es estrecho, por lo que te quedas ahí, te relegan", señala.

Renfe reconoce el problema en el acceso a los vagones aunque no tiene plan para adaptarlos

Renfe reconoce que existe este problema en la línea Alicante-Murcia aunque indica que, por dentro, los trenes sí están adaptados, que el problema está en el acceso. Desde la empresa ferroviaria hacen hincapié también en que las líneas de cercanías hacia Villena y San Vicente del Raspeig sí cuentan con accesos adaptados, con una inversión de 1.000.000 de euros cada uno, además de los trenes de media y larga distancia y los AVE. Los trenes C1 que recorren la línea Alicante-Murcia no y, además, no tienen previsto un plan para adaptarlo en ninguna fecha.

El problema de movilidad no afecta únicamente a aquellos pasajeros en silla de ruedas, sino también a personas mayores y a los padres o madres que portan carros para bebés: "Si uno se sube con el carrito tiene que estar cerca del pasillo vigilando el carro porque no hay un lugar adaptado, además le tienen que ayudar a subir y bajar el carro de los vagones", apunta Martínez.

Mar Martínez intenta pasar una silla de ruedas por el pasillo de un cercanías. TONY SEVILLA

La solución para las personas que quieren ser usuarias de la línea es utilizar el Servicio de Asistencia de Renfe para personas con discapacidad o movilidad reducida. Un servicio completo, ya que incluye la ayuda para pasajeros en silla de ruedas; la posibilidad de solicitar una silla para pasajeros con movilidad reducida; ayudas técnicas para la comunicación de personas sordas; acompañamiento para personas ciegas y orientación y acompañamiento para personas con discapacidad intelectual, según la propia empresa.

El problema, remarca Martínez, es que necesita de una solicitud previa, por lo que "la libertad de movimiento no existe" para estas personas, que acaban recurriendo a alternativas como el autobús adaptado o el vehículo privado, lo que añade más gastos al ya "impresionante" dispendio que tienen que realizar estas personas en su día a día: "Se vulneran sus derechos y al final es algo que te puede pasar a ti".

El caso se ha elevado al Defensor del Pueblo, a nivel nacional, ya que el Síndic de Greuges no tiene competencias en el tema. La queja de oficio la ha realizado la propia Mar Martínez y en ella señala que la única opción de movilidad en tren para las personas con discapacidad es el media distancia que únicamente pasa a las 9.00 horas de la mañana y a las 17.00 horas, por la tarde.

Sin presupuesto

"En ciudades grandes como Madrid o València los cercanías sí están adaptados", protesta Mar Martínez, autora del estudio. Una desigualdad entre provincias que también se da en los presupuestos. Adif (Administrador de infraestructuras ferroviarias) tiene previsto invertir 439 millones en los cercanías de la provincia de Valencia. Una cifra récord incluso para la propia provincia valenciana, que en los presupuestos de este 2022 tenía asignados 87 millones para los cercanías. El presupuesto para los cercanías valencianos para 2023 no se detalla salvo en algunas partidas como los 2 millones para la línea Xàtiva-Alcoy y los 38 para la València-Almussafes.

Por contra, se encuentra Alicante, que únicamente va a recibir 5,6 millones de los presupuestos generales del Estado para las vías ferroviarias. Una partida que es casi el doble que la recibida el año pasado, cuando el presupuesto fue de 2,9 millones, pero que sigue siendo inferior no solo a la de la provincia de Valencia sino también a la de Castellón, que recibirá 12,4 millones el próximo año.