Cirugía y técnica con quimioterapia en el mismo quirófano contra el cáncer de ovario

El Hospital de Alicante incorpora una terapia innovadora para atacar por una doble vía el cáncer de ovario cuando el tumor se ha diseminado por el abdomen

J. Hernández

J. Hernández

El Hospital General de Alicante incorporará este mes la técnica de quimioterapia intraperitoneal hipertérmica (HIPEC) para tratar algunos casos de tumores de ovario en los que este tratamiento puede ser beneficios gracias a un nuevo equipo recientemente adquirido. La innovadora terapia consiste en realizar en primer lugar la cirugía y, a continuación, en el propio quirófano, el personal de Enfermería procede a una técnica con quimioterapia a una temperatura elevada que permite destruir las células cancerígenas microscópicas que hayan quedado tras la operación.

Esta técnica presenta buenos resultados aumentando la supervivencia y la calidad de vida de pacientes a las que hasta hace poco tiempo sólo se podía ofrecer tratamiento paliativo como son los de carcinomatosis peritoneal, es decir, cuando el tumor se ha diseminado a otros órganos del abdomen.

Los casos en que los médicos piensan que la paciente se puede beneficiar de esta técnica y de otra denominada Pipac, que consisten en la aplicación de quimio con aerosol, se valoran en el comité provincial de cirugía peritoneal con sede en el Hospital General Universitario de Elche integrado por ginecólogos, oncólogos, patólogos, radiólogos y cirujanos expertos en cirugía oncológica.

Coincidiendo con el Día Mundial del Cáncer de ovario, lo que se conoce de esta enfermedad es que tiene una incidencia de 11,69 casos por cada 100.000 mujeres. En 2021 se registraron 114 nuevos diagnósticos en la provincia de Alicante. Supone solo el 2,9% de los todos los tumores en mujeres, según el Servicio de Estudios Epidemiológicos, sin embargo es la cuarta causa de muerte por cáncer en mujeres tras los de mama, pulmón y colon.

La estimación de riesgo de desarrollar este tipo de cáncer es de una de cada 130 mujeres y la mayor incidencia se registra entre los 50 y los 75 años. Entre el 70% y el 80% de los casos se diagnostica en fase avanzada (estadios III y IV), según apunta Nieves Díaz, jefa de Oncología Médica en Hospital Universitario de Sant Joan.

Volviendo al Hospital de Alicante, los servicios de Ginecología y Cirugía General, junto con el resto de servicios que conforman el Comité Multidisciplinar de Tumores Ginecológicos, crearon hace un año una Unidad de Carcinomatosis Peritoneal, que permite el tratamiento de casos de cáncer de ovario más complejos, que antes se derivaban a otros hospitales como el Hospital General de Elche o La Fe en Valencia.

El Servicio de Ginecología y Obstetricia, dirigido por el doctor José Antonio López, cuenta con una Unidad de Ginecología Oncológica que atiende a pacientes con los diferentes tipos de cáncer que se dan en el aparato reproductor de la mujer (cáncer de ovario, cuello uterino o cérvix, endometrio, cuerpo uterino, vulva y vagina), excepto el de mama que, debido a su elevada prevalencia, cuenta con una unidad específica en este mismo servicio. En esta unidad trabajan las ginecólogas María José Román, Josefina Marcos y Manuela Sala, así como Esther Garraleta, de Enfermería.

"En el cáncer de ovario no es posible hacer cribados y, por tanto, tiene la dificultad de que cuando la paciente experimenta síntomas, el tumor ya está en un estadio avanzado"

Doctora Josefina Marcos

— Hospital General de Alicante

La tendencia de este cáncer se mantiene estable, "con alrededor de una veintena de casos nuevos al año en nuestro hospital", señala la doctora Sala. Este tumor cuenta con la dificultad de que no tiene un diagnóstico precoz, a diferencia del cáncer de mama, que cuenta con el cribado mediante mamografía o el de cérvix (con citología y determinación de virus del papiloma humano y desde hace unos años, con una vacuna específica), que permiten detectar lesiones precursoras de cáncer o un cáncer en fase inicial.

"Sin embargo, en el cáncer de ovario esto no es posible y, por tanto, tiene la dificultad de que cuando la paciente experimenta síntomas, el tumor ya está en un estadio avanzado”, apunta la doctora Marcos.

Diagnóstico

Cuando el diagnóstico se produce en estadios iniciales suele ser debido a hallazgos casuales, “porque hemos realizado una revisión ginecológica rutinaria a una paciente y hemos observado en la imagen ecográfica una lesión sugestiva de malignidad. En estos casos, podemos diagnosticar el cáncer de ovario en un momento inicial de la enfermedad”, señala la doctora Sala. No obstante, añade, “esta técnica sigue sin contar con la fiabilidad que tiene, por ejemplo, la mamografía en el cáncer de mama y no se puede recurrir a la biopsia en este órgano, dado que se corre el riesgo de diseminar el tumor, por lo que en otros casos, ante una sospecha, se ha de extirpar el ovario”.

El equipo del Hospital General de Alicante

El equipo del Hospital General de Alicante

En las fases iniciales no produce síntomas y las pacientes que consultan lo hacen por síntomas como ascitis (líquido en el abdomen), sensación de hinchazón, digestiones pesadas, estreñimiento, aumento del volumen abdominal, depresión...

El tratamiento, en líneas generales, en esta fase avanzada consiste principalmente en cirugía y quimioterapia. “Hay un porcentaje muy elevado de mujeres que han de llevar quimioterapia, además de la cirugía. Las decisiones las tomamos a través de un Comité Multidisciplinar de Tumores Ginecológicos en el que intervienen los servicios de Ginecología, Oncología Médica, Anatomía Patológica, Radiodiagnóstico, Cirugía General y Oncología Radioterápica de Sant Joan. Cada paciente es diferente y cada tratamiento debe serlo también".

"Las decisiones las tomamos a través de un Comité Multidisciplinar de Tumores Ginecológicos en el que intervienen los servicios de Ginecología, Oncología Médica, Anatomía Patológica, Radiodiagnóstico, Cirugía General y Oncología Radioterápica de Sant Joan"

Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital General Universitario Dr. Balmis

"Hoy en día, gracias a la investigación, sabemos de la existencia de mutaciones genéticas en algunas pacientes en las que podemos utilizar nuevos fármacos (como los iPARP, que ayudan a impedir que las células cancerígenas reparen el daño a su ADN y con ello, detenemos su crecimiento) que han conseguido resultados prometedores en el tratamiento este tumor. Estos estudios genéticos se realizan en el Hospital General de Elche, en la Unidad de Consejo Genético, y allí derivamos a las pacientes que cumplen con los criterios establecidos para realizarlo, según antecedentes personales o familiares, tipo de tumor, etc.”, apuntan desde el General de Alicante.

Supervivencia

La jefa de Oncología del Hospital de Sant Joan, Nieves Díaz, coincide en que "dificulta el diagnóstico precoz tanto el que el cáncer de ovario de alto grado, que es el 80% de los tumores, no tiene una lesión premaligna y se desarrolla muy rápidamente". Sin embargo, señala que si hasta hace 5-10 años la supervivencia a los cinco años entre las mujeres diagnosticadas en fases avanzadas (estadios III y IV) se situaba entre el 20% y el 30%, empieza a no ser así.

La jefa de Oncología del Hospital de Sant Joan Nieves Díaz

La jefa de Oncología del Hospital de Sant Joan Nieves Díaz

"Incluso en una situación de enfermedad avanzada ahora podemos transmitir esperanza a las pacientes. Los avances en el conocimiento de la biología de este tumor han sido claves porque han modificado dos cosas: por un lado, la forma de entender la enfermedad y su pronóstico, y por otro, la manera de tratarla a partir de esa información seleccionando el tratamiento más adecuado para cada paciente".

"En una situación de enfermedad avanzada ahora podemos transmitir esperanza a las pacientes. Los avances en el conocimiento han sido claves porque han modificado la forma de entender la enfermedad y su pronóstico y la manera de tratarla"

Nieves Díaz

— Jefa de Oncología del Hospital de Sant Joan

Por otro lado, determinar si existe una mutación genética es crucial desde el punto de vista terapéutico porque puede marcar el tipo de tratamiento que va a recibir el paciente y el beneficio que pueda obtener. El 20% de los cánceres de ovario tiene este origen genético, el resto se debe a una conjunción de factores, el más importante es la edad. Los­­­­ tumores aparecen generalmente después de la menopausia, muy rara vez antes de los 40 años.

En caso de que tenga origen genético, apunta que cabe la posibilidad de anticiparse al desarrollo de un tumor mediante una cirugía preventiva. En estos casos, a partir de los 35 años se les recomienda que valoren la extirpación de los ovarios y las trompas para minimizar el riesgo de desarrollar un tumor.

"Sabemos que las pacientes con mutaciones en algunos genes pueden tener un mayor beneficio con tipos específicos de terapia dirigida, un tratamiento que identifica y combate las células cancerosas sin afectar a las células normales que las rodean", apunta la médico. Los oncólogos también evalúan la inestabilidad genómica del tumor ya que algunas alteraciones se convierten en el cáncer de ovario en una ventaja al hacer muy sensible al tumor a algunas terapias dirigidas.