El monte de la provincia de Alicante, un polvorín por las olas de calor y la escasa intervención forestal

Aumenta el riesgo de incendio en los bosques alicantinos durante el verano por las temperaturas extremas, el efecto de las DANA y la política conservacionista del Gobierno del Botànic en la gestión medioambiental

Los pinos secos y la profusa maleza aumentan el riesgo de incendio forestal en la sierra de Mariola.

Los pinos secos y la profusa maleza aumentan el riesgo de incendio forestal en la sierra de Mariola. / JUANI RUZ

Pérez Gil

Pérez Gil

La mayor parte de la superficie forestal de la provincia de Alicante -especialmente en el parque natural de la sierra de Mariola- se encuentra amenazada por el riesgo de incendios forestales y plagas debido a una gestión inadecuada en los últimos años. La política medioambiental de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica basada en la mínima intervención no parece haber favorecido un buen estado de la masa vegetal de los montes alicantinos.

Así se evidencia en muchas zonas plagadas de profusa maleza, ramas secas y centenares de pinos caídos tras las sucesivas gotas frías -DANA- que que azotan la provincia cada vez con mayor frecuencia. Material orgánico altamente inflamable que sigue sin ser retirado con el consiguiente riesgo elevado de incendio y de proliferación del tomicus, el insecto que cuando es una larva perfora galerías en los troncos de los árboles hasta causarles la muerte. Precisamente en los años 2013 y 2014 una plaga de tomicus de grandes proporciones obligó al Gobierno valenciano a duplicar las brigadas de saneamiento forestal para combatir sus efectos y evitar que la devastación se extendiera.

El estado de una amplia superficie forestal de Alicante facilita la propagación de incendios y la expansión de plagas como la del tomicus.

El estado de una amplia superficie forestal de Alicante facilita la propagación de incendios y la expansión de plagas como la del tomicus. / JUANI RUZ

Explosión de herbáceas

Y a ello hay que añadir factores incontrolables que convierten los bosques mediterráneos en un polvorín. El cambio climático con la sucesión de olas de calor, las temperaturas extremas y las tormentas secas con abundante aparato eléctrico es uno de ellos. Pero este año en concreto se han dado más circunstancias adversas. Las abundantes lluvias de mayo produjeron una explosión de herbáceas en su momento de máximo desarrollo. Pero al acabar su ciclo vital esas plantas se secaron, coincidiendo con el inicio del verano, convirtiéndose de este modo en una reserva de biomasa de gran potencia calorífica y enorme facilidad para entrar en combustión.

Así lo indican expertos en gestión de montes, biólogos y responsables municipales del ámbito rural. El asunto también ha protagonizado varios debates en las Cortes Valencianas durante la anterior legislatura. De hecho, desde el grupo parlamentario popular en la oposición se ha denunciado en numerosas ocasiones la incoherencia que suponen las leyes para evitar el despoblamiento del ámbito rural, cuando la masa forestal que circunda a las pequeñas poblaciones de La Montaña está en una situación de abandono.

Las ramas secas de los pinos son un material altamente inflamable.

Las ramas secas de los pinos son un material altamente inflamable. / Juani Ruz

Todos ellos coinciden en señalar que la mejor manera de evitar el grave daño medioambiental y el enorme coste que tienen los incendios forestales es la prevención. Y para ello hay que invertir en el mantenimiento y control de la masa forestal. Apuntan, al respecto, que tampoco se requieren grandes cantidades de fondos públicos. Lo más importante es una buena planificación y ejecución porque no se trata de una tarea sencilla y mantener la "salud" de los montes requiere de una gestión eficiente y persistente. Pero van más allá al ampliar el foco del problema al creciente abandono de los campos por su falta de rentabilidad.

Es otro elemento potenciador del problema sobre el que se debe intervenir para evitar que se conviertan en una malla de continuidad en la propagación de los incendios forestales. De ahí surge la propuesta de que las subvenciones públicas también se destinen a los cultivos abandonados para que, al menos, sean roturados y frenen el avance de las llamas en caso de fuego.

Decenas de pinos secos en tierra en diversos enclaves de la sierra de Mariola.

Decenas de pinos secos en tierra en diversos enclaves de la sierra de Mariola. / JUANI RUZ

Limpiar el monte

En cualquier caso alertan sobre el erróneo y extendido concepto de que "hay que limpiar el monte porque está sucio". El bosque es un espacio forestal diverso y necesita de un sotobosque. O sea que no todo vale a la hora de aplicar una gestión medioambientalmente equilibrada.

En este sentido la política del nuevo Consell de Mazón en materia forestal va a incidir en la prevención. Pero a través de una intervención ajustada a los planes técnicos que elaboren los ingenieros de montes. Cambiará también el planteamiento aplicado durante las dos legislaturas anteriores del Gobierno del Botànic con una apuesta aperturista de la naturaleza a la sociedad. La intención es que los parajes naturales sean disfrutados por la población, y puedan albergar actividades lúdicas, culturales, turísticas y deportivas de forma regulada, mientras sus recursos naturales son aprovechados.

Precisamente el próximo 13 de agosto se cumplirá un año del incendio de Vall d'Ebo que arrasó 12.150 hectáreas de monte -3.000 de ellas de olivos, cerezos y almendros- causando pérdidas de 193 millones de euros a los que suman unas 10.000 colmenas de abejas calcinadas e infraestructuras dañadas.

Un rayo nocturno desencadenó la catástrofe y el fuego originado en la Vall d’Ebo se propagó con rapidez, empujado por el viento y avivado por el intenso calor, a la Vall d’Alcalà y la Vall de Gallinera, antes de propagarse hacia los municipios de Benimassot, Tollos, Fageca, Famorca y la pedanía de Millena, obligando a la evacuación de sus habitantes. Una semana tardaron los medios de extinción en lograr estabilizar el fuego.

La montaña de Margarida, la pedanía de Planes arrasada por las llamas del incendio de agosto de 2022.

La montaña de Margarida, la pedanía de Planes arrasada por las llamas del incendio de agosto de 2022. / JUANI RUZ

Fondo Estratégico Municipal

Para combatir esta situación la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica aprobó a finales del pasado mes de febrero el Fondo Estratégico Municipal de Prevención de Incendios y Gestión Forestal. Los 50 millones de euros inicialmente anunciados se redujeron a 10 millones, haciéndose partícipe también a los ayuntamientos de las actuaciones de limpieza en sus montes.

Un total de 436 municipios de la Comunidad Valenciana aceptaron la ayuda económica directa del Consell para la ejecución, durante este 2023, obras e inversiones de prevención de incendios forestales contempladas en sus planes. La aceptación ha alcanzado al 94% de los ayuntamientos pero en el tratamiento de las masas forestales supramunicipales existe un peligroso vacío.

Trabajos de limpieza realizados en mayo en la montaña de Biar.

Trabajos de limpieza forestal realizados en mayo en la montaña de Biar. / Áxel Álvarez

La exconsellera Isaura Navarro indicó entonces que "el fondo nos permitirá reforzar y ayudar a los ayuntamientos valencianos a ejecutar acciones y actuaciones contempladas en la planificación local de prevención de incendios, con el fin de favorecer el mantenimiento de nuestros montes y proteger nuestros bosques".

También calificó la buena acogida por parte de los municipios como “exitosa por las buenas políticas que impulsamos desde el Consell en materia de prevención de incendios y de conservación y salvaguarda de nuestro medio ambiente".

La resolución provisional de 24 de febrero de 2023 de concesión directa ya estimaba la cantidad económica asignada a cada uno de los 464 ayuntamientos de Alicante, Valencia y Castellón que podían ser beneficiarios del fondo estratégico municipal de prevención de incendios y gestión forestal.

Tareas de limpieza de la sierra de Biar.

Trabajos de limpieza forestal realizados en mayo en la montaña de Biar. / Áxel Álvarez

Una vez publicada la resolución definitiva en el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana se comenzó a tramitar el pago del 50% del importe de la subvención en concepto de anticipo. Y de este modo muchos municipios de l'Alacantí, l'Alcoià, El Comtat y el Vinalopó comenzaron antes del verano a realizar actuaciones de desbroce, roza, poda y clareo del arbolado para la prevención y contención de los temidos incendios forestales como el que hace ahora un año devastó La Montaña de Alicante.