Las casetas de socorrismo son más un reclamo turístico que un puesto útil de vigilancia

Las dos nuevas infraestructuras en la playa de San Juan están demasiado lejos del agua para responder con eficacia ante cualquier emergencia

Una de las casetas de la playa de San Juan, sin socorristas en ella.

Una de las casetas de la playa de San Juan, sin socorristas en ella. / PILAR CORTÉS

Alberto Losa

Alberto Losa

Las nuevas casetas de socorrismo no existen. Al menos, no bajo esa definición. Las dos obras de Antonyo Marest están en la playa de San Juan, sí, pero como un reclamo turístico y no con el principal uso para el que fueron concebidas. Los socorristas aluden a la distancia respecto al mar como el principal impedimento para utilizarlas, mientras que a los bañistas les encantan y no dejan de hacerse fotos con ellas.

El objetivo "oficial siempre fue utilizarlas como puestos de vigilancia, sin obviar que también servirían como reclamo turístico. Al menos, era lo que afirmaban desde el Ayuntamiento de Alicante. Antes de su inauguración, Turismo aseguraba que las nuevas infraestructuras buscaban "convertirse en un icono turístico de la ciudad al tiempo que mejorarán las infraestructuras de salvamento y socorrismo al generar un mayor espacio y confort para los vigilantes".

Para desempeñar su tarea, sin embargo, los socorristas han prescindido de este espacio y confort. Simplemente están muy lejos. El tiempo para responder con eficacia ante cualquier emergencia aumenta, y la visibilidad tampoco es óptima, señalan algunos de ellos.

Los socorristas siguen desempeñando su trabajo, pero en sus habituales puestos: las sillas de madera ubicadas a unos tres metros de altura, próximas a la misma orilla, para reducir el tiempo de reacción ante cualquier imprevisto y desde donde también pueden advertir cualquier peligro.

Un socorrista vigila la playa de San Juan desde una silla.

Un socorrista vigila la playa de San Juan desde una silla. / PILAR CORTÉS

Reclamo turístico

El objetivo que sí cumplen es el de ser un atractivo tanto para los turistas como para los alicantinos. Las redes sociales impulsan este icono y lo hacen todavía más fotografiable. E incluso la sombra que dan son para algunos la excusa perfecta para poner la toalla debajo, y así evitar cargar con la sombrilla.

El Ayuntamiento de Alicante aspiraba a que estas casetas se convirtieran en todo un icono turístico este verano, inspirado en el estilo de las playas norteamericanas, un objetivo que se puede asegurar que se está cumpliendo. Al mismo tiempo, buscaban mejorar las condiciones de trabajo de los socorristas, acomodándoles en espacios más amplios y sombreados para poder estar de servicio, algo que no está funcionando.

Estas torres, que como pedía la asociación de vecinos de Playa de San Juan "Juntos Avanzamos", son el "icono" que no tenía esta playa, aunque llegaron con cierto retraso, ya que inicialmente tendrían que haberse puesto en marcha en el periodo estival de 2022, pero no pudo ser debido a dificultades presupuestarias. Tras estos retrasos, a finales del pasado mes de abril, el Ayuntamiento de Alicante finalmente anunció su presentación para el primer día de campaña de las pasadas elecciones municipales.

Las casetas las diseñó un alicantino, el artista Antonyo Marest, natural de Villena, quien explicó durante la presentación que el proyecto que presentó el Ayuntamiento no se limitaba a estas dos casetas en la playa de San Juan, sino que estas dos estructuras no dejaban de ser un proyecto piloto de la iniciativa. Según señaló, su propuesta al Ayuntamiento era la de construir ocho casetas en San Juan, tres en el Postiguet, dos en Urbanova y una en la Albufereta. Todo está en manos del gobierno municipal, quien decidirá si construir más iconos turísticos o si modificar la idea para hacerlos efectivos puestos de vigilancia.