La nueva moda del coleccionismo deportivo que puede convertirse en adicción

La asociación alicantina Vida Libre sostiene que el factor azaroso de los cromos es el mismo que tienen los rascas o los cofres de videojuegos

Esta ola viene de Estados Unidos, donde la gente pide créditos bancarios para costearse sus colecciones

Dos niños en un mercadilo de cambio de cromos

Dos niños en un mercadilo de cambio de cromos / MARGA FERRER

Juan Fernández

Juan Fernández

Compras una caja con cuatro cromos deportivos por 300€ y tienes la posibilidad de que te toque una carta con el autógrafo original de tu jugador favorito o incluso un trozo de su camiseta. O puede que, al contrario, no te toque nada. Es la nueva forma de coleccionismo deportivo que ha llegado a España con la instalación en Europa de nuevas empresas provenientes de Estados Unidos dedicadas exclusivamente a este negocio.

Atrás quedó el coleccionismo de los cromos de La Liga española por los más pequeños de la casa. La nueva moda entre los coleccionistas está enfocada a un público más adulto que no quiere completar colecciones sino que busca, en contraposición, las cartas más especiales de sus jugadores favoritos. Unas cartas, además, con un gran valorar en el mercado y abiertas a la especulación.

Su alto precio y su factor probabilístico y de azar hace que organizaciones como Vida Libre, asociación alicantina de afectados por la ludopatía y otras adicciones, asemejen sus mecanismos a otros existentes en rascas, tragaperras o cofres de videojuegos.

Antonio Castaños, psicólogo y director de Vida Libre, comenta que este paralelismo "se puede establecer debido a que en todos esos casos hay un fuerte componente de azar que invita a seguir participando", algo que, recalca, "responde a los criterios del manual de adicción comportamental" que se sigue desde la profesión.

"La posibilidad de que te toque el ansiado premio gordo convierte la diversión o el entretenimiento de coleccionar algo en adicción o convulsión por llegar a conseguir una pieza concreta", añade Castaños. Además, argumenta que es aún peor si se consigue el ansiado premio: "Si tienes la mala suerte de que te toque, eso crea un mayor componente de satisfacción personal que provoca que se compre mucho más, pues crea una importante descarga de dopamina a nivel cerebral".

También es cierto que esta deriva ha sido progresiva y no ha desembocado en la península de forma repentina. El enfoque de las empresas especializadas en la venta de cartas deportivas consistío en buscar un target adulto para sus colecciones que se aficionase a conseguir lo que se llaman cartas paralelas, diferentes versiones de una misma carta, para hacer más completa su colección.

Es un nuevo modelo de coleccionismo de cromo de fútbol diferente al que había hasta ahora en España. El periodista valenciano especializado en colecciones deportivas Pedro Pardo Sánchez, cree que este cambio tan repentino en la industria de los "tradings cards" va acorde con la demanda de un público más adulto que quiere ir más allá de las colecciones de toda la vida: "El cliente actualmente está demandando otro tipo de colecciones que van acordes con un mayor poder adquisitivo".

Un trozo de camiseta de Benzema, entre los tesoros más codiciados

Un trozo de camiseta de Benzema, entre los tesoros más codiciados / INFORMACIÓN

Pedro Pardo, además, comenta que las empresas "han visto que después del confinamiento de la pandemia, sobre todo en Estados Unidos, se acrecentó todavía más un fuerte interés sobre el coleccionismo que ha acabado llegando aquí a España". Eso, añade, "provoca que haya cada vez colecciones con más cartas y más variantes de una misma carta. Las editoriales saben que hay demanda y acaban aprovechando para sacar sus productos cada vez de forma más rápida".

"Hobby"

Los plazos que nuevas empresas como la estadounidense Topps han llegado a instalar entre colección y colección es de menos de un mes, llegando a lanzar productos en un plazo de apenas dos semanas. Este proceso de modificar las conductas del consumidor final ha ido creando una necesidad compulsiva de seguir todas las novedades publicadas por la compañía, incluidos sus paquetes premium exclusivos publicados bajo el nombre de "hobby".

Estos productos son los que han comenzado a despertar la alerta de psicólogos expertos en adicciones, puesto que su elevado precio y sus posibilidades de conseguir un premio de muy alto valor en el mercado crean unos índices de adicción muy altos. Como pasa en las tragaperras, echar una moneda a la máquina puede reportarte un bote con una cuantía muy superior a la jugada. Pese a que no suceda a menudo, la posible victoria se encuentra ahí, como una posibilidad, y hace que la gente que está enganchada siga probando suerte.

La diferencia es que aquí no hay que echarle una moneda. Las cajas "hobby" se llegan a vender por un precio que ronda los 200 o 300 euros y cuyo contenido puede contener una carta premium firmada o con un trozo de camiseta con un precio mucho mayor en el mercado que lo gastado en la caja. Sin embargo, la baja probabilidad hace que mucha gente acabe perdiendo más dinero del que gana.

"El caso más extremo que recuerdo, y que era un auténtico disparate, era un set de cartas del Manchester City en el que te venían cuatro cartas y que rondaba los 300€ el set", comenta Pedro Pardo, periodista especializado en periodismo deportivo. Además, sorprende ver que este tipo de cajas "hobby" se acaban agotando en cuestión de segundos. Algunas personas compran varios lotes y otras acaban especulando con ellas vendiéndolas a un precio aún mayor en otros portales de compra.

Debido a esto, la empresa estadounidense Topps se ha visto obligada a elaborar un mecanismo web que impida la compra masiva de estos productos, reservando una única compra por usuario. Aun así, las reventas no se han parado y siguen habiendo otro tipo de portales online que venden estos sets de cartas con un aumento de más del doble del precio original.

Un intercambio de cromos en una plaza de València

Un intercambio de cromos en una plaza de València / MIGUEL ANGEL MONTESINOS

Adicción comportamental

El psicólogo y director de la asociación Vida Libre, Antonio Castaños, explica que es necesario prevenir la proliferación de la adicción comportamental desde antes de que se estudien casos de sujetos concretos que sufran este tipo de adicción: "Este caso concreto, el de los cromos deportivos, tenemos la suerte de que todavía no ha sido tratado por gran parte del gremio puesto que es un problema reciente. Esto hace que podamos trabajar para prevenir este tipo de adicción comportamental, pues sigue los mismos parámetros que hemos podido estudiar en otros casos".

Así, comenta que hay unos factores nucleares que son inherentes a cualquier tipo de comportamiento compulsivo o adicción. Los síntomas para poder detectar este problema antes de tiempo pasan por tener un intenso deseo, ansia o necesidad de concretar la actividad que te crea el placer, una pérdida progresiva del control sobre la misma hasta llegar al descontrol y unas consecuencias negativas que suelen ser advertidas por personas allegadas que se lo comunican al adicto, quien no detiene la actividad y se pone a la defensiva, negando el problema que padece.

Estos patrones son los descritos por el manual de adicción conductual que siguen los profesionales especializados en este tema. Castaños, de esta forma, considera que esos criterios "son fundamentales para poder detectar o evaluar un diagnóstico concreto". En este sentido, añade que el comportamiento descrito está muy arraigado en Estados Unidos, donde ha podido saber de situaciones que tienen una relación directa con este tipo de comportamientos y recalca que es un tema que se tiene que prevenir en España.

Es en Estados Unidos donde la gente ha llegado a pedir créditos bancarios para costearse sus vicios deportivos. No obstante, también es consciente de que queda un largo camino hasta que la cultura nacional se pueda asemejar a lo que ocurre allí en un tramo corto de tiempo. El periodista especializado Pedro Pardo argumenta que la llegada de editoriales como Topps al país ha convertido el mercado "en algo más americano" puesto que al coleccionista americano "no le interesa terminar una colección, no es como el coleccionista europeo, que realmente lo que busca es terminarla o tenerla lo más completa posible. Al coleccionista norteamericano le da exactamente igual eso, lo que quiere es tener las cartas de sus jugadores favoritos. Entonces, sí tu le incluyes la posibilidad de conseguir un trozo de camiseta o una firma de ese jugador, no cesan en su empeño de conseguirlo sin que importe el precio a pagar".

Pedro Pardo considera que la industria nacional está deribando a ese mercado norteamericano pese a que, añade, "aún estamos lejos de lo que se puede ver allí, donde tienen que pedir préstamos para saciar su ansia de conseguir los cromos más codiciados". En este sentido, comenta que en España "actualmente se pueden llegar a pagar 500 o 1.000 euros por una única pieza, aunque no son cantidades tan grandes como se pueden llegar a pagar en Estados Unidos". Este paso acercaría al mercado español la proliferación de sets "hobby" azarosos en los que la probabilidad de conseguir cartas costosas, aunque ínfima, estuviese garantizada.

Además no solo queda esto aquí, Panini intentó acercar la temporada pasada el sector de los NFC al coleccionismo en uno de sus sellos más icónicos, Megacracks, pese a que el resultado no fue el esperado por la editorial. Otras plataformas como Sorare, a su vez, han comprado los derechos de imagen de las principales ligas europeas para llevar las criptomonedas y mecánicas de juegos de azar a nuevos públicos a través del llamado coleccionismo digital.