Los actos vandálicos "estrenan" el renovado centro de Alicante con pintadas

Los comerciantes exigen que se ataje la oleada de grafitis para que su evolución no sea "exponencial"

Pintadas en el nuevo suelo de la avenida de la Constitución.

Pintadas en el nuevo suelo de la avenida de la Constitución. / PILAR CORTÉS

Alberto Losa

Alberto Losa

Un centro renovado y lleno ya de pintadas. El eje de la avenida de la Constitución con la calle Bailén, sometido recientemente a renovación, ha sido "estrenado" por los incívicos con varias pintadas. No solo en en las paredes, sino también en el suelo. Una nueva oleada de grafitis, que no respeta ni el patrimonio y preocupa a vecinos y comerciantes, que ven cómo se deteriora la imagen del escaparate de la ciudad en plena temporada turística.

Residentes y trabajadores lamentan esta situación y piden que se tomen medidas para detener estos comportamientos. Así lo ha expresado Vicente Armengol, presidente de la asociación Corazón de Alicante: "Si no se toma una determinación en cuanto a esto, porque son temas reincidentes y no tienen contemplaciones, nos encontraremos que la evolución es exponencial. Se trata de poner los medios suficientes para atajarlo". El representante de los comerciantes señala que estas acciones incívicas ya están puestas en conocimiento de las autoridades: "Esto lo ponemos en conocimiento tanto del Ayuntamiento (la Policía Local) como de la Policía Nacional, porque atentan contra lo público y contra lo privado".

Un banco de la calle Bailén, lleno de grafitis.

Un banco de la calle Bailén, lleno de grafitis. / PILAR CORTÉS

Los comerciantes critican que estas acciones atentan no solo contra el mobiliario público y contra los portales de los edificios privados, sino también contra edificios históricos, como el Mercado Central y el cine Ideal.

Las pintadas comenzaron la pasada semana y ya "decoran" varios emplazamientos importantes del centro de la ciudad, como los aledaños del Teatro Principal o el centro de abastos mencionado anteriormente. Armengol insiste en que es necesario tomar acciones para detener estos comportamientos incívicos porque atentan contra el patrimonio y dan "mala imagen" de la ciudad.

Y es que ni los lugares más emblemáticos escapan a las antiestéticas pintadas. Las faldas del Castillo de Santa Bárbara ha sido también en ocasiones un mural para pintadas, así como también el de San Fernando. Una situación que se extiende a la mayoría de barrios y que acaba acarreando también un gasto público a la hora de limpiarlas. Vecinos y comerciantes critican además las pintadas en forma de firmas, las cuales no son "lo mismo" que los murales, señalan.