Más trastornos del neurodesarrollo porque nacen más niños prematuros y la maternidad es más tardía

El Hospital de Sant Joan detecta un aumento de trastornos del espectro autista en menores aunque los programas de detección precoz permiten descubrir los casos más leves

Los especialistas realizan pruebas de juego para detectar el grado de trastorno del espectro autista

Los especialistas realizan pruebas de juego para detectar el grado de trastorno del espectro autista / INFORMACIÓN

J. Hernández

J. Hernández

La maternidad tardía, con padres que tienen una edad cada vez más avanzada en el momento de la concepción y los nacimientos prematuros, están detrás del aumento de los trastornos en el neurodesarrollo detectado en menores.

Como ejemplo, el número creciente de diagnósticos de trastornos del espectro autista, explican desde Sanidad. Gracias al diagnóstico precoz, se detectan hasta los casos más leves, "y del total de niños que evaluamos se descartan el 20%”, apunta el doctor Francisco Carratalá, neuropediatra de la unidad de Atención Integral del Trastorno del Espectro Autista (AITEA) del Hospital de Sant Joan .

Esta unidad se constituyó antes de la pandemia y, ahora, una vez finalizadas todas las restricciones, da un nuevo impulso a su trabajo y retoma su actividad que ha estado prestando a medio gas. En los últimos cinco años el equipo multidisciplinar de profesionales de la unidad ha evaluado a unos 450 niños. 

Una unidad que, una vez hecho el diagnóstico, realiza un abordaje de cada caso personalizado. Pues son trastornos del neurodesarrollo crónicos que en un número importante de casos se asocian a uno o más trastornos psiquiátricos como la ansiedad, la depresión o el trastorno obsesivo compulsivo. De ahí la importancia de contar con el equipo multidisciplinar de la unidad, cuyos profesionales evalúan y tratan a cada menor con unos resultados cada vez más esperanzadores.

Además del doctor Carratalá, completan la unidad la neuropediatra Patricia Andreo; los psiquiatras Inés Pérez, Pedro David López y Carmen Atienzar; tres psicólogas, Iris Colomer, Susana Del Moral y Clara Marín; y la trabajadora social Consuelo Verdú. “El trastorno del espectro autista es complejo y es importante el punto de vista de diferentes profesionales, es relevante destacar que se trata de un problema orgánico que afecta al neurodesarrollo y que debemos detectar cuanto antes”, señala el experto.

 “Es un trastorno que puede constituir un drama sin sensibilidad pública, he visto cómo en ocasiones se reprocha a los padres el mal comportamiento o la agitación de su hijo ignorando que ese niño tiene un trastorno del espectro autista”, añade el neuropediatria. "Es una enfermedad orgánica, las conexiones neuronales se ven afectadas durante el desarrollo del niño, unas veces se sabe la causa y otras no”, incide.

“Es un trastorno que puede constituir un drama sin sensibilidad pública, he visto como en ocasiones se reprocha a los padres el mal comportamiento o la agitación de su hijo ignorando que ese niño tiene un trastorno del espectro autista”

Doctor Francisco Carratalá

— Neuropediatra del Hospital de Sant Joan

Síntomas

Es normalmente el pediatra quien, por sugerencia de los equipos psicopedagógicos escolares, por observaciones de la familia o por iniciativa propia remite al paciente a la Unidad de Salud Mental Infantil (USMI), a la unidad de Neuropediatría o a los dos simultánemamente. Con la información que aportan, se citan en la unidad de Atención Integral del Trastorno del Espectro Autista , donde son valorados en el mismo día por el psiquiatra infantil, el neuropediatra y, si así se indica, por el psicólogo. Se provee a los padres con un informe provisional de cada una de las visitas.  

 Según explica la psiquiatra Inés Pérez, “en el trastorno del espectro autista hay tres áreas afectadas, la socialización; la comunicación, verbal y no verbal y las conductas repetitivas e intereses restringidos y con también tres niveles, que van desde el grado leve al muy grave”. A la hora de realizar el diagnóstico los psicólogos y psiquiatras se valen de dos pruebas fundamentales: el ADOS-2 y el ADIR. 

"En el trastorno del espectro autista hay tres áreas afectadas, la socialización; la comunicación, verbal y no verbal y las conductas repetitivas e intereses restringidos y con también tres niveles, que van desde el grado leve al muy grave”

Doctora Inés Pérez

— Psiquiatra

 “El ADOS-2 es un test largo, de alrededor de hora y media de duración, en el que los profesionales de la psicología y psiquiatría evaluamos elementos del juego, como el juego simbólico, la forma de mirar o la sonrisa del niño y que se puede realizar en casos de duda en el diagnóstico”, señala Pérez. 

Por otra parte, siempre que existe sospecha de trastorno del espectro autista en niños menores de 6 años es importante derivarlos a atención temprana donde los menores pueden recibir logopedia, terapia ocupacional y fisioterapia dependiendo de sus necesidades.  

El equipo que se encarga del diagnóstico y tratamiento de estos trastornos en el Hospital de Sant Joan

El equipo que se encarga del diagnóstico y tratamiento de estos trastornos en el Hospital de Sant Joan / INFORMACIÓN

Salud Mental

Tras la revisión de pacientes, al final de la consulta, se hace una reunión conjunta en la que también interviene la trabajadora social en la que se valora qué tipo de intervenciones se deben realizar con el paciente, y qué seguimiento se realizará, ya sea en la Unidad de Salud Mental Infantil del departamento, en Neuropediatría, o bien en ambos servicios. El acuerdo queda plasmado en un documento que es remitido al domicilio familiar. 

Los psiquiatras, la trabajadora social y las psicólogas de la unidad trabajan habitualmente en la Unidad de Salud Mental Infantil, ubicada en el centro de salud Cabo Huertas, mientras que los neuropediatras lo hacen en el Hospital de Sant Joan, donde también se pasa la consulta de Atención Integral del Trastorno del Espectro Autista.

Este trastorno afecta más a los niños que a las niñas y en el caso de las menores es más difícil su diagnóstico ya que “normalmente son más sociables y su trastorno suele pasar inadvertido”, indica el neuropediatra. Aunque se desconocen las causas, el número de diagnósticos en niños bajó durante la pandemia y se ha incrementado después. En niñas, en cambio, se ha mantenido estable.