La nueva autovía de València a Murcia por Yecla sacará a 4.000 camiones diarios de la red viaria de Alicante

La A-33 acorta en 12 kilómetros la ruta frente a la A-31 por el valle del Vinalopó y en 40 al de la AP-7 por la costa de la Marina, con un recorrido más favorable para el tráfico pesado

Tramo de la A-33 entre Caudete y Yecla, que completa el recorrido de la autovía, inaugurado este 11 de enero.

Tramo de la A-33 entre Caudete y Yecla, que completa el recorrido de la autovía, inaugurado este 11 de enero. / Marcial Guillén / Efe

La nueva autovía A-33, que comunica València y Murcia a través de Yecla y Jumilla y que quedó completada el pasado jueves 11 de enero, hará que cada día circulen en torno a 4.000 camiones menos por dos importantes vías de la provincia de Alicante como son la A-7 en el Baix Vinalopó y la Vega Baja y la A-31 en el valle del Vinalopó. Al menos, eso es lo que se desprende de las estimaciones que maneja el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, que prevé que cada día circulen por esta vía unos 15.000 vehículos diarios, un 40% de ellos pesados. Es decir, alrededor de 6.000.

Hasta ahora, por este corredor hasta ahora han venido transitando algo más de 2.000 camiones diarios, aunque lo lógico es que la cifra aumente de manera considerable ahora que la autovía está terminada. El ministro Óscar Puente inauguró el pasado jueves los últimos 16 kilómetros que quedaban pendientes de la A-33, entre la población albaceteña de Caudete y la murciana Yecla. En total son 91 kilómetros, desde el enlace con la A-35 en La Font de la Figuera hasta la A-30 en los alrededores de Blanca (Murcia), de los cuales 5 discurren por la provincia de Alicante, en concreto por el término municipal de Villena. Pero su impacto sobre el tráfico en las carreteras alicantinas irá previsiblemente mucho más allá.

El ministro de Transportes, Óscar Puente, y el presidente de Murcia, Fernando López Miras, en la inauguración.

El ministro de Transportes, Óscar Puente, y el presidente de Murcia, Fernando López Miras, en la inauguración. / Marcial Guillén / Efe

La A-33, como puso de relieve el ministro de Transportes durante la inauguración, acorta de manera notable el recorrido en relación a los demás corredores entre València y Murcia o viceversa. Óscar Puente destacó que por la nueva autovía hay 40 kilómetros menos entre las mencionadas ciudades que haciendo el recorrido por Alicante, siguiendo la AP-7 por la costa y luego la A-7. Pero además, la distancia se reduce en 20 kilómetros frente a la ruta por la A-7 a través de Alcoy. Y, lo que es más importante aún, por la A-33 se hacen 12 kilómetros menos que por la A-31 a través del valle del Vinalopó y luego por la A-7 hasta Murcia. Una cuestión que resulta fundamental para el tráfico pesado.

Gran parte de los camiones que cada día cruzan la provincia de Alicante por la A-7 y la A-31 proceden no ya de Murcia, sino de Andalucía. Parece lógico, a priori, que ahora que está terminada la A-33 se decanten por utilizar este itinerario, que no solo acorta el trayecto sino que no tiene prácticamente ninguna pendiente fuerte en todo el recorrido. Conviene recordar, en este sentido, que los desniveles son la más que presumible causa de que la finalización de la A-7 por Alcoy no supusiera en su momento una disminución del tráfico de camiones por a A-31, como ya ha publicado este periódico en diferentes ocasiones. Tampoco lo ha sido la liberalización de la AP-7 entre Alicante y València, en este caso por tratarse de una ruta más larga.

Tramo de la A-33 que discurre por la provincia de Alicante, en Villena, cuando aún estaba en obras.

Tramo de la A-33 que discurre por la provincia de Alicante, en Villena, cuando aún estaba en obras. / Áxel Álvarez

La progresiva apertura de tramos de la A-33 ha supuesto un aumento del tráfico de camiones por este corredor. En 2017, cuando la autovía ya llegaba a las proximidades de Yecla desde Murcia pero el tramo de La Font de la Figuera aún no estaba terminado, apenas circulaban 500 vehículos pesados diarios por la A-33 a la altura de Yecla, según datos del mapa de tráfico de ese año del Ministerio de Transportes. En 2022, la cifra de camiones en ese mismo punto había crecido a 2.479. Cabe pensar que ese incremento ahora se hará más intenso, tal y como augura el propio Ministerio, que espera que el tráfico en la A-33 se duplique en relación al actual, y que en el caso de los camiones casi se triplique. Con todo, lo cierto es que nada asegura que realmente vaya a ser así.

Menos tráfico en la A-7

Si se cumplen las expectativas del Ministerio de Transportes, una parte importante de los camiones que ahora se dirigen desde Murcia o Andalucía hacia Cataluña y Francia dejarán de hacerlo atravesando la Vega Baja y el Baix Vinalopó por la A-7, utilizando en su lugar la A-33. De producirse, esto supondría un alivio para esta autovía, que en estos momentos soporta un elevado tráfico de vehículos pesados. En 2022, según datos del Ministerio, por esta autovía a la altura de Elche circularon una media de 10.558 al día, un 15,5% del total de 68.306 de intensidad media diaria. En la Vega Baja el tráfico es algo menor, pero igualmente intenso: 43.172 vehículos a la altura de Orihuela, de ellos 7.538 camiones, en este caso según datos de 2019. Si todo el tráfico pesado de paso se desviara a partir de ahora por la A-33, el cambio sería bastante notable, y el tráfico probablemente resultaría mucho más fluido.

Camiones en la A-31 en las proximidades de Alicante este fin de semana.

Camiones en la A-31 en las proximidades de Alicante este fin de semana. / Alex Domínguez

Aun así, conviene recordar que no hay nada que asegure que esto se vaya a producir, y que, además, las comarcas alicantinas también son punto de origen y destino de los trayectos de muchos vehículos pesados. Será lógico que los camiones que salgan de la Vega Baja para dirigirse a otros países de Europa sigan encaminándose por la A-7 y la A-31 en dirección a València, en lugar de retroceder hasta Murcia buscando la A-33. Por ello, la finalización de la nueva autovía por Jumilla y Yecla no hace que resulte menos necesaria la ampliación de la A-7 a tres carriles por sentido entre Crevillent y Orihuela, proyecto que está ahora en trámite.

Lo que sí queda definitivamente atrás es la alta siniestralidad de la N-344, la carretera que existía previamente a la A-33 en este corredor de Murcia a València. Era especialmente conflictivo el tramo entre el término de Villena y La Font de la Figuera, donde se unía el tráfico procedente de la A-31. Durante muchos años, los accidentes graves, la mayoría con camiones implicados, fueron una constante, y esta vía figuró entre las más peligrosas de España.

Un probable alivio para una A-31 necesitada de un arreglo urgente. La finalización de la A-33 no quita que el tráfico de camiones en el valle del Vinalopó sea muy intenso.

La conclusión de la A-33 por Jumilla y Yecla probablemente supondrá también un alivio para la A-31 a su paso por el Medio y Alto Vinalopó, en tanto que muchos de los camiones que ahora mismo utilizan este itinerario pasarán a encaminarse por la autovía recién terminada. Si las previsiones más optimistas del Ministerio de Transportes se cumplieran, el tráfico de vehículos pesados por la autovía que comunica la provincia de Alicante con Madrid se reduciría a la mitad, puesto que ahora mismo es de unos 8.000 diarios.

No obstante, lo más probable también es que esa disminución del tráfico pesado sea más moderada. En primer lugar, porque quizá no todos los camiones que hacen la ruta desde Murcia y Andalucía hacia Cataluña y Francia pasen a utilizar la A-33, a pesar de todos los factores favorables que hay para ello. Y en segundo lugar, porque la actividad económica del valle del Vinalopó, especialmente la industria, también genera tráfico pesado.

Así, la nueva ruta directa entre Murcia y València no debería ser un obstáculo para el arreglo de la A-31 en la provincia de Alicante, que a día de hoy resulta una verdadera necesidad. Como ya publicó este periódico la semana pasada, las características de esta autovía se han quedado totalmente insuficientes para el enorme volumen de tráfico que soporta, que asciende a 52.693 vehículos diarios entre Petrer y Novelda, según datos de 2022, de los cuales 7.821 son camiones. El tramo que soporta más tráfico pesado es el comprendido entre Novelda y Monforte del Cid, que alcanza una cifra de 8.192.

El recorrido de la A-31 por la provincia, como también señaló este periódico hace unos días, es de las pocas «autovías de primera generación» de toda España en donde no se ha acometido una mejora en profundidad, y presenta algunas deficiencias ya detectadas desde su inauguración, de la que se cumplirán 35 años en marzo. La más importante es sin duda el trazado sinuoso que hay en varios puntos, con curvas muy cerradas en algunos casos, unido a cambios de rasante de la antigua N-330 que siguen sin corregirse.