Un tercio de los enfermeros extranjeros en Noruega proceden de Alicante

Aprender un idioma en tiempo récord para irse a trabajar fuera con mejores condiciones laborales y mayor salario. Según los últimos datos del Ministerio de Salud y Cuidados de Noruega, España es el país no escandinavo que más profesionales sanitarios aporta a su lista de enfermeros, y todo ello gracias a una empresa alicantina que, debido a los contactos que tienen con sociedades del sector de salud noruego, proporciona clases intensivas del idioma hasta alcanzar un nivel B2 bajo.

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Global Working, empresa dirigida por Pablo Lanza, se encarga de realizar clases intensivas de noruego hasta alcanzar un nivel apto de la lengua tras unas 700 horas de estudio en medio año. Actualmente, captan a licenciados sanitarios de España y de otras partes del país, que tienen la posibilidad de realizar las clases de forma presencial o en línea. "No garantizamos empleo, pero sí entrevistas con la red de empresas con las que colaboramos normalmente", comenta Lanza.

La demanda de personal sanitario en Noruega es mayor que la oferta, "puesto que allí la profesión de enfermero no está tan bien valorada como aquí". Los datos registran un paro del 0,5% en el sector y acaban buscando en el mercado laboral extranjero para cubrir vacantes, principalmente en entornos rurales donde hace falta un mayor equipo profesional. Lanza comenta que en Noruega "las ratios de pacientes por enfermero son muy bajas y existe la posibilidad de elegir una atención individualizada en casa, por lo que ven necesario buscar mano de obra en otros países. Nosotros vimos ahí una oportunidad y ahora en la empresa enseñamos el idioma y los métodos de trabajo que utilizan allí".

Así, en casi 10 años, Global Working ha mandado unos 270 enfermeros a Noruega, y ahora se han abierto a dar clases a estudiantes de otros países como italianos, portugueses, griegos y franceses. "En primer lugar, acceden a puestos en sitios más pequeños, aislados y de difícil cobertura, precisamente porque tienen más urgencia de conseguir personal y la primera experiencia allí es buena. Posteriormente, cuando ya se asientan en el país y controlan más el idioma, tienen la posibilidad de pedir un traslado a ciudades más grandes como Oslo", explica el director de la sociedad alicantina.

Condiciones laborales

La teoría escrita en los apuntes de los estudiantes del área de la salud menciona mucho la atención al paciente de forma holística. Se basa en la idea de que todo el cuerpo debe ser tratado como una entidad, en lugar de centrarse en partes específicas, por lo que el cuidado médico tendría que contener también ese punto de interesarse por el propio paciente, en todas sus vertientes. Se acercaría a una atención más individualizada. Sin embargo, las ratios españolas imposibilitan esta tendencia. En Noruega, en cambio, cada enfermero atiende a unos 10 pacientes al día, lo que puede generar una observación más pormenorizada.

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No obstante, si algo mueve a los jóvenes sanitarios de Alicante a buscar suerte en otro país, es la estabilidad laboral. Jessica Montes estudió la carrera en la Universidad de Alicante y, tras tiempo trabajando en el Hospital General y en la clínica Vistahermosa, decidió aventurarse en este proyecto "para evitar toda la incertidumbre de no saber qué iba a ser de mí el día de mañana. Tenía dos opciones, o prepararme el EIR --especialidad de enfermera interna residente-- o conseguir una buena estabilidad laboral en Noruega. Y aquí estoy", comenta la santapolera.

Otro caso parecido es el de Dani, de Crevillente. Tras estudiar en el CEU Cardenal Herrera de Elche, y habiendo trabajado dos años y medio en Urgencias del Hospital del Vinalopó, vio que su intención de formar una familia todavía estaba muy lejos: "Me daba fobia el hecho de querer crear planes de futuro sin nada claro aquí, por eso busqué la manera de ganarme la vida fuera de España junto con mi novia, también sanitaria". Ambos entraron a finales del mes de octubre y, en principio, tendrán su primera entrevista de trabajo en Noruega el próximo mes de abril.

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Nuevos horizontes

Debido al éxito de enviar personal sanitario a Noruega, Global Working ha crecido y ahora también exporta educadores infantiles a Alemania. En este caso, pese a que el alemán es más exigente, las horas de estudio ascienden a 900 para obtener un nivel B2. A su vez, también han comenzado a ofrecer clases de castellano a extranjeros y tienen una red de pisos por la ciudad donde hospedar a los alumnos de otras partes de España que no tienen habitación.