Un 10 % más de alicantinos en rehabilitación por problemas con las drogas en 2023

La cocaína supera al cannabis como la droga más consumida por los pacientes que han acudido este año a consulta en la Unidad de Prevención Comunitaria en Conductas Adictivas

Un persona consume cocaína sobre su cartera, en una imagen de archivo.

Un persona consume cocaína sobre su cartera, en una imagen de archivo. / INFORMACIÓN

Lydia Ferrándiz

Lydia Ferrándiz

Los problemas de adicción a las drogas siguen siendo uno de los mayores desafíos los habitantes de la provincia. Una pandemia silenciosa que cada año va a más y que en 2023 siguió creciendo hasta superar todos los registros. Solo en el pasado año, 16.026 personas acudieron a las Unidades de Conductas Adictivas (UPCCA) por problemas relacionados con las adicciones, un 10% más que en 2022 y casi un 15% más de los que decidieron iniciar su tratamiento en 2019, antes de que comenzara la pandemia, según los últimos datos ofrecidos por la Conselleria de Sanidad. 

Una cifra que aumenta cada año y que, en los últimos cuatro años, deja a 1.961 personas más con problemas con el consumo de drogas en la provincia. «Después del periodo de pandemia, cuando la gente ya empezó a poder hacer vida más o menos normal, hubo un repunte de los consumos de drogas más relacionados con las fiestas. Aunque el consumo no solo va asociado a momentos de ocio porque también tenemos casos de personas que tienen problemas con las drogas y que consumen alcohol o cocaína en solitario en su casa, es algo que no esperas, pero que está ahí. Lo que sí es cierto es que hemos observado que el pasado año hemos atendido más casos nuevos que en 2022», explica el doctor José Miguel Cano, facultativo responsable de la UPCCA en el Alto y Medio Vinalopó. 

Este crecimiento en el número de pacientes se ha dejado notar también en la cantidad de consultas que se han realizado en las Unidades de Prevención Comunitaria en Conductas Adictivas de la provincia. Esta cifra ha crecido un 2 % pasando de 177.847 consultas atendidas en el año 2019 -el último antes de la pandemia y que, por tanto, ofrece cifras más ajustadas a la normalidad- a 181.190 atenciones realizadas por los diferentes profesionales sanitarios que integran estos centros en 2023. 

«El repunte de casos lo tenemos, pero este crecimiento puede tener muchos motivos, a veces puede ser por presión de grupo, por curiosidad o por imitación a modelos que vemos en la televisión o en las redes sociales pero, por otra parte, también tiene que ver el incremento que se ha realizado de las plantillas en los centros de atención y prevención de conductas adictivas que nos ha permitido crecer para poder dar cabida a más personas que lo necesitaban y que se encontraban en un proceso en el que querían salir de su adicción», señala Cano. 

El número de mujeres con problemas con los estupefacientes crece hasta suponer el 32 % de los casos

No solo aumentan las consultas o los pacientes sino que este repunte, además, tiene género. El número de hombres que presentan problemas con el consumo de drogas siempre es habitualmente más alto al de mujeres, aunque este 2023 destaca un incremento en el número de mujeres que tienen problemas con las drogas, una tendencia que va al alza desde 2019. Así, antes de la pandemia el porcentaje de pacientes mujeres en las unidades de prevención era del 29 %, una cifra que ha ido subiendo año a año y que en 2023 alcanzó el 32 % de pacientes mujeres que presentaban problemas con el consumo de drogas. El pasado año, 10.886 los hombres que fueron atendidos, por lo menos, en una ocasión por facultativos en estas instalaciones, y 5.140 las mujeres que iniciaron el proceso médico para salir de las adicciones el pasado año. 

Adicciones

El consumo de drogas lícitas o ilícitas está en constante evolución en la provincia y prueba de ello es que este año la cocaína ha adelantado al cannabis como la droga ilícita que más problemas ha causado entre los alicantinos. En total, el número de consultas por cocaína en 2023 fue de 3.399 casos, lo que ya supone un 5,85 % del total de adicciones que presentan los pacientes cuando acuden a realizar un proceso de desintoxicación. Le sigue, de cerca, el cannabis, otra de las drogas estrella entre los consumidores de la provincia. Esta representa 2.487 adicciones entre los pacientes de la UPCCA, un porcentaje de 4,28 % de total de las consultas por consumo de drogas en la provincia. 

«Cocaína y tabaco o cocaína y alcohol son algunas de las combinaciones de adicciones que más vemos en los pacientes que atendemos. Luego siempre está el cannabis o hachís, que se pensaba que era una droga blanda y que al final se ha visto que no era así. Nosotros tenemos pacientes que pasan unos monos tremendos por cannabis, que se ponen agresivos, no duermen y que son incapaces de dejarlo», señala el facultativo responsable de la UPCCA en el Alto y Medio Vinalopó. 

El tabaco es la sustancia que más consultas ha generado, 86.000 personas han intentado dejarlo

Entre las drogas «lícitas» la que más consultas presenta, como cada año, es el tabaco. En total 38.046 personas acudieron a estas consultas en toda la provincia en busca de consejos para dejar de fumar. Le sigue, de cerca, el alcohol, que ya deja 8.661 personas que han acudido a pedir ayuda a una consulta por tener problemas con esta sustancia el pasado 2023.

Juego

El problema del juego va en aumento en la provincia de Alicante también en 2023. De hecho, encabeza el índice de ludopatía de la Comunidad Valenciana y también se sitúa en primer lugar en el número de tratamientos destinados a combatir una adicción patológica que afecta ya al 1% de las personas que acuden a solicitar ayuda para rehabilitarse en la provincia. En total, fueron atendidos por «juego patológico» 530 personas. 

Según Antonio Castaño, presidente de la Asociación Vida Libre dedicada al tratamiento de la ludopatía en Alicante, el incremento alarmante de jóvenes que comienzan a jugar siendo menores es uno de los mayores problemas de esta adicción. «Hemos notado un crecimiento importante de las personas que atendemos que empezaron a jugar siendo menores. La cifra siempre era el 30% y este año hemos superado el 45% de las personas que empezaron a apostar siendo menores de edad», indica Castaño. 

Este fenómeno se evidencia también en la reducción de la edad de inicio del juego patológico, que solía estar en el rango de los 45-50 años y que ahora se sitúa mayoritariamente entre los 16-30 años y una mayor facilidad para acceder sin control a bares con máquinas de apuestas y a páginas web de juego online. Castaño subraya la necesidad de intervenir en la juventud, señalando que «es en los jóvenes donde se observa una mayor necesidad de ayuda y dinámicas de prevención». 

Atención sanitaria

La puerta de entrada que tienen la mayoría de pacientes para obtener una solución a sus problemas con las adicciones son los médicos de familia. Muchos no saben desde un primer momento que pueden ir a las Unidades de Prevención Comunitaria en Conductas Adictivas por lo que sus facultativos de confianza son las personas a las que acuden con mayor frecuencia. 

«Como somos la puerta de entrada, todo pasa por nosotros», asegura Patricia Cantos, médico de familia. Cantos destaca el abordaje que se hace de estas personas en un primer momento, ya que, según el tipo de adicción que presenten pueden tratarse también de forma ambulatoria sin necesidad de derivar a las UPCCA. «El tabaquismo es la principal adicción que se trata desde atención primaria, pero si el caso no es grave podemos realizar un seguimiento conjunto con las unidades de prevención. Lo que sí que vemos necesario que se incrementen las consultas de salud mental para evitar medicalizar algunos casos que con terapia podrían mejorar», señala Cantos.

«Hace falta que los médicos de familia nos concienciemos y hablemos más de esto con los pacientes. Hay algunos que nunca les han preguntado si tienen problemas con el alcohol y con los tóxicos y, solo con una conversación se pueden detectar casos que llevan años en marcha», asegura la doctora de atención primaria, Patricia Cantos.

«El fentanilo se usa para cortar otras drogas y hacerlas más adictivas»El número de alicantinos con problemas con los estupefacientes se ha incrementado en los últimos años hasta suponer un 10% de la población de la provincia. Parte del proceso para salir de las adicciones pasa por acudir a recibir atención sanitaria, como la que se ofrece en las Unidades de Prevención Comunitaria en Conductas Adictivas (UPCCA). José Miguel Cano, es el facultativo responsable de la UPCCA en Elda y desde su consulta trata de ayudar a los pacientes que llegan cada año buscando ayuda. ¿En qué punto se encuentran las adicciones tras la pandemia?Hemos observado que en 2023 hemos tenido más casos, y sobre todo, más casos nuevos que en 2022. Es un incremento del 10% pero si lo comparas con la pandemia puede llegar a ser un 15%. El covid le vino bien a las personas que sufren alguna adicción por el encierro, porque se podía salir menos, pero sí que parece que para los adolescentes ha tenido consecuencias significativas en temas de salud mental y adicciones. ¿A qué se debe el incremento?No sabemos cuál es la relación directa: eso lo saben los que venden drogas. Sí que es cierto que con la aparición de tratamientos nuevos para el tabaco o el alcohol hemos tenido más pacientes derivados desde atención primaria. Además, pueden venir por voluntad propia o derivados de servicios sociales, pero también vienen familiares preocupados que no saben qué hacer con un problema de consumo. Padecer una adicción afecta al entorno familiar...Sí, es una situación complicada para todos. Es aún más difícil cuando la persona no lo reconoce. Muchas veces el mayor problema lo tiene la familia porque el que bebe se piensa que bebe lo normal y son sus personas cercanas las que sufren las consecuencias. ¿Cómo es la rehabilitación?El paciente viene aquí de mutuo propio o derivado por el sistema sanitario y lo primero que se hace es tener una entrevista con la trabajadora social. En ella se define la problemática y las circunstancias, y luego la siguiente cita ya es con un médico. Si es una persona que consume drogas, tal vez lo que necesita primero es una desintoxicación y pasar el síndrome de abstinencia. Después se aborda la dependencia psicológica y el cambio de hábitos en el que se detectan los factores de riesgo que te pueden llevar al consumo. Es un camino largo que puede durar dos años en el mejor de los casos. Durante el primer año los controles son más estrictos, pero si todo va bien, a partir del segundo año se da un alta parcial. Si el caso es muy grave intentamos que se derive a un centro 24 horas o comunidad terapéutica donde la atención es integral. Se habla mucho estos días del fentanilo, ¿está ya aquí?El fentanilo es un analgésico y un opiáceo que para el dolor va muy bien, pero sí que es verdad que se puede caer en el abuso. Los casos que hemos visto es gente que se lo están recetando y que está tomando más de la cuenta. El problema está en su uso en el mercado negro para cortar otras drogas, entonces puede ser que la gente esté comprando heroína y cocaína y que en realidad lleve fentanilo, con lo cual se van a enganchar más y el riesgos sobredosis es mayor.El blanqueamiento del cannabis es otro problema...Sí, hay muchos casos de adolescentes que fuman desde por la mañana hasta que se acuestan, eso es lo normal o lo que ellos ven como algo normal. Dicen cosas como que fuman para dormir y que eso no sirve para nada, pero salir del cannabis cuesta porque es una adicción para la que no hay una medicación específica. Es un tratamiento sintomático y psicológico, se necesita mucha terapia y tener un entorno que no te presione para consumir. ¿Hay suficientes recursos? No, hacen falta más. Ahora mismo hay una lista de espera de dos o tres meses para acceder, en concreto, a la comunidad terapéutica de Alicante. Lo que necesitaríamos es que se hubiera más centros públicos y alguna vivienda tutelada, porque solo hay una de seis plazas en Alcoy, y no es de recibo, tenemos que poder ser competitivos y ofrecer un servicio con más garantías.