Obituario

Compañero de viaje, querido amigo

Miguel Valor.

Miguel Valor. / INFORMACIÓN

Julio de España, expresidente de la Diputación Provincial

Hoy me ha llegado la noticia de tu despedida; la esperaba. Sabía que habías perdido la ilusión por una de las cosas que más querías: el contacto con la gente. Tu sistema nervioso te estaba jugando una nefasta pasada.

Sin querer, mi mente ha retrotraído a los finales de los 70, cuando nos conocimos. Tú eras concejal de Deportes en Alcoy, ese municipio por ti tan querido, donde estaban tus raíces. Yo era médico de la Residencia “Virgen de los Lírios” y Vicepresidente de la Federación Alicantina de Boxeo. Allí nos facilitabas organizar veladas de este deporte en el polideportivo Laporta y otras ubicaciones. Entonces me enteré de tu cariño por el Alcoiá y el Comptat y sus pequeños municipios.

Luego nos encontramos en el PP, tú como miembro del staff de confianza de Eduardo Zaplana, yo como asistente a los actos del partido.

Fuiste uno de los que valoraste de forma positiva mi participación política en aquella mesa en la que se propuso que asumiera la secretaría del área sectorial del partido, tras el congreso de Elche donde salió elegido Zaplana.

Cuentan de tí muchas anécdotas que te valoran: Fuiste capaz de encerrar a un pueblo en una iglesia hasta que decidiesen quien iba a ser su candidato a la alcaldía, y también de cruzar los bancales de un término hasta localizar al pastor que considerabas como la persona idónea para que se presentase como candidato a la alcaldía de un pueblo. 

Luego te convertiste en mi gran apoyo en la Diputación. Estabas avalado por una gran experiencia merced a tu recorrido, yo llegaba con una gran ilusión por hacer cosas, y entre ambos, ¡las hicimos! La cultura y el amor por las bellas artes, sobretodo la pintura, como buen alcoyano, tomaron cuerpo de realidad desde 1995 a 2003: el MUBAG, el MARQ, las bandas de música de nuestra tierra y mucho más.

Recuerdo tu lucha en los presupuestos para tener recursos para hacer cosas y mis reproches para no conformarnos con “miguicas” sino en cristalizar proyectos sólidos. Tenías razón: todo el mundo salía de tu despacho contento (y esos son votos). Se hicieron cosas grandes que van a perdurar.

Hoy me entero de que te has ido, de que nos has dejado. Dejas una gran familia (Mari y tus hijos) y una gran obra.

Nos queda una sombra: podrías haber sido un alcalde histórico para Alicante. La vida es así, los caminos los encontramos, pero la decisión en los cruces no suele depender de nosotros.

Espérame en el Cielo. Serás un gran compañero para la Eternidad.