El Ayuntamiento de Alicante retrasa las obras para la escuela infantil Siete Enanitos a después de verano por falta de presupuesto

La concejala de Educación admite en el Patronato que el inicio de las actuaciones para habilitar el espacio del antiguo Antonio Ramos Carratalá está pendiente de la aprobación de un préstamo bancario al no estar consignada en las cuentas municipales de 2024

Instalaciones de la escuela infantil Siete Enanitos.

Instalaciones de la escuela infantil Siete Enanitos. / PILAR CORTÉS

Lydia Ferrándiz

Lydia Ferrándiz

Una "escoleta", y eso que sería provisional, que sigue a la espera. Y con los niños, mientras tanto, en barracones. Un año después de que los problemas estructurales en la escuela infantil municipal Siete Enanitos obligasen al Ayuntamiento de Alicante a cerrar las instalaciones y a trasladar a los escolares a prefabricadas ubicadas en la "escoleta" Els Xiquets, el ejecutivo local anunció en marzo del pasado 2023 que ubicaría el centro temporalmente en las dependencias del antiguo colegio Antonio Ramos Carratalá, en el barrio de El Pla. Unas instalaciones que llevan cerca de una década en desuso y que el Ayuntamiento debía adecuar para dar cabida a los escolares de este centro y que ahora deberán aguardar hasta después de verano. Así lo ha trasladado la concejala de Educación, Mari Carmen de España, durante el Patronato de Escuelas Infantiles que se ha celebrado este viernes.

A preguntas del grupo municipal socialista respecto a la situación en la que se encontraban estas instalaciones, de España habría reconocido que las obras de acondicionamiento en el centro Antonio Ramos Carratalá "no se podrá formalizar hasta que el Ayuntamiento solicite un préstamo para poder financiar esta inversión". Según un comunicado remitido por los socialistas, la responsable de Educación habría asegurado que "las obras no pueden comenzar de forma inmediata porque están condicionadas a la aprobación de un préstamo bancario" todo ello debido a que no se habrían consignado fondos para esta actuación en los presupuestos de 2024. Según el Ayuntamiento, el traslado sería provisional hasta que se construyera una nueva infraestructura en el solar que ha acogido a la escuela infantil Siete Enanitos.

El grupo municipal socialista, a través del concejal Emilio Ruiz, ha reprochado al equipo de gobierno de Luis Barcala que un año después de que la escoleta Siete Enanitos fuera desalojada por problemas estructurales, los escolares continúan en barracones. "Ahora resulta que la obra del antiguo colegio Antonio Ramos Carratalá, que debe convertirse en un centro provisional, no se podrá formalizar hasta que el Ayuntamiento solicite un préstamo para poder financiar esta inversión. Primero afirmaron que la obra estaría ejecutada en enero, y no se puso ni un ladrillo. Después se aseguró que estaría en marzo, y tampoco. Ahora dicen que estará lista para después de verano, pero no tienen ninguna credibilidad”, asegura Ruiz, quien ha añadido: “De la misma forma que han venido faltando a la verdad con las obras de adaptación del antiguo colegio Antonio Ramos Carratalá, están mintiendo con el plan anunciado para la mejora de infraestructuras educativas entre 2023 y 2027. De un alcalde se espera que diga la verdad y Barcala tiene que admitir que no ha reservado ni un céntimo para financiar las intervenciones pendientes en los colegios de Alicante que son competencia del Ayuntamiento”.

Un espacio judicializado

En concreto, el espacio escogido se trata de un patio interior, de titularidad municipal, que queda completamente rodeado por bloques de viviendas particulares. Sin embargo, los propietarios de varios bloques de viviendas ubicadas en la calle Miguel Jiménez Reyes han advertido de que, si el Ayuntamiento lleva a cabo este traslado, estaría incumpliendo la normativa autonómica para la apertura de centros escolares. De acuerdo con el texto mencionado, «los centros estarán ubicados en locales de uso exclusivamente educativo y dispondrán de acceso independiente desde el exterior». Algo que no se cumple en la ubicación escogida por el gobierno local, ya que la entrada sería compartida con la comunidad de propietarios. Por este motivo, los residentes interpusieron un recurso contencioso-administrativo contra la decisión el ejecutivo.

Según los vecinos de la zona, la disputa no es nueva, sino que viene prolongándose desde el siglo pasado, cuando los vecinos reclamaron la propiedad de un patio por el que llevaban sufragando gastos de mantenimiento e IBI varias décadas. Sin embargo, en torno a 2009, los vecinos resaltan que el Ayuntamiento adquirió la propiedad por unos 300.000 euros y lleva desde entonces buscando un destino para los 2.840 metros cuadrados de patio interior, pese a la resistencia de los residentes.