Una investigación alicantina descubre el mecanismo por el que el envejecimiento afecta a patologías como la esclerosis múltiple

La pérdida de mielina por la edad o enfermedades neurodegenerativas tiene profundas consecuencias para la regeneración de las neuronas

El estudio en ratones de los Institutos Isabial y de Neurociencias y de la Queen’s University de Belfast revela que la pérdida de estas células podría ser reversible en ejemplares jóvenes

Futuros estudios son necesarios para determinar si la manipulación de unas proteínas puede aumentar la regeneración de la mielina en pacientes de esclerosis múltiple de edad más avanzada.

Fisioterapia a una persona afectada por esclerosis múltiple

Fisioterapia a una persona afectada por esclerosis múltiple / INFORMACIÓN

J. Hernández

J. Hernández

Una investigación internacional con participación alicantina ha demostrado que el envejecimiento reduce la capacidad de las células linfocitos T reguladoras para potenciar la regeneración de la mielina, que es una capa grasa que recubre las fibras nerviosas. Estos linfocitos son unas células que se encargan de regular el sistema inmune y tienen funciones regenerativas en varios contextos, entre ellos el proceso de recuperación de la mielina, cuya pérdida a causa de la edad o por enfermedades neurodegenerativas tiene profundas consecuencias para las funciones neurológicas.

El trabajo de investigación, publicado en la revista Nature Communications, ha sido coliderado por Alerie Guzmán, investigadora Miguel Servet del Instituto de Investigación Sanitaria y Biomédica de Alicante (ISABIAL) y del Instituto de Neurociencias (IN), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche.

Con el objetivo de conocer si la función de estos linfocitos se daña con el envejecimiento, Alerie Guzmán ha coliderado un estudio, junto con la investigadora de la Queen’s University de Belfast (Reino Unido) Denise Fitzgerald, que demuestra que, a pesar de que el número de estas células aumenta en el envejecimiento, su capacidad para promover que las células madre progenitoras de oligodendrocitos (OPCs) formen nuevas células que reemplacen la mielina perdida se reduce. Los oligodendrocitos son las células que forman la vaina de mielina del cerebro y la médula espinal.

Otra imagen de los investigadores

Otra imagen de los investigadores / INFORMACIÓN

Sustancia protectora

La mielina es una sustancia protectora presente en el sistema nervioso que envuelve las fibras nerviosas, lo que permite que la comunicación entre neuronas se produzca de manera rápida y adecuada. La investigadora Alerie Guzmán ha explicado que “es equivalente al plástico que recubre el cobre en un cable”, a la vez que ha señalado que la pérdida de mielina a causa de la vejez o de enfermedades neurodegenerativas, como la esclerosis múltiple, tiene profundas consecuencias para las funciones neurológicas. En este trabajo los investigadores han puesto el foco de estudio en cómo el envejecimiento, un factor de riesgo clave que limita la regeneración de mielina, afecta al funcionamiento de los linfocitos T reguladores en el cerebro y la médula espinal.

Imagen médica

Imagen médica / INFORMACIÓN

Para llevar a cabo este estudio, los investigadores utilizaron un modelo animal de ratones que tienen ente 19 y 23 meses de edad, lo que se asemeja a una edad aproximada de 65 a 70 años en humanos. Los expertos detectaron que en el envejecimiento aumenta la presencia de linfocitos T reguladores, sin embargo, estos habían perdido la capacidad de potenciar la conversión de los OPCs a nuevos oligodendrocitos que regeneran la mielina cuando se produce un daño.

La investigadora Alerie Guzman, de Isabial

La investigadora Alerie Guzman, de Isabial / INFORMACIÓN

Reversible en un entorno joven

Los investigadores quisieron confirmar si esta pérdida en la función de las células T reguladoras era totalmente irreversible. Para ello, llevaron a cabo varios experimentos en ratones jóvenes a los que sustituyeron sus células por los linfocitos T reguladores viejos y comprobaron que, en un animal joven, tanto las células jóvenes como las células viejas tienen la misma capacidad de potenciar la regeneración de la mielina.

Los resultados de estos experimentos, en los que también han participado los investigadores de ISABIAL y el Instituto de Neurociencias CSIC-UMH Sonia Cabeza Fernández y Francisco Javier Rodríguez Baena, junto con un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), de Altos Laboratories (Reino Unido) y de la Universidad de Syddansk (Dinamarca), son muy positivos porque sugieren que la pérdida de esta función puede ser reversible.

Nuevas vías de estudio

La investigadora Alerie Guzmán ha apuntado que “los linfocitos T reguladores son muy complejos porque modulan las funciones del sistema inmune y en pacientes no es factible eliminarlos para cambiarlos por células jóvenes”. Además, ha explicado que "el objetivo era identificar algunos de los mecanismos implicados en el fallo por la edad para poder modularlos de una forma más específica”.

A través de una serie de técnicas, como el análisis de transcriptómica, los investigadores han detectado dos nuevas moléculas involucradas en este proceso. La transcriptómica es un estudio de todas las moléculas de ARN en una célula. Las dos nueva moléculas involucradas en este proceso son la proteína Integrin alpha 2 (ITGA2) y la molécula de adhesión al melanoma (MCAM).

Los investigadores comprobaron que ambas moléculas no solo disminuyen con el envejecimiento en los linfocitos T reguladores, sino que además están involucradas en la relación entre estos linfocitos y las células madre que regeneran la mielina, los OPCs.

Este hallazgo abre nuevas vías de investigación para determinar si las moléculas mencionadas anteriormente tienen potencial como dianas terapéuticas. Futuros estudios son necesarios para determinar si la manipulación de estas proteínas puede aumentar la regeneración de la mielina en pacientes de esclerosis múltiple de edad más avanzada.

Este trabajo ha sido posible gracias a la financiación de la fundación Wellcome (Reino Unido), el Consejo de Investigación en Biotecnología y Ciencias Biológicas (BBSRC) del organismo público de Investigación e Innovación del Reino Unido (UKRI), el Comité Europeo para el Tratamiento y la Investigación en Esclerosis Múltiple (ECTRIMS), el programa de becas Miguel Servet del Instituto de Salud Carlos III, el Plan Estatal de Generación de Conocimiento 2021 de la Agencia Estatal de Investigación-Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, la Generalitat Valenciana, la fundación Leverhulme (Reino Unido) y el Departamento de Economía de Irlanda del Norte.