¿Para qué son las nuevas cámaras instaladas en las calles de Alicante?

El Ayuntamiento implementa los nuevos aparatos ligados a la futura Zona de Bajas Emisiones con los que se llevará a cabo un reconocimiento de las matrículas de los vehículos

El objetivo del gobierno local es ponerlos en marcha antes de 2025, aunque podrían empezar a probarse durante el verano

Una de las nuevas cámaras instaladas para controlar la Zona de Bajas Emisiones.

Una de las nuevas cámaras instaladas para controlar la Zona de Bajas Emisiones. / Jose Navarro

Alejandro J. Fuentes

Alejandro J. Fuentes

La ciudad de Alicante ya cuenta con más de 300 cámaras. Radares, de control de la movilidad, para el reconocimiento de matrículas... Dispositivos de diferentes tipos enfocados a conocer cómo, cuándo y por dónde circulan los vehículos en la capital de la provincia. Un «gran hermano» en el que varios centenares de aparatos de grabación recibirán información sobre el tráfico las 24 horas del día y que el gobierno local espera que esté completamente operativo antes de final de año. 

El Ayuntamiento de Alicante se encuentra instalando estos días las últimas incorporaciones a la red de vigilancia del tráfico de la ciudad, las cámaras que deberán controlar la futura Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Los equipos, según informó el gobierno local en el momento de su compra, se ubicarán en medio centenar de puntos de acceso al anillo exterior de la Gran Vía, así como en otras 24 ubicaciones que controlen la entrada al espacio interior de la ZBE, el Centro Tradicional. El sistema se encargará de la captación y lectura de matrículas, reconociendo números y letras en condiciones desfavorables y a velocidades de hasta 200 kilómetros por hora.

En total, el coste de adquisición ha sido de 4,4 millones de euros, mientras que su puesta en marcha debería llevarse a cabo antes del mes de julio, ya que ese es el plazo máximo concedido por el Gobierno a la ciudad de Alicante para la entrada en funcionamiento de la ZBE. A pesar de ello, fuentes del Ayuntamiento alicantino han confirmado a este diario que los dispositivos podrían empezar a estar operativos en fase de pruebas durante varios meses, confiando en que se encuentren plenamente en funcionamiento antes de final de año.

Sin sanciones

Un «despliegue» de medios que será, según las intenciones del ejecutivo liderado por Luis Barcala, meramente contemplativo, ya que no conllevará ningún tipo de restricción o sanción para los conductores. De hecho, el decreto para regular las otras 156 cámaras instaladas sobre los semáforos valida la vigilancia, regulación y ordenación del tráfico, pero impide que se utilicen las grabaciones con «carácter sancionador».

De esta manera, pese a que el propio pliego de condiciones del contrato impulsado por el gobierno de Barcala reconoce que «una ZBE es un área delimitada por una administración pública que, en ejercicio de sus competencias, restringe progresivamente el acceso, la circulación y el estacionamiento de vehículos» Barcala insiste en que, en la ciudad de Alicante, su implementación no conllevará ningún tipo de prohibición para el tráfico.

De hecho, esa fue la principal exigencia de Vox para la aprobación del presupuesto municipal de 2024, unas cuentas que salieron adelante después de que el año anterior tuvieran que ser prorrogadas por la falta de acuerdo entre ambas partes.

Radares que multan y otros que "asustan"

No todos los radares de Alicante son iguales. Varios de ellos, ni siquiera son radares realmente. 

De entre todos los que se encuentran señalizados en la ciudad, únicamente funcionan de manera regular el de la avenida de Dénia; el de la estación de La Marina, en la Cantera; el de la Albufereta y el de la avenida de la Universidad, a la altura del polígono industrial. El resto, o bien se encuentran fuera de servicio o son únicamente elementos disuasorios que no contienen en su interior ningún dispositivo de grabación que permita establecer sanciones a los infractores.

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