Más de 900 firmas para pedir un centro comunitario en el Raval Roig de Alicante

La asociación vecinal del barrio traslada a la Concejalía de Bienestar Social la necesidad de un espacio para la atención intergeneracional y en el que puedan ubicarse las distintas entidades

Barcala aprobó en 2020 una propuesta del PSOE

La calle Madrid, con las antiguas escuelas a la izquierda.

La calle Madrid, con las antiguas escuelas a la izquierda. / INFORMACIÓN

Alejandro J. Fuentes

Alejandro J. Fuentes

Cerca de un millar de personas reclaman al Ayuntamiento de Alicante la construcción de un centro comunitario en el Raval Roig. La asociación vecinal del barrio ha presentado a la Concejalía de Bienestar Social un documento con más de 900 firmas en el que destacan la necesidad de un espacio municipal intergeneracional en el que además puedan tener cabida las diferentes entidades de la zona.

En el documento, los vecinos recuerdan que la zona "cambió profundamente a raíz del boom del turismo en los años 70", cuando su fisionomía tradicional de casas bajas dio paso a los bloques que conforman actualmente la fachada marítima, entre el Benacantil y el Postiguet. Un fenómeno que multiplicó rápidamente la población residente, pero que, según lamentan, no fue de la mano de un incremento de infraestructuras municipales.

Las instalaciones del barrio "nunca han llegado a crecer al mismo ritmo que la población", lamentan en su escrito, "de hecho, no contamos a día de hoy con ninguna dotación municipal en las calles". El Raval Roig no dispone de centro social, de mayores, para jóvenes ni otra clase de infraestructuras que puedan dar cabida a las distintas asociaciones y entidades.

Pese a ello, los vecinos recuerdan que se trata de un distrito que "ha mantenido una alta vida comunitaria", que se engloba en torno a sus fiestas tradicionales (con más de 180 años de antigüedad) pero que cuenta con multitud de agrupaciones: la colla de Nanos del Raval Roig, la Sociedad Cultural la Marina, las cofradías de la Virgen del Socós y el Cristo del Morenet, la propia asociación vecinal... Además, también han escogido esta zona la ciudad como espacio donde establecerse entidades como la Asociación de Personas Sordas de Alicante (Apesoa) o el Centro Gallego de la ciudad.

En definitiva, una red comunitaria "con un gran potencial para generar proyectos que mejoren la calidad de vida de las personas", pero que no dispone de un espacio público que sirva como punto de encuentro y donde estas asociaciones tengan cabida.

Promesa incumplida

La presidenta de la asociación, Conchi Galea, ha recordado que la propuesta del barrio siempre ha sido reconvertir las antiguas escuelas del Raval Roig en este espacio.Y es que, aunque el edificio es de titularidad privada, está recogido en el Plan Especial del Raval Roig como equipo urbano comunitario, aunque nunca llegó a desarrollarse la compra ni su puesta en uso.

De hecho, en el año 2020, el Pleno de Alicante aprobó una iniciativa del PSOE (con el apoyo de todos los grupos políticos excepto Vox) para la adquisición de dichos inmuebles con el objetivo de convertirlos en dotaciones públicas para el barrio. Galea ha insistido también en que el pasado año, en abril, el mismo alcalde de Alicante, Luis Barcala, visitó la zona y se comprometió a hacer realidad esta demanda vecinal.  

Población mayor

Además, los residentes consideran que también hay motivos demográficos que justifican su petición. En torno al 23 % de los vecinos son personas mayores de 60 años, mientras que casi el 50% supera los 40 años y solo un 16% y un 10% son jóvenes y niños, respectivamente. Aunque el Raval Roig cuenta con un amplio porcentaje de vecinos mayores, el Centro Comunitario más cercano para ellos es el de Pla-Carolinas o el de la plaza del Carmen, ambos a más de un kilómetro de distancia.

Por todo ello, la asociación vecinal Raval Roig-La Ermita cree que resulta "imprescindible" que el barrio cuente con un lugar en el que se pueda integral al tejido asociativo, tanto entidades tradicionales como las que puedan surgir, y que permita realizar actividades que den "calidad cultural" a la zona.

Charlas, talleres, exposiciones, debates, actividades deportivas... Son solo algunos ejemplos aportados por los residentes para justificar la necesidad de esta infraestructura. Un espacio que "podría servir como punto de encuentro" y ser "un lugar de referencia para personas mayores y jóvenes", favoreciendo la relación entre generaciones.