El misterio de las nuevas papeleras en la Explanada de Alicante
El original mobiliario urbano, estrenado hace escasas semanas, aparece precintado mientras se instalan otros modelos más tradicionales
El Ayuntamiento lo atribuye a un problema de "saturación" para el que buscará solución tras recibir la obra este martes
Una mujer se acerca a tirar un envoltorio a una de las papeleras precintadas. / Alex Domínguez
Las papeleras fueron las grandes protagonistas cuando se inauguró el nuevo espacio peatonal entre la Rambla y la Explanada. Su novedosa forma, que se asemejaba a un respiradero o al periscopio de un submarino, captó cientos de miradas. Sin embargo, parece que no son del todo eficientes y, solo unas semanas después, han sido precintadas por el Ayuntamiento de Alicante.
Dos personas miran con extrañeza una de las nuevas papeleras. / Rafa Arjones
Según fuentes municipales, las protecciones para impedir el uso de las papeleras "se colocaron porque se saturaban". Ahora, una vez se produzca la recepción oficial de la obra (que el ejecutivo local espera que pueda llevarse a cabo este martes) se quitarán las cubiertas, "al tiempo que se buscan fórmulas para que no se saturen".
Además, las mismas fuentes han confirmado que, de forma paralela, se han instalado otras papeleras "tradicionales", como las que se emplean de generalmente en el resto de la ciudad, que cuentan con una mayor capacidad que las del nuevo y original diseño.
Largas obras
A mediados de marzo, después de varias prórrogas, más de seis meses de retraso, un año en obras y casi 300.000 euros de sobrecoste, Alicante estrenó el nuevo espacio peatonal de la Explanada. Una plaza peatonal que conecta con la Rambla y en la que se incluye dos nuevas fuentes, distintos elementos de mobiliario urbano e iluminación de diferentes colores.
Las obras de la tercera y última fase de reurbanización de la Explanada de Alicante fueron impulsadas en el pasado mandato por el entonces concejal de Urbanismo, Adrián Santos Pérez. Los trabajos comenzaron en el mes de enero de 2023, con un importe inicial de 3,1 millones de euros (que ha terminado siendo de casi 300.000 euros más) y un plazo de ejecución de 8 meses, que ha terminado siendo de más de un año después de que la mercantil encargada de los trabajos (Tizor) tuviera que solicitar varias prórrogas al Ayuntamiento de Alicante debido a la imposibilidad de cumplir con los plazos originales.
Pese a ello, los alicantinos celebraron tras su reapertura cómo había quedado el antiguo fondo de saco y se mostraron comprensivos: "Las obras de palacio, van despacio".
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