Alicante, entre las ciudades que más sufren los efectos del calentamiento global

Un informe de la Cátedra Aguas de Alicante de Cambio Climático de la Universidad de Alicante detalla la evolución del clima en la ciudad desde los años 40

La capital de la provincia también se sitúa entre las más destacadas de España en materia de gestión de agua

Alicante: de las más perjudicadas y mejor preparadas en materia climática

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Alejandro J. Fuentes

Alejandro J. Fuentes

La temperatura media en Alicante ha crecido entre un grado y uno y medio desde los años 40. En el mismo periodo, las noches tropicales (en las que el termómetro no baja de 20 grados) han pasado de 15 al año a situarse en torno a 90. Indicadores de que la ciudad es una de las que más han sufrido los efectos del calentamiento global.

Es lo que se extrae del primer "Informe sobre cambio climático y gestión del agua" en la capital de la provincia, publicado por la Cátedra Aguas de Alicante de Cambio Climático de la Universidad de Alicante. Un documento que también concluye que el municipio se sitúa entre los mejores del país en materia de aprovechamiento de los recursos hídricos.

"La tasa de aprovechamiento de Alicante es de las más altas no solo de España, también del arco mediterráneo", ha asegurado el director de la cátedra, Jorge Olcina. En algunos municipios, se "desaprovecha" hasta un 50% de los recursos hídricos, un porcentaje que en la capital de la provincia se sitúa por debajo del 10%. Entre las claves del éxito del modelo alicantino, Olcina destaca la eficiencia de lac compañía mixta (uniendo los mejores aspectos de la gestión pública y la privada) así como el hecho de que haber sufrido numerosas sequías "haya hecho que podamos adelantarnos a lo que iba a ocurrir y prever la problema antes de que llegara".

En la presentación de las conclusiones del informe, el director de la cátedra ha detallado que, pese a que Alicante "es de las ciudades que más está notando el calentamiento global", dispone de uno de los sistemas de gestión de agua potable más eficaces del país, lo que "garantiza una correcta adaptación" a este fenómeno. Un acto en el que ha participado Sergio Sánchez, director general de Aguas de Alicante; Jorge Olcina, director de esta cátedra universitaria, y Pablo Mirete, CEO de Inteligencia Climática S.L. Al evento también han acudido concejales de la oposición, como Raúl Ruiz (PSOE) y Rafa Mas (Compromís), pero ninguno del equipo de gobierno del Partido Popular.

Según los datos facilitados, la temperatura media mínima en la ciudad se ha incrementado en 1,5 grados desde los años 40, pasando de los 12,5º de media a los 13,5º.

Futuro complicado

En cuanto a las perspectivas para los próximos años, "las tendencias no son optimistas", ha reconocido Olcina, ya que "ninguno de los indicadores que se controlan apunta hacia una disminución del problema".

Este contexto, según el director de la cátedra, provocará que la lucha contra el cambio climático sea "el centro de la política y la economía durante los próximos años", ya que se trata del "mayor problema al que nos vamos a enfrentar en el siglo XXI".

Para poder combatirlo, Olcina considera indispensable que las ciudades se adapten a ello mediante el impulso de medidas como la ampliación de zonas verdes, la instalación de sombras en la vía pública y la colocación de fuentes para uso libre de la ciudadanía.

Una materia en la que Alicante aún tiene que ponerse al día: "Es en lo que hay que trabajar. Se está preparando un nuevo modelo de ciudad con la renovación del PGOU de 1987, pero hay que adaptarse al siglo XXI. Esa es la línea que tiene que seguir la ciudad", ha asegurado Olcina.

Temperatura del mar

Entre los indicadores que más preocupan a los expertos destaca el aumento de la temperatura del mar que, en la ciudad, supera los niveles establecidos en el acuerdo de París.

Este incremento del calor del agua trae de la mano que las noches tropicales y ecuatoriales en la ciudad también se hayan disparado. En horario nocturno, el aire no consigue disminuir su temperatura a los valores de hace años debido a que "choca" con un mar que permanece caliente. Como resultado de este fenómeno el termómetro no baja de 20º en ningún momento durante unos tres meses al año.