Importante de Julio

Cátedra Sede UMH Ruanda. Universidad Miguel Hernández de Elche. «Ya han pasado 200 alumnos por Ruanda, pero el trabajo pendiente allí es infinito»

Cooperación. La enseñanza y los valores de la Universidad Miguel Hernández llegan mucho más allá de sus campus de Elche, Altea, Sant Joan y Orihuela. Desde el año 2004, cuando la universidad contribuyó a la ampliación de las infraestructuras del hospital de Nemba, en Ruanda, la UMH lleva a cabo diferentes labores formativas y humanitarias en el país africano, contribuyendo al desarrollo de los ruandeses.

El rector de la UMH, Juan José Ruiz, y Mariano Pérez Arroyo, director honorífico de la Cátedra Sede UMH Ruanda.

El rector de la UMH, Juan José Ruiz, y Mariano Pérez Arroyo, director honorífico de la Cátedra Sede UMH Ruanda.

A.J.F.

Desde mediados de los años 90, la Universidad Miguel Hernández de Elche ha desarrollado numerosos proyectos en Ruanda, un país africano en vías de desarrollo que, además, atravesó una guerra a finales del siglo XX y requirió numerosas labores de reconstrucción en infraestructuras vitales como escuelas, hospitales y demás edificios de servicio público.

Un proceso en el que la universidad ha jugado un papel fundamental y para el que cuenta con la Cátedra Honorífica Sede UMH Ruanda. Gracias a ella, cientos de estudiantes han participado en acciones sobre el terreno, conociendo de primera mano el trabajo que realiza el centro universitario e implicándose en los diferentes proyectos. Estas labores de cooperación al desarrollo, entre otros aspectos, se centran en la capacitación del personal educativo ruandés de centros de enseñanza primaria y secundaria; el refuerzo educativo a los alumnos de dichas escuelas; el apoyo al personal sanitario ruandés del Hospital de Nemba y la atención socio-sanitaria a pacientes y familiares del citado centro hospitalario.

El director honorífico de la cátedra, Mariano Pérez Arroyo, recuerda los más de 25 años que la universidad lleva trabajando en el país africano: «La universidad empieza a realizar proyectos allí en torno al año 94 o 95, de forma más espontánea, pero aún no estaba organizada bajo un marco oficial. Por eso nace la cátedra, para dar también forma a los proyectos a la hora de solicitar financiación, haciéndolo todo más fácil».

Tras ello, Pérez cree que se han llevado a cabo dos fases diferentes de trabajo en Ruanda. Una primera «de emergencia» que se centra en «la reconstrucción de hospitales y escuelas que habían sido destruidos y que eran absolutamente necesarios», y una segunda fase «de desarrollo» en la que «se priorizan los proyectos de formación para elevar el nivel de los profesionales y también introducir mejoras técnicas y materiales».

En este segundo ámbito de los proyectos han tenido mucho que ver los estudiantes: «el llamado proyecto de voluntariado da a conocer el trabajo que se hace en Ruanda a toda la comunidad educativa y permite que se pueda participar activamente en él». En este sentido, el director honorífico apunta que «no es fácil ir a un país de este tipo e integrarse, pero una estructura de voluntariado en la que la gente acude a trabajar facilita mucho la integración. Trabajando en él es la verdadera forma en la que uno conoce un país. En todos estos años, han pasado más de 200 personas que estuvieron, mínimo, durante un mes. Otras se engancharon...».

Por todo ello, considera que el premio recibido ahora por la universidad de manos de INFORMACIÓN representa «una buenísima noticia» para el centro universitario, ya que «este tipo de trabajos llevan tanto tiempo haciéndose que a veces hasta parece que se olvida, o que dentro de la propia UMH hay personas que no son conscientes de lo que se está llevando a cabo en Ruanda». Motivo por el que «este premio al trabajo es una reafirmación para todas las personas que lo apoyan. Hay gente que se desvive por esta cátedra y recibir el ‘Importante’ es un golpe de ánimo que va a dar fuerza y a repercutir muy positivamente en el futuro».

Precisamente sobre ese futuro, Pérez señala que «el trabajo que queda pendiente es infinito, especialmente en países en vías de desarrollo. Pero es infinito porque todo lo que sea mejorar la educación o la asistencia sanitaria nunca será suficiente, siempre habrá trabajo que hacer en Ruanda para la UMH».