Apuntes de un artista de la luz

El poeta y artista plástico José Saborit nos abre su mundo en Perspectiva aérea, una suerte de diario sobre la creación

José Saborit.

José Saborit. / porEduardoBoix

Eduardo Boix

Si analizamos al ser humano en todo su conjunto, descubrimos que lo que nos separa de otras especies es la capacidad de abstracción. Este concepto viene a significar algo así como la operación mental destinada a aislar conceptualmente una propiedad o función concreta de un objeto, y pensar qué es, ignorando otras propiedades del objeto en cuestión. Realmente es un proceso filosófico que nos lleva a buscar el porqué de las cosas. Los artistas plásticos son los que más utilizan esa función cerebral: de la nada consiguen el todo, como un acto mágico, un truco de prestidigitador, el sueño de cualquier Houdini.

Perspectiva aérea, de José Saborit, publicado por la editorial valenciana Pre‑textos es un diario o, más bien, el libro de taller de un pintor que contempla la vida. Saborit, que nos tiene acostumbrados a su plástica y a su poética, despliega en estas páginas los mecanismos que le llevan a la belleza de la creación. Cada artista aborda o ejecuta el arte a su forma. Hay anarquía y libertad en la creación, y eso es siempre así, desde las cuevas de la prehistoria a las últimas tendencias.

Esta obra que estamos analizando tiene mucho de ensayo y de atalaya. En este libro, José Saborit tal vez pretenda encontrar al dios de las pequeñas cosas, porque realmente un pintor es eso, un buscador de tesoros en lo mínimo, que luego, en su estudio, expande hacia un universo mayor. Cuando me deleito en la obra pictórica de este artista valenciano, me vienen a la mente los cuadros de Turner. Saborit percibe la luz con la maestría de los grandes, como el cristal que la deja pasar y la va colocando en distintas estancias.

Apuntes de un artista de la luz

José Saborit Perspectiva aérea Editorial Pre-textos 206 páginas / 18 euros / porEduardoBoix

Pero es que también hay mucho de la poética de Saborit en este ensayo o diario. Esto lo refleja muy bien en el poema titulado Apunte, perteneciente al poemario Flor de sal, publicado por la editorial Pre-textos: Un terco nubarrón se va extendiendo,/discurre cielo abajo su cortejo/de plúmbeos rescoldos/y a flor de piel la cruda urdimbre dejan,/desvelando la herida de una tarde/que ya exhala de luz/sus últimos alientos.//Es extraño pensar/que tu mano pintara todo eso/moviendo los pinceles cielo abajo. Perspectiva aérea también es un cuaderno lleno de apuntes, esas notas que toman los artistas para no perder el hilo de la creación.

José Saborit, uno de nuestros grandes artistas contemporáneos, nos regala en este libro la intimidad del artista, ese lugar que pocos conocen y que tanto nos interesa a quienes nos invade esa lucha de la creación. Nos ofrece la trastienda (si la denominamos de manera coloquial) o el estudio, que, para un pintor, es el lugar que contiene su universo. Tiene mucho de magia la creación y tal vez de atávico, de búsqueda de la raíz del ser humano. El artista, como el filósofo, persigue la verdad, que no deja de ser esa búsqueda de la luz dentro de la tiniebla, como Rembrandt. Tal vez esta es la lucha constante del artista a lo largo de los siglos.

Finaliza Saborit el volumen con un párrafo corto que tal vez encierra el significado de todo el libro. En la entrada titulada «Día 72» (último día) nos dice: «Se me ha hecho de noche sin darme cuenta. Miro el crepúsculo. Algo se enciende cuando el mundo se apaga. Es ahí donde radica la esencia del libro y del artista, ese lugar destinado a quienes saben abstraer lo físico o dar forma material a lo generado en los mundos sutiles». Perspectiva aérea es eso, el testigo de la creación.