La empresa de coches eléctricos de fibra vegetal de Santa Pola espera fabricar en 2024 las primeras unidades

Liux, la start-up de Santa Pola que pretende fabricar 50.000 coches sostenible en un horizonte de cinco años tras su presentación hace algunos meses en Madrid, tendrá ayudas de la Generalitat, según anunció el presidente Ximo Puig en una visita a la nave donde se está realizando el prototipo, basado en fibras vegetales, especialmente lino, que moldean la estructura con la ayuda de resinas de origen vegetal (con base de soja y otros elementos orgánicos).

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El jefe del Consell se mostró sorprendido por «el talento joven y la apuesta por la calidad y la sostenibilidad que caracterizan a la empresa de automoción eléctrica» y las ventajas que aporta en cuanto a resistencia pero poco peso, lo que quiere convertir en su principal apuesta para ganar cuota de mercado. Puig conoció el proyecto junto al CEO Corporativo, Antonio Espinosa de los Monteros, y al CEO de Producto, David Sancho, quienes le mostraron las instalaciones así como el prototipo del primer vehículo eléctrico fabricado.

Durante la visita, el presidente de la Generalitat manifestó que Liux «constituye una muestra del talento existente en la Comunitat Valenciana» y subrayó la necesidad de «invertir en innovación y en talento», por lo que trasladó su voluntad de apoyar a esta compañía, aunque no se precisó de qué forma.

«Singularización»

Al mismo tiempo, elogió su «perspectiva de singularización» con el fin de conseguir «el coche más sostenible del mundo» y se mostró convencido de la capacidad de penetración de la iniciativa en el mercado actual. 

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Cooperar

Por ello, se mostró ilusionado con que «a partir de 2024 se puedan empezar a producir coches de la marca. La Generalitat en la medida de lo posible va a cooperar, porque creo que es absolutamente necesario invertir en innovación y en el talento que existe en nuestra comunidad», reiteró Puig. 

La empresa es la principal apuesta por un vehículo sostenible que hay hoy en día el todo país. En estos momentos está en negociaciones con inversores para poder crecer, aunque lo más difícil está aún por llegar. Lo que distingue a la start-up no es que quiera vender vehículos eléctricos de una forma sostenible y rentable como antes nunca se había visto, sino en cómo pretende llegar al producto final; es decir, al concepto de la marca. 

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Bastidor de aluminio

Espinosa comenzó a trabajar este mercado desde el conocimiento que adquirió en los sectores de sostenibilidad y conciencia social. El vehículo se presentó en Madrid en noviembre y, aunque aún es muy pronto para hablar de precios, las primeras unidades podrían estar en el mercado rondando los 39.000 euros.

La apuesta se basa en un bastidor de aluminio y una plataforma flexible, con baterías modulares, aptas para las de base química o bien con la posibilidad de instalar un depósito de hidrógeno, una pila de combustible o bien un sistema híbrido o un pequeño motor de combustión.