La estación de autobuses de Benidorm: un edificio fantasma en los días más turísticos

La terminal recibe estos días de Semana Santa a miles de viajeros nacionales e internacionales con todos los locales cerrados, vallas de obra para impedir el paso e instalaciones cochambrosas. El Ayuntamiento está a la espera de recibir ofertas para adjudicar la gestión a una nueva empresa

R. Pagés

R. Pagés

Pocos días hay en el año que concentren un mayor número de desplazamientos por carretera que los festivos de Semana Santa. Benidorm, que a lo largo de toda esta semana prácticamente triplicará su población debido a la masiva afluencia de turistas prevista, puede dar buena cuenta de ello. Sin embargo, lejos de mejorar con el bullicio de estos días, hay una instalación que grabará en la retina de miles de viajeros la peor imagen nada más desembarcar a su destino soñado: la estación de autobuses de la ciudad.

La terminal recibe estos días a las decenas de autobuses que desembarcan clientes llegados desde distintos puntos de España, principalmente Madrid y el País Vasco, con sus tres plantas cerradas a cal y canto, escaleras y rampas inutilizadas, vallas de obra para impedir el paso y unas instalaciones de lo más cochambrosas, que dejan mucho que desear para estar ubicadas en un municipio que hace gala de ser el primer Destino Turístico Inteligente certificado del mundo.

Los años de abandono de la misma por parte de su adjudicatario, Estación de Autobuses de Benidorm SL, una empresa participada por el polémico constructor alicantino Enrique Ortiz, y la falta de un licitador que quiera hacerse ahora con la gestión de la instalación han puesto la guinda para convertir esta megaconstrucción en lo más parecido a un edificio fantasma, que estos días se hace aún más evidente que nunca.

Vallas, una rampa mecánica inutililzada y suciedad acumulada, frente a los autobuses que desembarcan a los viajeros en la terminal.

Vallas, una rampa mecánica inutililzada y suciedad acumulada, frente a los autobuses que desembarcan a los viajeros en la terminal. / David Revenga

Un recorrido plagado de deficiencias

La lamentable situación en la que se encuentra el inmueble se observa desde el mismo momento en el que uno baja del autobús. La falta de mantenimiento en los andenes es más que evidente y, a ello, se suma también la suciedad que se acumula en distintos espacios a simple vista de cualquiera: cristales, papeleras, bancos, barandillas,...

La siguiente imagen son letreros: "Cerrado. Closed"; "Mercadona cerrado permanentemente"; "Centro comercial cerrado"; y otros similares, escritos en folios y pegados con precinto en ascensores o escaleras que han quedado inutilizadas para evitar que los usuarios accedan a las plantas de la zona comercial, como también ocurre en algunas zonas donde hay aseos, escaleras de emergencia y otros servicios.

Y, seguidamente, vallas de obras, más suciedad y más falta de mantenimiento, una situación que no solo se produce dentro del edificio, sino que también se repite cuando los turistas salen con sus maletas en dirección al exterior de la terminal para dirigirse hacia su nuevo destino ya en la localidad.

Viajeros nada más bajar de sus autobuses o esperando para embarcar, delante de carteleras inutilizadas o paneles que no funcionan.

Viajeros nada más bajar de sus autobuses o esperando para embarcar, delante de carteleras inutilizadas o paneles que no funcionan. / David Revenga

Contrato desierto

Tras más de una década batallando con el adjudicatario de la explotación de la terminal para anular el contrato de mutuo acuerdo y legalizar los miles de metros cuadrados de superficie que se construyeron de más, tal y como ordenó una sentencia del Tribunal Supremo en 2012, el Ayuntamiento de Benidorm sacó a licitación el pasado enero el nuevo contrato de la Estación, dividido en dos lotes.

Por un lado, la terminal, la zona comercial de la dársena y el aparcamiento exterior; por otro, el centro comercial, al hotel y el aparcamiento subterráneo, que se adjudicarían por un periodo de más de 26 años y un precio de 24.516.647,32 euros, al que tendría que hacer frente la nueva empresa para cubrir el coste de la obra realizada y no amortizada.

Dos meses después, a finales del pasado marzo, el pleno tuvo que declarar el concurso desierto al no haber concurrido al mismo ni un solo licitador, lo que ha llevado ahora al Consistorio a abrir un nuevo procedimiento negociado, en el que se ha invitado a cinco empresas, entre ellas la del propio Ortiz, a presentar sus propuestas económicas para poder realizar una nueva adjudicación.

La concejal de Contratación, Aida García Mayor, ha explicado que el Ayuntamiento sigue a la espera de que las mercantiles realicen sus ofertas o renuncien a participar en este procedimiento, para el cual se dio un plazo de 25 días que abarcará prácticamente todo este mes.

Los desperfectos también se acumulan en el exterior de la terminal, por donde transitan los viajeros para dirigirse a su destino en Benidorm.

Los desperfectos también se acumulan en el exterior de la terminal, por donde transitan los viajeros para dirigirse a su destino en Benidorm. / David Revenga

En el caso de que finalmente tampoco hubiese firmas interesadas en hacerse con la explotación, el convenio establecía que será la actual mercantil quien continúe gestionando el servicio, aunque con toda la obra ya legalizada.

Mientras tanto, Estación de Autobuses de Benidorm SL, ha empezado a realizar algunas de las reparaciones a las que se comprometió por convenio, aunque las mismas todavía no se aprecian demasiado. Entre ellas, ahora ha empezado a pulir el suelo de la dársena.