La FP de Informática vuelve a crecer el próximo curso pese a que no hay especialistas para dar clase

Educación oferta 250 plazas más en la provincia y roza el listón de los 7.000 pupitres en una de las ramas con más salida laboral. Los institutos alertan de que la falta de profesores con formación específica lastra el nivel del alumnado

Alumnos en un aula de informática de un instituto de la provincia, en una imagen reciente.

Alumnos en un aula de informática de un instituto de la provincia, en una imagen reciente. / Álex Domínguez

R. Pagés

R. Pagés

La gran demanda de profesionales en el sector de la informática por el «boom» en la implantación de nuevas empresas tecnológicas en la provincia, principalmente en Alicante y Elche, va a hacer que la Conselleria de Educación incorpore al sistema educativo alicantino de cara al próximo curso 250 nuevas plazas en ciclos formativos dentro de la familia de la Informática y las Comunicaciones.

Este incremento, que sitúa ya la oferta educativa pública en esta rama de la FP en cerca de 7.000 pupitres en la provincia, podría parecer una buena noticia, sin ni una sola pega, de no ser por la acuciante falta de especialistas para dar clase que desde hace tiempo vienen padeciendo los institutos.

Así lo advierten profesores y directores, que aplauden la apuesta de la Generalitat por reforzar esta oferta, pero coinciden en la dificultad de encontrar docentes. Y, además, alertan de que rebajar las exigencias en la contratación o en la creación de bolsas puede ser un arma de doble filo que acabe lastrando el nivel del alumnado. 

«Llevamos tiempo teniendo muchas dificultades para cubrir vacantes de profesorado y el curso que viene la situación va a ser aún más grave», augura Mercedes Valero, la directora del IES Severo Ochoa de Elche, uno de los más punteros de la provincia en esta especialidad. Lo mismo opinan otros docentes, como Antonio García, profesor del IES Pere Maria Orts i Bosch de Benidorm; o Toni González Picornell, director del Pare Vitòria de Alcoy y presidente de la Federación de Directores de Institutos Públicos. 

La oferta de plazas en FP ha crecido un 50% en los últimos 5 años. En la provincia de Alicante, Educación ofertará el próximo curso casi 7.000 plazas.

La oferta de plazas en FP ha crecido un 50% en los últimos 5 años. En la provincia de Alicante, Educación ofertará el próximo curso casi 7.000 plazas. / Lucio Abad

Todos ellos destacan que la mayoría de vacantes de esta especialidad acaban catalogándose de «difícil cobertura», lo que hace que la Administración reduzca los requisitos para adjudicar las plazas, llegando a no incluir el máster obligatorio para impartir clase o el nivel C1 de Valenciano. Y, en última instancia, que acaben entrando en bolsa titulados que no son informáticos sino que tienen titulaciones análogas, como Estadística o Matemáticas: «Son personas que tienen formación para enseñar una informática básica, para niveles de ESO o Bachillerato, pero si les toca una plaza en un ciclo medio o superior de FP, no tienen conocimientos tan específicos y muchas veces acaban renunciando o cogiendo bajas, así que el problema persiste», explica Antonio García.

Su opinión es compartida por otros colegas, que también indican que, en el lado contrario, puede darse el caso de vacantes que se queden durante meses sin asignar. «Este curso lo empezamos ya en septiembre con la bolsa ordinaria vacía, porque se han cubierto vacantes y los que quedan en bolsa se han desactivado para trabajar en la privada o porque no les interesan los destinos, por lo que no hay nadie a quien llamar», explican. «En el caso de nuestro centro, tuvimos una vacante sin cubrir desde finales de septiembre hasta enero, cuando por fin conseguimos un profesor a través de LABORA», relata por su parte la directora del Severo Ochoa. 

Bolsa extraordinaria y oposición

Para intentar paliar en la medida de lo posible esta situación, la Conselleria de Educación abrió el pasado febrero la convocatoria de una bolsa de profesorado extraordinaria en Informática, y en otras seis especialidades de Secundaria, con la que poder atender la necesidad continua de cubrir sustituciones.

Uno de los grupos participantes en las Olimpiadas de FP celebradas recientemente.

Uno de los grupos participantes en las Olimpiadas de FP celebradas recientemente. / PILAR CORTES

En el caso concreto de esta rama, se han presentado 274 personas y 180 han sido por ahora admitidas, mientras que otras 94, uno de cada tres aspirantes, han quedado excluidos por no alcanzar los requisitos mínimos exigidos. 

Desde el departamento que dirige la consellera Raquel Tamarit explican que la dificultad para cubrir estos puestos docentes radica, principalmente, en que hay pocas personas tituladas en este campo; en que hay mucha demanda de especialistas en Informática en la empresa privada, con salarios muy por encima de los del cuerpo docente; y, por último, en el brutal aumento de la oferta de ciclos de FP en Informática que se ha producido en los últimos cinco años, en los que el alumnado se ha incrementado en un 50% —5.000 plazas más en el conjunto de la Comunidad— y, por tanto, también la necesidad de disponer de más profesores. 

Además de la bolsa extraordinaria y la incorporación automática a la ordinaria de quienes han cubierto plazas de difícil cobertura este curso, Educación confía en que las oposiciones de Secundaria que se realizarán este verano sirvan para completar la demanda de profesorado en Informática, rama en la que se van a ofertar 71 plazas. 

Despertar la vocación en las universidades o esperar un posible «efecto llamada»

Si hay algo en lo que coinciden todos los agentes implicados es en que la solución a esta falta de especialistas en esta rama no va a llegar a corto plazo. La Asociación de Profesores de Informática de la Comunidad (APICV), que cuenta con unos 500 asociados, indica que muchos estudiantes de grados relacionados con la informática no se plantean la docencia, muchas veces, por falta de conocimiento, por lo que cree que despertar vocaciones cuando aún están en la universidad puede ser un paso: «Que vean la docencia como una salida profesional y no solo como una opción cuando se han cansado de las exigencias del mercado laboral», explican.

Otros docentes también creen que en unos años puede producirse un efecto llamada como ocurrió durante un tiempo con la especialidad de Valenciano: "La falta de profesores llevó a personas con otras titulaciones a prepararse y presentarse a las oposiciones y a las bolsas, porque sabían que iban a tener un puesto seguro, y ahora este problema prácticamente ha desaparecido", señalan.