PP y Vox aprueban el topónimo «Valéncia» con acento cerrado pese a un informe contrario

Los servicios jurídicos avisan de que el acuerdo puede ser «ilegal» porque solo la AVL puede decir cómo debe escribirse

Pleno ordinario de València, donde se ha aprobado cambiar el topónimo de la ciudad.

Pleno ordinario de València, donde se ha aprobado cambiar el topónimo de la ciudad. / M .A. MONTESINOS

Moisés Domínguez / J. M. V.

El Ayuntamiento de València aprobó ayer el cambio del topónimo «València», hasta ahora el único oficial, por el topónimo bilingüe, formado por el castellano y el valenciano de las normas del Puig y de la RACV: «Valencia/Valéncia». Ahora la Acadèmia Valenciana de la Llengua debe dictaminar sobre este «nuevo» topónimo y luego la Generalitat aprobarlo de forma definitiva.

Tanto el PP como su socio preferente Vox, que le apoyó en toda la sesión plenaria y le aprobó la mayor parte de los puntos del orden del día, ignoraron un informe de los servicios jurídicos municipales sobre esta materia, que en su punto cuarto advierte de que la institución competente para dictaminar sobre la toponimia es la AVL y que el Ayuntamiento puede estar cometiendo un acto ilegal, fuera del «ordenamiento jurídico», al invocar las Normas del Puig y la RACV para el cambio del nomenclator.

Finalmente, la propuesta aceptada íntegramente en el pleno (por 17 a 16 votos) fue presentada por Vox, que el PP incorporó, y que pone como primera denominación la castellana y después la de la RACV. De hecho, Vox presentó una enmienda a última hora, que el equipo de María José Catalá, aceptó para que el topónimo en castellano figure delante del valenciano.

En el debate, quedó en evidencia el cambio de criterio del PP sobre este tema. Por una parte, según María José Ferrer San Segundo, porque la propia AVL no se pone de acuerdo. «En el año 2016 se dividió el voto en la propia AVL. Es una reforma legal y legítima. Estaba en nuestro programa», recordó. Y aunque en el proyecto inicial presentado por el PP sí que hablaba de «València», ahora «vamos a intentar que la fonética que se emplee coincida con el lenguaje escrito, como se ha hecho toda la vida hasta 1932. Como se ha hecho toda la vida», para acabar parafraseando a Joan Fuster, «de Morella a Guardamar». Pero ahora todo depende de la Generalitat, por lo que espetó a la oposición: «No sé qué miedo tienen a un expediente con el que no sabemos qué va a pasar». Mientras, el portavoz de Vox, Juan Manuel Badenas, dijo que el cambio de nombre se hace: «Porque lo manda la Constitución española, la ley suprema». A lo que añadió: «La AVL es, en su creación, una aberración jurídica. Sus dictámenes están viciados de origen». Eso sí, Vox suprimió de su propia propuesta -para evitar los reparos del citado informe de los servicios jurídicos municipales- la expresión «normas del Puig, Lo Rat Penat, RACV que pusimos para que no hubiera error. No había vulneración del ordenamiento jurídico, pero era para quedara claro el sentido del acento, sin confusiones», aclaró.

«¿Por qué no cambió a Torrente?»

Compromís fue mucho más duro. Primero por no entender la denominación bilingüe «cuando se está tendiendo a utilizar sólo el nombre en valenciano, como están haciendo ayuntamientos regidos por el PP». El portavoz Pere Fuset preguntó a Catalá: «¿Por qué usted no se atrevió a hacer bilingüe a Torrent? ¿Por qué aquí sí y usted nunca habla de «Torrente»?

«No vamos a discutir si el acento ha de ser abierto, cerrado o circunflejo. Esto lo que es una ilegalidad que va contra normativas y reglamentos. Un empastre monumental y un acuerdo cutre contra una AVL que -en alusión al PP- crearon ustedes. Y contra un Estatuto que votaron ustedes». También echó mano de la ironía: «Ahora volvemos a Cuarto de Pueblo, Demasiada Nariz y Demasiados Rojos» en alusión, a Quart de Poblet, Massanassa o Massarrojos.

Por último, la concejala socialista Nuria Llopis calificó de «las normas del Porque Yo lo Valgo», las esgrimidas por PP y Vox. Y trató de buscar sin éxito una fórmula de consenso con el PP («rectificación» lo calificó San Segundo) de aceptar la denominación doble, añadiendo el castellano, pero manteniendo la denominación de la AVL «porque, al fin y al cabo, es lo que tenía previsto el propio PP». Llopis recordó que esta institución «ya dijo en 2016 cómo se tiene que escribir el topónimo: València». «Escribir con acento cerrado -que es lo que ayer se aprobó- es escribirlo con falta de ortografía», concluyó.