El HLA debe ganar al Oviedo para asegurarse su objetivo

Debía ser el día de su regreso, de la vuelta de un tipo sobresaliente, del reencuentro con uno de los creadores de la fuerza identitaria del #SomosLucentum, pero no. Trifón Poch dejó de ser técnico del Oviedo hace dos meses. Su retorno al banquillo después de dos años reconstruyendo la base de la Penya tuvo mal final. La casualidad, siempre proclive al orden, determinó que fuera otro mito lucentino, Pedro Rivero, quien dictara su sentencia. El balance de 5-15 pudo más que su elegante y atrevida forma de entender este juego.

Este viernes dirigirá al Alimerka Guille Arenas, que le ha añadido 4 triunfos a los asturianos en las últimas nueve fechas, con victoria incluida sobre Estudiantes para asentar su discurso y acercarse a la permanencia. HLA y Oviedo cruzará en el CT (20:30 horas, Alacantí TV) sus dinámicas opuestas. Los locales acuden al choque después de perder dos partidos seguidos (Valladolid y Almansa) y los visitantes, enrachados, tras deshacerse de forma consecutiva de los albaceteños y del Ourense.

Restan cinco semanas para sellar la fase regular y los alicantinos están a un paso de asegurar su presencia en el «play-off», un objetivo innegociable. Tiene tres victorias de margen sobre el TAU, con el que se mide en la última jornada, así que si el bloque de Monclova hace valer su mayor potencial hoy, tendrá casi asegurado pelear por el ascenso a la ACB a partir del 25 de mayo.

La certeza de tenerlo cerca ha creado una falsa sensación de deber cumplido que ha perjudicado al HLA en sus última citas, sobre todo en la última, donde se sintió tan superior que terminó por renunciar a competir, algo que no puede volver a repetirse.

La inercia con la que se acaba un campeonato determinan el siguiente estadio, el de las eliminatorias a todo o nada, así que los lucentinos deben recuperar la tensión, la concentración y, fundamentalmente, el equilibrio para certificar la 18ª y abrir de par en par la puerta de la postemporada.

La maldición argentina

La obligación de sofocar la producción interior de Arteaga y las amenazas en el perímetro de Crouch, Chuso, Marc Martí y Thorbjarnarson es importante para deshacerse de un adversario al que le cuesta encestar, que no tiene buen ritmo en ataque, que adolece de anotación baja.

El tropiezo en Almansa debería servir como toque de atención para las aspiraciones lucentinas. No igualar al oponente en régimen defensivo, en dureza e intensidad, te vuelve una víctima propicia en un tramo de Liga en el que casi todo el mundo se está jugando algo. Alimerka pelea por seguir en la antesala de la élite y está muy cerca de lograrlo, así que su motivación, con la reacción favorable de las dos últimas fechas, será máxima.

El club ha vuelto a movilizar a su hinchada para lograr un ambiente favorable en el pabellón que devuelva al grupo la fe en las propias posibilidades y, lo más importante, la dulce sensación que dejan los triunfos cuando se quedan en casa.