Los alicantinos se sitúan entre los españoles que más tarde se jubilan

La precariedad y el trabajo estacional impiden a muchos profesionales de la provincia retirarse antes de la edad ordinaria

Un jubilado disfruta de la playa de Benidorm.

Un jubilado disfruta de la playa de Benidorm. / David Revenga

David Navarro

David Navarro

Los alicantinos cada vez se jubilan más mayores y, además, lo hacen más tarde que la mayoría de los españoles. Así lo reflejan las últimas estadísticas de la Seguridad Social, que no sólo recogen las consecuencias del progresivo retraso de la edad ordinaria de retiro –un proceso que culminará en 2027, cuando la edad "legal" de jubilación se sitúe en los 67 años-, sino también las consecuencias de la precariedad y la estacionalidad del mercado laboral de la provincia, que recorta las carreras de cotización de muchos profesionales de la zona.

De esta forma, la edad media de los alicantinos que accedieron a una pensión contributiva en los cinco primeros meses de este año alcanzó los 65,2 años –es decir, 65 años y dos meses y medio-, lo que supone siete meses más que en 2019. Un retraso que reproduce fielmente el aumento de la edad ordinaria de jubilación que se ha producido en este periodo, que ha pasado por ley de los 65 años y ocho meses a los 66 años y cuatro meses, para quienes no alcancen el periodo máximo de cotización que da derecho a recibir el 100% de la pensión. Un periodo establecido ahora en 37 años y nueve meses.

Para aquellos que superan ese periodo, el acceso a la pensión se mantiene en los 65 años, aunque lo que ha aumentado es el tiempo necesario para alcanzarlo, que en 2019 era de 36 años y nueve meses.

Pero más significativo que este aumento generalizado de la edad de retiro son las diferencias que existen entre provincias, que reflejan la distinta realidad laboral de cada una de ellas. De esta forma, los alicantinos dejan el trabajo dos meses y medio más tarde que el conjunto de españoles -ya que la edad media de retiro a nivel nacional es de 65 años-, y, sobre todo, prácticamente un año más tarde que los navarros o los turolenses.

Las edades de jubilación por provincias.

Las edades de jubilación por provincias.

En el primer caso, los trabajadores de la comunidad foral abandonan su profesión con sólo 64,3 años, mientras que en Teruel son 64,4 años, al igual que en Asturias, Burgos o Álava. En el lado opuesto, los orensanos son lo que más posponen el momento de cortarse la coleta, metafóricamente hablando: lo hacen a los 65,7 años. Les siguen los tinerfeños y ceutís, con 65,6 años, y por detrás de ellos se sitúan los ciudadanos de Málaga, Murcia, Las Palmas o Melilla, con 65,4; y los almerienses y baleares, con 65,3.

Alicante sería la décima provincia donde más tarde se jubilan los trabajadores, empatada con Badajoz, Granada y Lugo.

Estacionalidad

Para el responsable del servicio de estudios de CC OO en l'Alacantí i les Marines, Juan Ángel Torregrosa, el motivo de estas diferencias está en el elevado peso que tienen sectores claramente estacionales en la economía alicantina –desde el turismo a determinadas industrias tradicionales, como el turrón o el calzado- o, incluso, el elevado volumen de economía sumergida de la zona, lo que da lugar a que exista un gran número de trabajadores que sólo cotizan durante unos meses al año. De esta forma, no logran acumular el tiempo suficiente para retirarse a los 65 años o acceder a alguna modalidad de jubilación anticipada sin que su pensión se vea excesivamente perjudicada.

Un análisis en el que también coincide la presidenta del Colegio de Graduados Sociales de la provincia, María Antonia Oliva, que también recuerda que las bases de cotización en la provincia se encuentran entre las más bajas del país, lo que lleva a que muy pocos trabajadores estén dispuestos renunciar a parte de su prestación a cambio de retirarse antes, ya que estas son más bajas de partida. Así, la pensión media inicial en lo que va de año se ha situado en Alicante en 1.241 euros, casi un 16% inferior a los 1.474 euros con los que se jubilan de media los españoles.

Un grupo de pensionistas en el paseo de Benidorm.

Un grupo de pensionistas en el paseo de Benidorm. / David Revenga

Si se mira esta pensión inicial por edades, curiosamente las más elevadas se dan entre quienes se retiran a edades más tempranas. Así, los 27 alicantinos que se han jubilado este año con solo 59 años –algo solo al alcance de determinadas profesiones, como mineros, pilotos de avión, policías locales o bomberos- cobran una media de 2.662 euros. Por el contrario, quienes se jubilaron pasados los 70 años -56 personas en lo que va de año- solo reciben 722 euros, lo que indica que gran parte de los que prolongan su vida laboral lo hacen obligados, ante la escasa cuantía de sus pensiones.

Con todo, las medidas para fomentar el retraso voluntario de jubilación puestas en marcha el pasado año –que permiten elevar la cuantía de la prestación o cobrar un cheque en metálico- también han favorecido que algunos profesionales con buenos sueldos se planteen trabajar algunos años más. Un incentivo que sobre todo está teniendo repercusión en la administración pública, según Torregrosa. Así, en lo que va de año casi un 8% de los alicantinos que se han jubilado tenían más de 67 años.

En cuanto a las propuestas para seguir retrasando la edad de jubilación, la secretaria general de UGT en l'Alacantí i la Marina, Yolanda Díaz, se muestra contraria a una nueva subida generalizada y señala que hay que tener en cuenta las distintas circunstancias de cada profesión, ya que el esfuerzo físico y mental que requieren no es el mismo.

Un cheque medio de 20.489 euros por retrasar la pensión

De acuerdo con los últimos datos de la Seguridad Social, sólo en los primeros cuatro meses del año hasta 11.143 trabajadores han aceptado demorar su jubilación a cambio de los incentivos aprobados por el Gobierno, una medida que busca mejorar la sostenibilidad del sistema al reducir los costes y elevar los ingresos. Se trata de una cifra muy significativa si se tiene en cuenta que en todo el año pasado fueron 17.651 los que tomaron esa decisión y que en 2019 eran unos 14.643. De ellos, muchos optan por posponer la jubilación a cambio de cobrar una pensión mayor, pero otros 1.785 prefirieron la alternativa de cobrar el incentivo en un cheque único. La media de ese pago –que equivale a un porcentaje de la pensión que la Seguridad Social se ahorra durante el tiempo que se prolongue la vida laboral del beneficiario- se sitúa en lo que va de año en 20.489 euros. La última modificación, aprobada hace unas semanas, permite combinar ambos incentivos.