El calzado abre la puerta a los ERE por la caída del consumo y los problemas para recurrir a los fijos discontinuos

Avecal alerta de que la falta de flexibilidad en los criterios de la Inspección de Trabajo obligará a las empresas a realizar ajustes traumáticos de plantilla en los próximos meses

Dos trabajadoras en una fábrica de calzado del Vinalopó.

Dos trabajadoras en una fábrica de calzado del Vinalopó. / Áxel Álvarez

David Navarro

David Navarro

Las alertas han empezado a saltar en el sector del calzado. La prolongada caída del consumo registrada en los principales países europeos ha puesto en una situación complicada a la mayoría de fabricantes locales, que ya estudian posibles ajustes de plantilla para hacer frente a la pérdida de ingresos que están sufriendo. Una situación que, además, se ha visto agravada por las trabas de la Inspección de Trabajo a la utilización de los fijos discontinuos, que hasta ahora facilitaban cierta flexibilidad a los empresarios en momentos como el actual, lo que obligará a recurrir a Expedientes de Regulación de Empleo, ya sean definitivos o temporales.

Así lo advierten desde la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal), donde ya han detectado un goteo de despidos individuales en algunas factorías y, sobre todo, un considerable aumento de las consultas relacionadas con la aplicación de ERE y ERTE, según afirma el asesor jurídico de la patronal José María Escrigas.

La situación no es para menos. Tras el fuerte incremento de los pedidos registrado en los dos ejercicio anteriores, las exportaciones de calzado de la provincia acumulan en lo que va de año una caída del 4,2%, aunque en realidad el ejercicio ha seguido una evolución descendente. Si en los primeros meses aún se registró una subida de los envíos, a partir de abril las cifras entraron en terreno negativo y en los últimos meses la contracción de las ventas ya supera el 20%, según los datos del ICEX.

Un trabajador en una fábrica de calzado de Elda.

Un trabajador en una fábrica de calzado de Elda. / Áxel Álvarez

A esto hay que sumar la situación del mercado nacional, lo que se ha traducido en un retroceso de la producción del sector en la Comunidad Valenciana del 17,8% hasta el mes de octubre, de acuerdo con los últimos datos del Portal Estadístico de la Generalitat.

Y el problema es que no se atisba un nuevo cambio de tendencia en el corto plazo. «La caída del consumo provocará que los clientes lleguen a la nueva temporada con más stock en los almacenes, por lo que, lógicamente, harán pedidos más pequeños para el próximo año», señala la presidenta de Avecal, Marian Cano. En otras palabras, que seguirá la caída de producción.

Ajustes

Ante esta situación, muchos fabricantes han empezado a echar cuentas y ven inevitables los ajustes de plantilla. Sobre todo, después de que a principios de año muchos se vieran obligados a transformar en indefinidos ordinarios a la mayor parte de los trabajadores que tenían contratados como fijos discontinuos, ante los criterios que empezó a aplicar la Inspección de Trabajo. En concreto, la autoridad laboral forzó esta conversión para todos los empleados del sector que en los ejercicios anteriores habían realizado al menos un 87,5% de la jornada ordinaria, a pesar de las quejas de los empresarios, que ya advirtieron que se estaban tomando como referencia unos ejercicios excepcionales por la pandemia.

Esta figura del fijo discontinuo es la que hasta ahora permitía al sector tener la flexibilidad necesaria para acometer los picos de trabajo que se registran en esta actividad, que fluctúa en función del lanzamiento de las distintas temporadas. Sin embargo, desde la inspección argumentaron que el calzado ya no operada con dos únicas colecciones muy marcadas –primavera/verano y otoño/invierno-, por lo que debe considerarse un actividad permanente, en la que no tendría cabida este tipo de contratación.

En este sentido, ante el cambio de ciclo, algunas empresas trataron de aplicar la disposición cuarta del convenio nacional del calzado, que insta a buscar soluciones no traumáticas para los ajustes de plantilla. Entre ellas, la posibilidad de que algunos trabajadores pasen a fijos discontinuos de forma voluntaria. Sin embargo, desde Trabajo se han opuesto rotundamente a los primeros casos que ya se han registrado, lo que deja sin alternativas a los fabricantes, según alertan desde la patronal.

Una fábrica de calzado en la provincia.

Una fábrica de calzado en la provincia. / Áxel Álvarez

«El sector sigue teniendo una marcada temporalidad, con una serie de colecciones a lo largo del año, y necesita flexibilidad para abordar estas fluctuaciones. No se pueden aplicar unos criterios generales sin tener en cuenta la realidad de cada actividad», insiste la presidenta de Avecal, que reconoce la «preocupación» que existe en el sector. Así, Marián Cano lamenta que la única alternativa que se deja a los empresarios es recurrir a los ERE o los ERTE, con el perjuicio que esto representa para los trabajadores y también para los propios fabricantes, por la pérdida de estabilidad de las plantillas y del talento que acumulan.

En este sentido, el asesor jurídico de la patronal asegura que ya se está registrando un goteo de despidos individuales y que los principales despachos de la zona ya están recibiendo numerosas consultas ante la posibilidad de tener que aplicar recortes.

En total, en el conjunto de la Comunidad Valenciana operan 1.948 empresas del sector del calzado, que sólo en los principales municipios productores dan empleo a casi 18.000 trabajadores.

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