La industria alicantina anticipa una nueva subida de costes por la crisis del mar Rojo

La industria alicantina mira con preocupación la decisión de las grandes navieras de suspender sus rutas a través del mar Rojo y el canal de Suez, ante los ataques que han recibido varios barcos por parte de las milicias hutís como represalia por la invasión israelí de Gaza. Una decisión que supone prolongar en más de 8.000 kilómetros el trayecto entre los principales países asiáticos y la península –o, lo que es lo mismo, entre seis y catorce días más de navegación para circundar el continente africano- lo que se traducirá en un aumento del precio de los fletes y una menor disponibilidad de los mismos.

En la cabeza de todos está lo sucedido en 2021, cuando el encallamiento del Evergreen ya obligó a cerrar este paso marítimo durante apenas seis días, pero sus efectos se notaron durante meses en las cadenas de suministro. Todo un problema si se tiene en cuenta que casi el 40% de todas las importaciones de la provincia proceden de Asia y que la inmensa mayoría llegan en barco, a través de esta vía.

Una situación que afecta especialmente a sectores como el calzado o el juguete que, a pesar de la relocalización que se ha producido a raíz de la pandemia hacia otros países más cercanos, aún mantienen en esta zona buena parte de la producción que tienen externalizada.

En concreto, según los últimos datos del ICEX, entre enero y octubre la provincia ha comprado en los mercados asiáticos productos por valor de 1.823 millones de euros, lo que representa el 39,5% del total de importaciones de la demarcación. China destaca como principal proveedor, con 1.198 millones de euros -el 26% de todos los suministros que las empresas alicantinas reciben del exterior-, seguida por Vietnam, con 172 millones de euros; la India, con 120 millones; Taiwan, con 58 millones; y Corea del Sur, con 35 millones de euros.

Deslocalización

Por productos, destaca el calzado, que en los diez meses que recogen las últimas estadísticas disponibles suma compras por valor de 564 millones de euros en este continente, donde muchas firmas del sector tienen gran parte de su fabricación desde que decidieron trasladarla allí para ahorrar costes en el inicio de la década de los 2000. Una cifra a la que habría que sumar otros 114 millones en productos de marroquinería.

"Nos preocupa que los ataques que están sufriendo las navieras en el mar Rojo se traduzcan en un nuevo encarecimiento del transporte y que se produzcan retrasos en la cadena de suministros a nivel mundial", reconoce la presidenta de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal), Marián Cano.

Una inquietud que también comparte el director general de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), José Antonio Pastor. "Con el Evergreen tardó seis meses en normalizarse la situación. Estamos hablando de que prácticamente se duplica el trayecto, con lo que tienes que recalcular los tiempos de todo tipo de suministros", apunta Pastor, que también señala el efecto que puede tener en las exportaciones, por el aumento generalizado del coste del transporte.

En este caso, el sector recibe de Asia tanto producto terminado, que luego redistribuye entre sus clientes, como piezas y componentes, sobre todo electrónicos. En total, hasta octubre de este año las compras del sector en esta zona alcanzaron los 94,3 millones de euros. Una cifra similar a la que representaron otro tipo de manufacturas de plástico (94,5 millones), a los que hay que añadir otros 40 millones en productos de caucho.

Materias primas

Pero es que esta situación puede afectar incluso a los productos fabricados en la propia provincia, si la cotización del petróleo sigue al alza y, con ella, la de los polímeros que suponen la principal materia prima de la potente industria del plástico de Ibi, tal y como reconoce el director de la patronal Ibiae, Héctor Torrente. "Si las cadenas de suministro se alargan, eso significa menos producto disponible y una subida de precios que puede afectar a todo", insiste Torrente que, eso sí, confía en que la situación pueda solventarse pronto.

Junto con las anteriores, entre las importaciones de Alicante desde Asia también destacan las relacionadas con el sector textil –unos 120 millones en hilos y tejidos y otros 140 millones en prendas confeccionadas-; la maquinaria y aparatos mecánicos (106 millones), o los aparatos y material eléctrico, que suma otros 123 millones de euros.

Al respecto, el presidente de la patronal autonómica CEV, Salvador Navarro, señala que esta situación no va a suponer un bloqueo al comercio internacional, pero sí apunta que "la paralización y el desvío de los buques retrasará las llegadas a destino, trastocará los planes logísticos y los plazos de entrega y elevará los costes de transacción. Todo ello, en un contexto en el que las empresas ya están soportando una subida generalizada de sus costes".

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Además, recuerda que, en paralelo, "el conflicto ya está provocando subidas en las cotizaciones del gas y el petróleo, lo que, de mantenerse, volverá a subir los costes energéticos de las empresas, y, de modo más severo, de las empresas pertenecientes a las ramas productivas más intensivas en consumo energético".

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