La desaceleración del mercado inmobiliario pasa factura al Consell en Alicante

La recaudación de la Agencia Tributaria Valenciana en la provincia baja en más de 90 millones de euros en el último año por la menor compraventa de viviendas y el descenso de las herencias tramitadas

Una agencia inmobiliaria en Elche.

Una agencia inmobiliaria en Elche. / Antonio Amorós

David Navarro

David Navarro

Las inmobiliarias no son las únicas que han salido perdiendo con la subida de los tipos de interés. El retroceso que ha experimentado el negocio de la compraventa de viviendas en la segunda mitad del año también ha lastrado la recaudación de la Agencia Tributaria Valenciana (ATV), que tiene su principal fuente de ingresos en los impuestos que pagan los compradores de casas de segunda mano.

Así, tras varios años de fuerte crecimiento al calor del boom que experimentó este negocio tras la pandemia, el organismo que dirige Sonia Díaz cerró el pasado ejercicio con una caída de ingresos en la provincia cercana al 8%. En concreto, de acuerdo con los datos del propio organismo autonómico, los derechos de cobro reconocidos de la ATV en Alicante ascendieron a 1.085,4 millones de euros, casi 91 millones menos que el ejercicio precedente.

La mayor parte de este descenso se concentró en la recaudación del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales que, con carácter general, grava con un 10% las transacciones de inmuebles de segunda mano, aunque hay bonificaciones para diversos colectivos. Un tributo que en 2023 aportó 736 millones de euros a las arcas de la Generalitat en Alicante, frente a los 806 del ejercicio anterior.

Valor de referencia

La propia Díaz vincula la caída con el menor número de compraventas formalizadas en la demarcación, que desde el pasado verano acumula mes tras mes descensos que superan el doble dígito. No obstante, el organismo tributario también analiza si se estaría produciendo una bolsa de fraude con la aplicación del nuevo valor de referencia que calcula el Catastro.

En teoría, en las escrituras debería reflejarse este valor y el real de compra, y aplicar el tributo sobre el mayor de los dos, pero desde el Consell señalan que algunos ciudadanos estarían aplicando directamente el que fija el Catastro (pensado para que sea un mínimo), aprovechándose de la situación. Una práctica que también incidiría en las cifra de ingresos de la administración autonómica.

La directora de la Agencia Tributaria Valenciana, Sonia Díaz.

La directora de la Agencia Tributaria Valenciana, Sonia Díaz. / Información

Junto con el anterior, el segundo impuesto que más cae es el de Sucesiones, el que se aplica sobre las herencias, que ha pasado de aportar 116,6 millones en 2022, a 96,4 millones el año pasado, un 17,3% menos. En este caso, la directora de la AVT apunta al menor número de legados que se tramitaron –una vez pasado el pico de mortalidad de la pandemia-, pero también al menor importe de estas herencias.

A esto hay que sumar que ya se están empezando a notar también los primeros efectos de la bonificación del tributo aprobada por el Consell y que exime a los familiares de primer y segundo grado de pagar este impuesto. Una bonificación que se aplica con carácter retroactivo a los fallecimientos a partir del 28 de mayo, pero que al disponer de seis meses para formalizarse (a los que se pueden sumar otros seis meses de prórroga) aún no se había empezado a percibir en la recaudación.

Por lo que respecta al resto de tributos, el impuesto de Actos Jurídicos Documentados supuso unos ingresos de 132 millones (un 0,5% menos); el de Donaciones aportó 8,5 millones (-7,3%); y el de Patrimonio, otros 54,4 millones (+0,4%).

Por su parte, en el apartado de gravámenes vinculados al juego, la Generalitat recaudó más por las salas de bingo, que pagaron 15,3 millones, un 13,5% más, con la recuperación de su público tras la pandemia; los casinos sumaron 2,9 millones (-15,3%); y las tragaperras, 38,2 millones (-1,9%).

En el conjunto de la Comunidad Valenciana, la Agencia Tributaria Valenciana contabilizó unos derechos de cobro totales de 2.406,9 millones, lo que supone un descenso del 4%. A pesar de ello, Sonia Díaz destaca que la cifra aún se sitúa más de un 30% por encima de lo que era habitual en los años precedentes a la pandemia.

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