«Mi mujer me ha despertado porque estaba casi toda la casa llena de humo. He salido a la terraza y al ver la hilera blanca que subía desde el restaurante hemos cogido a los niños -6 y 7 años-y hemos salido corriendo de casa. Nos hemos pegado un susto guapo». El relato es de Jorge, vecino de la quinta planta del edifico desalojado y que fue quien llamó a los servicios de emergencias para comunicar el incendio en el restaurante y el humo que invadía las viviendas del bloque.

«Si hubiera sido de madrugada y nadie se hubiera percatado del olor yo no sé lo que hubiera pasado», señalaba Jorge aún con el miedo en el cuerpo, en plena calle. Su vivienda, pese a ser un ático, fue una de las más afectadas por el humo y el hollín. «Entraba hasta por la cerradura de la puerta. Había una nube irrespirable de humo que recorría tanto el pasillo de la planta como las escaleras del bloque. Lo único que hemos pen