Entrevista | José Antonio Corrales Escritor e inspector de la Policía Local de Elche

"El peor delincuente también es capaz de amar y mostrar sentimientos, todos tenemos luces y sombras"

Presenta "La ceguera del murciélago", su tercera novela negra | El escritor e inspector de Policía ilicitano ha tratado con delincuentes de todo tipo y condición y, en su libro, le da protagonismo a uno de ellos, desnudando psicológicamente al personaje

José Antonio Corrales posa para esta entrevista, en un banco de la Glorieta, con su nueva novela recién salida de la imprenta.

José Antonio Corrales posa para esta entrevista, en un banco de la Glorieta, con su nueva novela recién salida de la imprenta. / Tony Sevilla

Rubén Míguez

Rubén Míguez

Es la tercera novela, y la cuarta publicación, de este inspector de la Policía Local de Elche. La Ceguera del murciélago (Atlantis Ediciones) ha sido finalista del V Certamen «Auguste Dupin» de novela negra. José Antonio Corrales (Elche, 1965) centra el protagonismo, esta vez, en un delincuente, en lugar de en un policía o en un detective como en sus anteriores trabajos. Un libro con una acción tan trepidante y un sorprendente trasfondo que enganchará al lector. Se presenta este jueves 16 de febrero, a las 20 horas, en el Centro de Congresos de Elche, con acceso gratuito.

El título es La ceguera del murciélago. ¿Por qué?

Aunque aparece la palabra murciélago en varias ocasiones en la novela, lo que he querido reflejar es que tenemos luces y sombras. La sombra más oscura representada por el murciélago, un animal un tanto ciego. Si tiene ceguera, la oscuridad es aún más profunda. Me pareció un título evocador. La portada es unas rejas en las que se ve la luz, reflejando la profundidad de la dura situación de estar preso.

Da un giro a sus personajes y, esta vez, le da protagonismo a un delincuente...

Siempre le he dado a los detectives y policías el protagonismo y ahora lo tiene un delincuente. Cada capítulo está jalonado con un informe psicopatológico del centro penitenciario. Lo que quiero es profundizar en la persona y sus circunstancias. Detrás de cada delincuente hay una persona. Cuando trabajaba en esas noches largas hablaba con los detenidos y descubría el lado humano. El peor delincuente también es capaz de amar y mostrar sentimientos. Todos tenemos luces y sombras. Esa humanidad que he percibido por mi trabajo trato de reflejarla en mi novela. Y luego hay una parte romántica, porque yo me he criado en un barrio y mis experiencias infantiles, las buenas, las malas se las dejo a Atanasio, el protagonista (ríe), están reflejadas en la novela, como el colegio o los primeros bailes. 

José Antonio Corrales lee el libro sentado en un banco de la Glorieta.

José Antonio Corrales lee el libro sentado en un banco de la Glorieta. / Tony Sevilla

¿Se basa en hechos reales? 

Mi profesión de policía hace que siempre tenga que aflorar algo de mi experiencia. En los años 90 estuve 12 años en un servicio de seguridad ciudadana nocturno y ahí acopié muchas experiencias. Hay algunos sucesos que aparecen en el libro, sobre todo uno, que sucedió en Elche hace unos años, un crimen. Aunque la palabra Elche no aparece en la novela, sí aparecen palmeras o una basílica que se llama Santa María. Hay tips que el lector ilicitano reconocerá. Cuando hablo del lumpen que se produce en los barrios, la prostitución, parece una ciudad extraña, pero eso es el Elche de 1996, fecha en la que se ubica la novela. Aunque hay partes que transcurren en 1977, en la niñez del personaje. Había en los 90 una delincuencia rampante y crímenes muy violentos por las adicciones a la droga, sobre todo por la heroína.  

¿Es más fácil para un policía escribir una novela negra?

Lo que son procedimientos policiales lo tiene uno chupado. Sin embargo, soy un escritor que no me gusta utilizarlos. Yo me acerco más al lado humano, me gusta la novela negra social, la que baja a la calle, que es sórdida. Pero cuando narro trato de hacerlo que sea verosímil y, si hablo de armas o de condenas, lo hago con propiedad, sin aburrir. Me gusta meterme más en el tratamiento psicológico de los personajes. Mi faceta de escritor cada vez va invadiendo más a la del policía. En mis libros hay más lado humano que procedimientos policiales.

«Mi faceta de escritor invade cada vez más a la de policía, en mis libros hay más lado humano que procedimientos policiales»

El personaje, Atanasio, sufre bullying y maltrato familiar de niño. ¿Condiciona en su actividad delictiva posterior?

Sí, sufre acoso porque se ríen de su nombre. Voy dando pinceladas para crear el retrato robot de una persona atormentada que termina cometiendo pequeños delitos, luego entrando en reformatorios y después comete un grave delito que le lleva muchos años a la cárcel. 

En sus novelas se basa mucho en su experiencia policial en los 90 en Elche. ¿Qué ha cambiado?

Ha cambiado el tipo de delincuencia. Antes había muchos robos en comercios y coches. La mayoría cometidos por adictos a la heroína inyectada. Ahora hay más robos de móviles. Aunque sigue habiendo tráfico de drogas. También Los Palmerales era un barrio más aislado que ahora. Se ha normalizado y se ubican allí la Ciudad de la Justicia, la Guardia Civil o la Policía Nacional. Entonces era un gran hipermercado de la droga.

José Antonio Corrales posa con su nueva novela en la Glorieta.

José Antonio Corrales posa con su nueva novela en la Glorieta. / Tony Sevilla

Se ha centrado en la novela negra. ¿Experimentará otros géneros?

Empecé mi recorrido literario con Te cambio mi vida que es un libro de relatos, que tuvo gran acogida. Después publiqué una novela Robar, matar y destruir que ganó el Premio A Sangre Fría de Novela Negra 2020. Y lancé Barrios de sangre. Las novelas publicadas no están recién escritas, se terminaron hace un tiempo y se presentaron a premios. Esta última tiene un año y medio desde que se terminó. En ese periodo me ha dado tiempo a escribir algo más y tengo una novela sobre la saga del detective Ariel Gil, el de Barrios de sangre, terminada para publicar cuando diga la editorial. Y tengo otra que acabo de terminar y está en revisión, que es de carácter costumbrista, más extensa y me alejo de la novela negra para experimentar en otros campos. La presentaré a algún certamen.  

¿Qué le dicen sus compañeros sobre su faceta escritora?

Tengo una comunidad de lectores y, sobre todo, lectoras. Me apoyan bastante. Cuando saco una novela me preguntan cuándo saco la siguiente, están adictos a mis novelas (ríe). Escribir cuesta, pero sobre todo cuesta publicar. Algunos policías, incluso, se ven reflejados en mis novelas. Me piden que haga un libro sobre la Policía Local de Elche pero, de momento, me gusta más la ficción que hacer una especie de ensayo. Pero todo se andará. El lector quiere una historia con una introducción, un nudo y un desenlace que le toque el corazón. 

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Atanasio sale de la cárcel tras nueve años de condena y vuelve a su barrio. El tiempo entre rejas no le ha servido para ahuyentar los fantasmas del pasado que le asedian con furor.

Rememora dolorosos episodios de su infancia donde sufrió acoso y desamparo. En las 36 horas siguientes a su liberación solo tiene un propósito: localizar a la Chari, su antigua novia.

En un periplo de dolor y resentimiento por las calles de su barrio y los bajos fondos de la ciudad, su recorrido infernal se transforma en una espiral de violencia y frenesí que le conducirá a las oscuridades más profundas de la maldad humana: el dolor, la muerte y la destrucción.

¿Cómo se organiza para compatibilizar la escritura con su labor profesional de policía?

Hay que ordenar mucho la vida. Tengo que leer, escribir, el trabajo y atender a la familia. Aprovecho los momentos que tengo en días de descanso y vacaciones para escribir. A la literatura, lo ideal, es dedicarle unas ocho horas diarias, pero con mi profesión es imposible. Lo voy compaginando como puedo, hay que organizarse.