El edificio cultural de la UMH culminará en agosto tras invertirse 7 millones de euros

Un imponente y moderno edificio de 24 metros de altura se alza en el campus de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche. Rivaliza con sus colores, verde y marrón, con las palmeras del cercano palmeral. No obstante, el edificio adquiere el nombre de «La Valona», en referencia a las copas de las palmeras, de las que toma forma, que son el símbolo más distintivo de Elche.

Es el edificio que la universidad ilicitana destinará como sede de la Unidad de Cultura y de la Escuela de Doctorado. Las obras del edificio cultural de la UMH, con un innovador diseño circular y siete plantas, acabarán el próximo mes de agosto y está previsto que en septiembre abra sus puertas tras dotarle de mobiliario y equipamiento.

En los trabajos se han invertido, finalmente, 7 millones de euros, tras presupuestarse en 5,9 millones. La subida de costes, y que la obra se acogió al Real Decreto de revisión de precios por la crisis generada por la guerra en Ucrania y la inflación, ha elevado el precio final de este edificio que no pasa desapercibido. Además, el sobrecoste ha retrasado la finalización de los trabajos, previstos en 18 meses, y que, finalmente, se harán en 21, tras iniciarse en octubre de 2021.

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Modificación

La universidad ilicitana aprovechó esta circunstancia para modificar el proyecto inicial añadiendo aulas y acondicionándolo para que en el exterior se puedan realizar actividades o clases, con una terraza en la segunda planta que, en un principio, no iba a ser transitable.

Se aumentará así la capacidad del inmueble. «Es un edificio muy diferente, en la Universidad estamos acostumbrados a edificios muy fríos, de aulas, de despachos, con acabados blancos, y este cambia la estética, que es muy peculiar, curvo, y en el interior con sus paredes con vinilo», resalta el vicerrector de Infraestructuras de la UMH, Pedro Vicente. «Es mucho más acogedor», añade. El Rectorado dejará de acoger las exposiciones que ahora pasarán todas a este inmueble.

El inmueble está ubicado en la esquina entre la avenida Unesco y la de la Universidad, en una parcela de 1.260 metros cuadrados sobre los que se eleva el edificio de 4.925 metros cuadrados.

El edificio tendrá un carácter cultural, con varias salas de exposiciones y una cinemateca. Contará también con siete aulas de formación para grupos reducidos.

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Tendrá terrazas accesibles diseñadas tanto para uso de espacio expositivo como de formación al aire libre y un sótano de 500 metros cuadrados para almacenar piezas del patrimonio de la Universidad Miguel Hernández.

Esta torre cultural de 24 metros de altura, además, ofrecerá unas vistas privilegiadas de todo el Palmeral ilicitano. «Muchas de las actividades que se van a realizar en las aulas son de extensión universitaria y también acogerá las actividades de posgrado», explica Vicente. De hecho, en la planta baja habrá una sala con capacidad para más de 80 personas.

Los primeros en trasladarse al nuevo edificio, en septiembre, serán la oficina de cultura, el defensor universitario y la escuela de doctorado. Posteriormente se abrirán las aulas. «Iremos poniendo en marcha el edificio poco a poco, porque hay contratos que van a tardar más, y hay que dotarlo de mobiliario una vez nos entregue el inmueble la adjudicataria, aunque está previsto que a final de año esté ya a pleno rendimiento», indica el vicerrector de infraestructuras de la UMH.

Sala de grados

El inmueble tendrá un sótano, planta baja y cinco en altura, un total de siete. En la planta baja se ubicará una sala en la que está previsto que se expongan todas las tesis doctorales, junto a la Escuela de Doctorado que se ubicará en este edificio. Esa sala de grados sustituirá a la ludoteca que estaba previsto construirse. Tampoco se pondrá la tienda tras abrirse la de la Plaça de Baix. En su lugar habrá más espacio para otros menesteres, como el hall de información o sala de exposiciones.

En la primera planta es donde se ubicará un espacio público con capacidad para 400 personas para grandes eventos. También contará con sala de exposiciones. Habrá aulas en las que se pueden hacer tesis y cursos, algo que se ha querido tener presente en la modificación del proyecto inicial.

En la segunda planta habrá distintas estancias para oficinas y es donde se ubicará la Oficina de Cultura y Extensión Universitaria. Además, en esta planta se abrirá una terraza accesible para poder dar clases en el exterior o realizar actividades, lo que en un principio no estaba previsto en esta zona.

En la tercera planta es donde se ubicará una espectacular cinemateca con capacidad para 120 butacas. Tendrá escenario y camerinos. Además de cine, se podrán desarrollar allí actividades de teatro vinculadas con la universidad e, incluso, el vicerrector de Infraestructuras destaca que es el lugar donde también se organizarán conciertos. «Va a ser polivalente», señala Pedro Vicente. También está prevista una sala de formación en esa planta.

La cuarta planta se ha reservado dos salas de exposiciones. Una de ellas es la llamada «sala negra» ya que sus paredes y techos se han pintado en ese color. Allí se harán exposiciones temporales de pintura y escultura especiales. Y se ubicará, además, una sala para catas con capacidad para unas 25 personas, que también servirá para formación.

Y en la última de las alturas es donde estará un salón comedor para catering o cócteles, que en un principio sustituirá al previsto restaurante. Allí se podrán realizar actos y congresos a partir de 30 personas y con una capacidad de más de un centenar. La terraza mirador para más de 80 personas será una de las zonas más solicitadas de este singular y llamativo edificio.