En el recuerdo no se olvida
Los ilicitanos acuden a los camposantos para visitar y recordar a sus seres queridos en el día de Todos los Santos
Carmen (supuesto nombre) acudió al cementerio para visitar a su marido en el día de Todos los Santos. La mujer, que iba acompañada de su hija, padece de alzhéimer, por lo que sus recuerdos no son tan lúcidos como hace unos años. Mientras paseaban por las calles del camposanto, la tristeza invadía el corazón de Carmen, que perdió a su marido hace seis años.
En cambio, tras minutos de confusión y al encontrarse frente a la tumba de su marido, Carmen recordó por qué estaba allí, y miles de recuerdos volvieron a su mente al leer el nombre de su compañero de vida grabado en la lápida. Apenada, le dejó un ramo de flores de claveles rojos sobre el nicho y, junto a su hija, comenzaron a recordar momentos que, hasta ahora, no había recordado. Esta conmovedora escena es una de las que se repiten en el día de Todos los Santos, donde los reencuentros se llenan de tristeza.
Las familias acuden al cementerio a primera hora para visitar a sus seres queridos y dejarles unas flores junto a su tumba. En un día tan soleado como el de ayer, se escuchaban murmullos de aquellos que decidieron contar cómo van las cosas en casa desde que sus familiares se fueron. Otros apuestan por «hacerles un poco de compañía» mientras limpian un poco el nicho o se reúnen con la familia que hacía tiempo que no veían para visitar y recordar juntos a su ser querido.
Se apreciaban los murmullos de personas que, frente a la tumba, aprovechaban la ocasión para «acompañarles» y contarles cómo van las cosas en casa desde que se fueron. La pieza musical de la Coronación del Misteri d’Elx se encargó de ambientar el lugar, creando una atmósfera de nostalgia, mientras que las familias paseaban por las calles no muy transitadas del Cementerio Viejo de Elche, pues la mayoría acudieron al Cementerio Nuevo.
Tristeza y melancolía
En un día triste como el de Todos los Santos, las flores de colores adornaban los nichos y panteones, recordando con cariño a sus seres queridos que yacían allí. Muchos aprovecharon para limpiar el panteón de su familia con mimo, tacto, mientras que otros escondían sus ojos humedecidos y su mirada triste bajo las gafas de sol, llevando en su interior el peso de la pérdida. El ambiente se llenó de respeto y silencio en este día dedicado a recordar a los fallecidos.
No hubo aglomeraciones, pues las visitas se hicieron de manera escalonada, ya que muchos optaron por acudir al cementerio los días anteriores para evitar el bullicio. El día de Todos los Santos es un momento en el que florecen los recuerdos más nostálgicos con las personas que ya no están, pero que nunca olvidamos.
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