El calor y la sequía en invierno arrasan con más de un 20 % de la cosecha de hortalizas

Las alcachofas y las habas son las principales afectadas en el Camp d'Elx por la subida de temperaturas y la falta de lluvias - El tiempo primaveral mueve a una parte de los agricultores a probar con variedades tropicales como el aguacate y la pitahaya

Recogida de hortalizas en una finca del Camp d’Elx donde están optando por introducir variedades asiáticas por el tirón comercial.  | MATÍAS SEGARRA

Recogida de hortalizas en una finca del Camp d’Elx donde están optando por introducir variedades asiáticas por el tirón comercial. | MATÍAS SEGARRA / j.r.esquinas

J. R. Esquinas

J. R. Esquinas

Las altas temperaturas este invierno y la falta de lluvias en los últimos meses han formado un cóctel poco apetecible para el grueso de los agricultores del Camp d’Elx: se espera una caída en la producción de hortalizas de más del 20% con respecto a otras campañas. Algunas voces del sector agrario pronostican que la merma pueda ser aún peor, afectando del 30 al 50% de la cosecha, alerta Santiago Pascual, secretario local de la Unió de Llauradors i Ramaders.

El colectivo señala que la inestabilidad climática, sumada a la inseguridad en la disponibilidad de riego, ha provocado que una parte de los agricultores directamente hayan optado por no plantar tantas hectáreas en vista del mal encaje que podrían tener, y quienes sí se han arriesgado se encuentran con que los resultados no son los esperados con plantaciones de menor porte porque la tierra no tenía la humedad necesaria, o que se han visto atacadas por hongos o incluso por insectos que han dado la cara meses antes de lo esperado por el tiempo primaveral.

A la izquierda un cultivo de acelga roja en una finca de Peña de las Águilas y a la derecha recogida de pitahayas en Altabix.  | MATÍAS SEGARRA/ INFORMACIÓN

A la izquierda un cultivo de acelga roja en una finca de Peña de las Águilas y a la derecha recogida de pitahayas en Altabix. | MATÍAS SEGARRA/ INFORMACIÓN / j.r.esquinas

Desde la asociación agraria ya avanzan que la reducción en el número de kilos hará que los productos de temporada suban de precio, y que lo notará el consumidor, mientras el productor apenas recibirá unos céntimos de más que no compensarán la caída en la cosecha.

Retroceso

Pedro Valero, de la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja), advierte que las alcachofas y las habas son las principales afectadas por las subidas de temperaturas y la falta de suelos húmedos propicios en esta temporada. «Plantaba alcachofa y cambié a la variedad Green Queen a la que le echas ácido giberélico y puedes engañarla para decirle que tenemos frío aunque haga calor, pero este año no las he plantado, veía el tiempo mal porque no teníamos agua», apunta Clara Guilló, quien recibió el premio Agricultora del año 2022 por Asaja por su explotación de tomates a través de cultivos hidropónicos. Teme por la rentabilidad en sus tierras porque las balsas se les están quedando «muy vacías» y sospecha que puedan haber recortes en el riego para verano si no aumentan las reservas hídricas.

Roque Bru, agricultor y presidente de Riegos de Levante Margen Izquierda, coincide en que al no producirse jornadas de frío, sin llegar a heladas, provoca un impacto de lleno en la alcachofa y el haba a la hora de conseguir la consistencia y calidad óptima, aunque sopesa que la merma se notará también en variedades como el brócoli, la coliflor o el romanesco.

Alternativas

La falta de seguridad por la amenaza del cambio climático está forzando a una parte de los productores, minoritaria por el momento, y sobre todo jóvenes que apuestan por la innovación, a lanzarse a otras variedades que no son tradicionales en la zona, que provienen de climas más tropicales, y que están empezando a funcionar en la comarca. Uno de los casos podría ser el aguacate. Bru resalta que los agricultores «vamos buscando alternativas de cultivos por su buen precio de venta sobre todo» y ve en este fruto, aclamado en los últimos años por sus propiedades nutricionales, que es una buena salida ya que al productor ilicitano se le está pagando entre dos y tres euros el kilo según calibre.

Eso sí, este característico producto se adapta bien al tiempo actual pero requiere de un alto consumo de agua, «y con una calidad en cuanto a salinidad muy exigente, justo lo que no vamos a tener como continúe la intención del Ministerio de transición ecológica de acabar con el Trasvase Tajo Segura», por lo que el representante de la comunidad de regantes tampoco garantiza que el aguacate pueda asentarse en el territorio si no se pueden garantizar recursos, y por el momento sólo se han plantado unas pocas hectáreas.

Hay quienes también están experimentando con variedades exóticas y al mismo tiempo ecológicas, lo que ya de entrada tiene público porque habitualmente ciertos frutos originarios de otros países tienen que ser importados para ser consumidos en España.

El calor y la sequía en invierno arrasan con más de un 20 % de la cosecha de hortalizas

El calor y la sequía en invierno arrasan con más de un 20 % de la cosecha de hortalizas / j.r.esquinas

Piedad Pastor narra a INFORMACIÓN que al quedarse en el paro tras más de dos décadas trabajando en el Museo Arqueológico de La Alcudia decidió reinventarse y junto a varios socios, entre ellos ingenieros agrónomos, se introdujeron en el cultivo de la pitahaya, conocida como fruta del dragón, procedente de Centroamérica y muy cotizada, ya que en grandes superficies llega a costar entre 10 y 16 euros el kilo.

Sergio Vinuesa, uno de los integrantes de Generación Agrícola, que han lanzado la marca «Palpita la fruta», estuvo trabajando en una plantación en Panamá y fue quien dio la idea de apostar por este fruto en Elche para introducirlo en el mercado de proximidad y bajo el sello ecológico, ya que tras estudiar el terreno del que disponen, en una parcela de Altabix, vieron que era óptimo.

En la actualidad tienen más de 2.000 cactus plantados de cuatro variedades, que no requieren de mucha agua, y el pasado verano empezaron a dar frutos. Eso sí, reconocen que es sacrificado porque tienen que polinizar manualmente las flores con unos pinceles y por la noche, ya que en el continente de origen son los murciélagos los encargados de este proceso.

Reconversión

José Manuel García y Esperanza Vicente también dieron un giro a sus vidas hace nueve años, cuando reconvirtieron una finca abandonada de Peña de las Águilas en una explotación agraria certificada como ecológico que han llamado Villa Manolica. Aunque principalmente producen higo en sus cinco hectáreas, han dedicado cerca de una a hortalizas alternativas a la cosecha tradicional en la comarca como la acelga roja, Pak Choi (col asiática que parece una acelga) o el Tatsoi, que proviene de Japón y pertenece también a la familia de las coles.

Entienden que cultivando este tipo de variedades pueden diferenciarse en el mercado y tratar de ser competitivos, ya que han encontrado interés por parte de restaurantes que quieren productos de temporada y proximidad pero al mismo tiempo que den juego por su vistosidad.