Plenos más largos y con manual de instrucciones en Elche

Plenos más ordenados, pero también más largos y casi con un manual de instrucciones sobre la mesa, al menos al principio. La aprobación del Reglamento Orgánico Municipal (ROM) que han impulsado PP y Vox nada más ponerse al frente del Ayuntamiento, siendo obligatorio por ley desde hace 18 años, va a tener su impacto directo en el debate político de la ciudad. Se aproximará más al que tiene lugar en el Congreso de los Diputados.

Dar objetividad al funcionamiento del Ayuntamiento, ordenar los debates y mejorar la calidad democrática. Así define el equipo de gobierno lo que ha pretendido con esta normativa que la oposición ha criticado por vaticinar un autobombo del Ejecutivo de Pablo Ruz..

Esta nueva organización de las sesiones plenarias se podrá ver a partir del Lunes Santo (a las 8.30 horas), el último lunes de cada mes como es habitual, comenzará media hora antes para ganar tiempo y dará a los concejales, especialmente, a los del equipo de gobierno, más posibilidades para intervenir y explicar su gestión.

Habrá desde comparecencias, interpelaciones, preguntas, turno para la información sobre el gobierno municipal...Dependiendo de lo que se vaya a hablar se tenga se llamará de una forma u otra. Los concejales ya han recibido incluso clases magistrales para saber cómo proceder ante tanto cambio.

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En primer lugar, una de las novedades que se introducen es que el alcalde, quien por primera vez en la historia del Ayuntamiento ha delegado la presidencia del pleno en una de sus ediles (lo que ya le permite tomar más a menudo la palabra para defender asuntos o para contestar) podrá realizar una proposición para hacer cualquier propuesta de naturaleza política. Como máximo podrá emplear esta estrategia una vez por sesión.

Comparecencias, interpelaciones y preguntas

Asimismo, los miembros del gobierno municipal podrán comparecer ante el pleno para informar sobre la gestión de su área, bien a petición propia, bien a iniciativa de un grupo político. Tendrán que presentarse cinco días antes y se incluirán en el orden del día.

La interpelación es otra de las herramientas que se incorporan. La oposición podrá pedirlas al Ejecutivo local para conocer los propósitos generales de la política o la actuación del Gobierno en una materia determinada.

Este espacio de debate se reserva para aspectos más concretos que las comparecencias y deberán de pedirse con una antelación mínima de cinco días naturales respecto de la sesión correspondiente. Después seguirán estando disponibles las preguntas, que servirán para que la oposición pueda formular cuestiones a los responsables municipales sobre asuntos todavía más puntuales que los que se abordan en una interpelación. Saber diferenciar qué es cada cosa será el reto.

El equipo de gobierno también va a tener la oportunidad de utilizar el turno de información que figurará en el orden del día de todos los plenos para rendir cuentas sobre sus decisiones.

A vueltas con los gastos del ROM

Por otra parte, los tiempos de intervención de cada concejal valen oro y por regla general se van a mantener como hasta ahora en los plenos ordinarios. El primer turno será de 5 minutos, el segundo de 2 minutos y medio y el tercero de uno.

Eso sí, habrá reglas especiales para los plenos extraordinarios y el debate del Presupuesto, el más sesudo que se aborda cada año. En estos casos, los tiempos suben al doble. Para las interpelaciones y las comparecencias los minutos también están escrupulosamente tasados, y van desde los 60 segundos al minuto.

Enmiendas

Igualmente, va a haber mucho más control sobre las enmiendas, la herramienta que tienen los distintos partidos, tanto en el gobierno, como en la oposición, para tratar de cambiar la moción o propuesta que está debatiendo su rival político.

Estas van a tener que presentarse 48 horas antes y no van a caber las enmiendas in voce ni las autoenmiendas que se hayan presentado en plazo. Otra de las novedades es que el equipo de gobierno sí que va a poder aceptar enmiendas a los presupuestos, 72 horas antes del pleno. Con ello, si un partido político cree que se tiene que aumentar el gasto en un asunto concreto tendrá que decir con detalles cómo lo compensaría.