Trampas humanas contra quienes practican deporte en la naturaleza. Parece el guión de una película de la Serie B pero es completamente real, ha ocurrido en Monforte del Cid, en la zona montañosa de Alenda-Orito, con el resultado de una persona herida.

La víctima, un hombre de 41 años, se encontraba realizando una ruta por uno de los itinerarios rurales situado en la pedanía monfortina de Orito cuando sintió una fuerte punzada en la planta de su pie derecho.

Al detenerse para comprobar que había pisado se percató de la presencia de una trampa humana. Estaba formada por una tabla de madera, anclada al suelo por dos grandes soportes metálicos, de la que sobresalían por el otro extremo una decena de clavos de varios centímetros de longitud que, por efecto de las condiciones atmosféricas, se encontraban oxidados.

La trampa humana colocada en una senda del paraje montañoso de Orito-Alenda. INFORMACIÓN

Además, el artilugio casero estaba perfectamente camuflado en la senda y oculto en la tierra de forma intencionada para no ser visto por los caminantes o corredores. Y eso fue precisamente lo que le ocurrió al excursionista que cayó en la trampa en la tarde del pasado martes. En ese momento estaba corriendo y uno de los clavos le atravesó el pie.

Tras retirar la rudimentaria trampa para evitar que otras personas pudieran resultar heridas se dirigió al hospital, donde recibió las primeras curas y se le administró la vacuna antitetánica.

Los hechos han sido denunciados a la Policía Nacional de Elche y a la Policía Local de Monforte del Cid y ya se ha abierto una investigación para determinar los hechos y tratar de identificar al autor o autores.

En este caso se ha producido un delito de lesiones pero el resultado podría haber sido mucho más grave si un ciclista hubiera caído a consecuencia de la trampa.

Se trata además de una zona muy frecuentada por los aficionados a los deportes de montaña, y también por los amantes de la naturaleza, debido fundamentalmente a su cercanía con la ciudad de Alicante, su buena conexión por la autovía A-31 de Madrid y su proximidad a la cueva de San Pascual en Orito, ubicada en plena sierra de las Águilas, cuya cima ofrece una amplia panorámica de la costa alicantina y de las comarcas limítrofes de l'Alacantí, y el Medio y Baix Vinalopó.

Ciclistas en la sierra del Cid

Los ciclistas también han sufrido en las rutas de montaña de la provincia durante los últimos años acciones vandálicas de carácter anónimo.

En noviembre de 2022 este diario ya informó de que, por segundo mes consecutivo, una o varias personas se habían dedicado a arrojar clavos en el camino de la Sierra del Cid-Chaparrales de Petrer. Así lo denunciaron varios aficionados al ciclismo tras pinchar una o las dos ruedas de sus bicicletas cuando circulaban por la zona próxima a la subida de los Chaparrales. Incluso hubo un par de casos de corredores a pie que se los llegaron a clavar en las zapatillas produciendo heridas leves en el metatarso del pie.

 Fue en la primera semana de octubre de 2020 cuando varios ciclistas alertaron de la presencia de clavos en este enclave ubicado en pleno Paisaje Protegido de la Sierra del Cid y el Maigmó. Concretamente en la subida al abeto. Muchos ciclistas sufrieron entonces pinchazos y alertaron del peligro de caídas que suponía la irresponsable e incívica acción. Sobre todo en caso de pinchar en pleno descenso.