Arranca el proceso para la construcción del nuevo colegio Santa Teresa en Villena

Los alumnos se reubicarán en las aulas del Centro de Formación de Personas Adultas y del CEIP Ruperto Chapí a partir de septiembre hasta que se instalen las aulas prefabricadas - El alcalde espera que la nueva Conselleria de Educación siga adelante con el proyecto

El fin de curso del colegio Santa Teresa de Villena en junio de 2021.

El fin de curso del colegio Santa Teresa de Villena en junio de 2021. / INFORMACIÓN

Pérez Gil

Pérez Gil

El Ayuntamiento de Villena y la dirección territorial de Educación en Alicante han tomado las primeras decisiones para poder actuar en la reforma y adecuación de las instalaciones del colegio público Santa Teresa. Una actuación necesaria para reforzar las estructuras de los diferentes edificios que lo componen, así como para adecuar los espacios a las necesidades actuales para la docencia en los ciclos de Infantil y Primaria.

El alcalde Fulgencio Cerdán lo considera el primer paso para la reposición de este centro, "siguiendo el mismo modelo de actuación seguido en el CEIP Príncipe Don Juan Manuel", como consecuencia de los últimos informes técnicos que confirmaron que “las tareas de reparación y rehabilitación iban a ser más caras que la construcción de un nuevo colegio”.

“El Santa Teresa es necesario para el alumnado pero también para el propio barrio porque actúa como un agente social de integración muy importante para el vecindario”, ha señalado el alcalde durante su comparecencia junto a la edil de Educación, María Server, el director territorial de la Conselleria de Educación, David Vento; la inspectora educativa Luisa Pérez y la directora del centro, Maite Sanz.

Ruperto Chapí y Arco Iris

A partir de esta primera decisión el alcalde de Villena espera y desea que la nueva estructura política de la Conselleria de Educación "respete los acuerdos y la necesidad de dotar al barrio San Francisco del nuevo colegio que necesita".

Por su parte la concejala de Educación señaló que la primera medida consiste en desalojar a los menores del centro y reubicarlos de manera provisional en las instalaciones del Centro de Formación de Personas Adultas (CFPA) Arco Iris y en el colegio Ruperto Chapí hasta que se instalen las aulas prefabricadas.

La concejala de Villena ha añadido que “desde hace un tiempo se han detectado problemas estructurales en los edificios del Santa Teresa, lo que ha motivado una intervención.

Aunque no existe riesgo para la seguridad de los menores ni del profesorado, lo cierto es que hay que prepararse para poder actuar en la reforma integral de este colegio, que no puede realizarse en ningún caso con los niños y las niñas en sus clases”.

Aulas prefabricadas

El director territorial en funciones, David Vento, señaló al respecto que se trata de la solución más factible para atender las necesidades del centro escolar y del barrio, y destacó que “más allá de las incomodidades, lo cierto es que las aulas prefabricadas actuales permiten unas condiciones de habitabilidad excepcionales”.

Al respecto, la inspectora de Educación, Luisa Pérez, también apuntó que “esta medida es para poder actuar lo antes posible en la recuperación del centro escolar, pero en ningún momento ha habido situación de riesgo para el alumnado ni para los docentes”.

Por último la directora del Santa Teresa explicó que los menores serán trasladados a los centros en un autobús cuyo coste correrá a cargo de la Conselleria de Educación. Y posteriormente retornarán también en autobús a las instalaciones de su centro en el barrio San Francisco -conocido popularmente como El Poblao- para comer, puesto que el servicio de comedor se desarrollará con normalidad en un espacio que no está afectado por las deficiencias estructurales del resto del edificio.

Más de 50 años

En la actualidad ya hay uno de los edificios con medidas por motivos de seguridad y la estructura del inmueble que ocupan los alumnos de Primaria también tiene defectos que necesitan de una actuación integral. De ahí que ni el alcalde ni la concejala del área descarten que una de las soluciones sea el derribo y la construcción de un nuevo centro sobre el mismo solar.

De hecho, a los problemas estructurales también hay que añadir las filtraciones que provocan humedades, la obsolescencia de la red eléctrica y del sistema de climatización, la falta de adecuación del espacio y las dificultades de accesibilidad entre otras cuestiones propias de un edificio construido en la década de los años 60. Por eso no está adecuado a la normativa vigente y tampoco cumple con las condiciones que exigen los modelos educativos actuales.