"Los disparos volaban y no miraban ni por los niños ni las mujeres" en Villena

Arranca el juicio por el tiroteo del Rabal en el que dos personas resultaron heridas a raíz de una pelea entre dos clanes, con la Audiencia Provincial blindada por la Guardia Civil y la Policía Nacional por temor a venganzas

La defensa de uno de los acusados, de 89 años, trata sin éxito de que se exima por su supuesto estado mental

"Los disparos volaban y no miraban ni por los niños ni las mujeres que había en la placita", en la que se encontraban entre 40 y 50 personas. Esta ha sido una de las declaraciones del hombre que resultó herido de gravedad en un tiroteo en Villena hace ocho años. La Audiencia Provincial acoge desde este viernes el juicio a tres hombres por este suceso, en el que resultó herida otra persona. Para los acusados el Ministerio Fiscal pide 12 años de prisión por dos supuestas tentativas de homicidio y lesiones, aunque uno de ellos se encuentra en paradero desconocido.

Este suceso obligó a acordonar el barrio del Rabal de Villena en 2016 ante el peligro de venganza entre los dos clanes implicados. Una situación que también ha llevado a que la Policía Nacional y la Guardia Civil blindaran este viernes la Audiencia. Una quincena de agentes de ambos cuerpos se han desplegado, aunque no se ha registrado ningún incidente y todo ha transcurrido con normalidad.

La jornada ha arrancado con el intento de la defensa de R.C.A., de 89 años, de que se le eximiera del juicio, al alegar su abogado que su estado mental no le permite afrontar el proceso, al afirmar que no entiende nada ni sabe dónde está. Dos médicos forenses lo han examinado antes del inicio de la vista, rechazando esta cuestión previa los magistrados. Del mismo modo la Fiscalía ha pedido que se añada a los delitos la tenencia de armas para los dos acusados.

Así, el juicio ha arrancado en la Sección Tercera de la Audiencia con las declaraciones de los dos acusados y después de los dos heridos, en calidad de testigos y perjudicados. El anciano se ha limitado a decir que no entendía lo que le preguntaban, por lo que no ha prestado declaración. Y su nieto, R.C.G. se ha limitado a declarar que no vio nada y que no llevaba ningún arma, rechazando cualquier implicación en el suceso.

Heridos de bala

Después ha intervenido el herido de menos consideración, J.J.M., que ha explicado en la sala que cuando llegó a la plaza del barrio del Rabal donde ocurrieron los hechos el 3 de junio de 2016, R. C.G. "me pidió que pusiera paz, porque si no 'lo voy a tener que matar'", en referencia al hombre de otro clan con el que se había desatado una fuerte discusión, J.J.F., y que acabó recibiendo dos disparos y permaneció varios meses hospitalizado. J.J.M. afirma que se lo llevó a una cuadra que había al lado de la casa, y que en la puerta al girarse recibió un disparo lateral en el pecho, con orificio de salida en un costado. Afirma que el anciano sacó una pistola pero su nieto forcejeó con él, se la quitó y fue quien le disparó.

El acusado de 89 años, junto a un familiar que lo ha acompañado en el juicio

El acusado de 89 años, junto a un familiar que lo ha acompañado en el juicio / J.A.R.

Después ha declarado que se fue corriendo al médico y que identificó cuatro armas de fuego que llevaban las personas que se enfrentaron a J.J.F., asegurando que este no llevaba ningún arma.

Por su parte la víctima principal, que ha testificado por videoconferencia desde Caudete, ha explicado que antes del tiroteo "tenía una relación buena con ellos, no tenía problemas", en referencia al clan que supuestamente le disparó. Y ha destacado que "me he tenido que ir de Villena, dejar mi casa e irme a Caudete. Lo he tenido que dejar todo", debido a este enfrentamiento.

J.J.F. ha explicado que estaba arreglando una pared en su casa cuando vino una mujer del otro clan gritándole, pidiéndole explicaciones de "por qué no quería que se juntaran mi hija con su nieta". Y el tiroteo llegó cuando volvieron varios familiares de la mujer y un menor que ya fue condenado a 15 meses de internamiento en 2019 por estos hechos, "dio cinco disparos". Después dice que vinieron los otros dos acusados, realizando un disparo el anciano y luego forcejeando con su nieto, que se quedó el arma y disparó contra él, recibiendo un tiro el otro herido cuando trataba de llevárselo.

Después ha explicado que los dos salieron de la cuadra, cada uno para un lado, y que él se fue hacia los tiradores, diciendo que "si tenéis lo que hay que tener, dispararme", recibiendo dos disparos, y una vez en el suelo afirma que uno de los acusados se agachó y le dijo "ves como te hemos matado". Y afirma que contabilizó seis armas, negando que él llevara una.

Del mismo modo, este hombre ha explicado que le quedan restos de una posta en la cadera que no se los han extirpado porque habría que romperle la cadera. Y que tiene dos hernias como consecuencia de las lesiones que le dejó el tiroteo, así como que le falta un trozo de pulmón. Debido a este suceso, tiene reconocida una incapacidad permanente. Cuando ocurrió el suceso, una de las hipótesis que manejaba la Guardia Civil es que la discusión se originara por viejas rencillas entre clanes gitanos a consecuencia de una intervención contra el tráfico de drogas que la Guardia Civil realizó años atrás en el Rabal.

El juicio proseguirá el lunes y el martes con la declaración de testigos y otras pruebas.

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