Ximo Puig: «Dejamos un legado, nos vamos con la cabeza bien alta y las manos limpias»

Los socialistas obtienen cuatro escaños más que en 2019, pero regresan a la oposición tras ocho años en el gobierno de la Generalitat. El castellonense lamenta la «contaminación» de la campaña con asuntos nacionales

Ximo Puig, anoche, en la sede autonómica del PSPV

Ximo Puig, anoche, en la sede autonómica del PSPV / EUROPA PRESS/ROBERT SOLSONA

Diego Aitor San José

Diego Aitor San José

Crecimiento insuficiente. El PSPV mejora los resultados de hace cuatro años, un 28% frente al 24% obtenido en 2019, pero es una subida estéril y hasta amarga. Los socialistas no solo pierden la condición de partido más votado, sino que, lo más importante, dejarán de gobernar la Generalitat a la que llegaron hace ocho años tras una larga travesía en el desierto de la oposición a la que regresan. Y el ambiente en la sede de los del puño y la rosa era acorde con la derrota electoral. Tristeza, lágrimas, abrazos de consolación y hasta cierta incredulidad después de una campaña en la que tocaban con la punta de los dedos un tercer Botànic.

El presidente saliente, Ximo Puig, ha admitido sin ambages la derrota, pero también ha reivindicado el legado que dejan sus gobiernos y la honestidad con la que han trabajado a lo largo de estas dos legislaturas. Así, ha asegurado que se marchan con «con la cabeza bien alta y las manos limpias».

Electoralmente los socialistas regresan a un escenario similar al de 2011 e incluso mejoran dos puntos respecto a aquellos comicios previos a la entrada de la nueva política. Los 31 diputados que compondrán el grupo de los del puño y la rosa en las Cortes los próximos cuatro años supone casi igualar los mejores resultados desde hace 12 años cuando obtuvieron 33 parlamentarios, pero tiene la misma connotación negativa que en aquella cita con las urnas: servirá solo para ser el principal partido de la oposición.

El PSPV crece en las tres circunscripciones en torno a cuatro puntos y en todas les ocurre lo mismo: quedan por debajo del PP que se beneficia de la no entrada de Unides Podem en las Cortes para ampliar su ventaja parlamentaria gracias al efecto de ser la primera fuerza. Los socialistas rozan la barrera del 30% en las provincias de Castellón y Alicante (29%) y se quedan cerca del 27,6% en Valencia.

Ximo Puig compareció a las 23:30 y admitió la derrota sin paliativos. El hasta ahora presidente de la Generalitat comenzó su discurso dando las gracias a los suyos por el apoyo hasta la fecha y destacando la mejoría electoral de su formación, el PSPV, respecto a las últimas dos citas con las urnas, las de 2015 y 2019, un crecimiento que, sin embargo, señaló que había sido «insuficiente». De ahí que admitiera la derrota y felicitase al PP por «ganar las elecciones».

Los resultados en las urnas no impidieron al jefe del Consell hacer balance de lo hecho en ocho años de gobierno. En este sentido, recordó que cuando llegaron al gobierno de la Generalitat la Comunidad Valenciana estaba en una situación de crisis y vinculada a la corrupción y ahora está en récord de empleo y con mejora de todos los indicadores. «Es nuestro legado», declaró, por el que, dijo, se van «con la cabeza bien alta y las manos limpias».

Sobre su derrota, el candidato de los socialistas no consideró como errónea la estrategia de campaña sino que, señaló, ha tratado de explicar «qué se ha hecho», y protestó por la «gran contaminación» de la política estatal. «No se trata de hacer enmienda a la totalidad», indicó. El todavía líder de los del puño y la rosa señaló que su partido ha tratado de «apostar por un modelo de mayoría social» que, a partir de ahora «será alternativo».

Sin trincheras

Sobre el futuro, el actual inquilino del Palau pidió que la sociedad valenciana «no caiga en la división y las trincheras» y apeló a «seguir trabajando por los valencianos». Asimismo, dejó la puerta abierta a su salida al frente de los socialistas para la que ha convocado una ejecutiva este lunes. «Habrá otras personas, otros equipos, pero en el futuro habrá otros gobiernos progresistas en la Generalitat, seguro», aseguró aunque expresó que este no es un asunto que toque hablar ahora. «Cada día tiene su afán», señaló.

Para Ximo Puig, ha resultado «un honor inmenso ser president de los valencianos y valencianas»: Y ha añadido: «Ahora empieza de nuevo el tiempo de la palabra y mantendremos la cabeza alta, las manos bien limpias, el ánimo de seguir trabajando por los valencianos y valencianas», ha asegurado, y ha concluido citando a Antonio Machado: «Todo pasa y todo queda, y el fruto del trabajo, de vuestro trabajo, quedará por siempre».

Puig había apostado claramente por una campaña de carácter presidencialista, que no ha acabado de funcionar. Su buena valoración en los sondeos ha permitido a los del puño y la rosa subir, pero lo ha hecho a costa de sus socios de la izquierda y no de los votos que ha dejado Ciudadanos tras su descomposición. Los guiños al electorado más centrista han acabado siendo insuficientes y quienes respaldaron a Ciudadanos hace cuatro años parecen haberse decantado más por el PP y Vox.