Segunda RFEF

Hércules CF | El grito de auxilio de Lolo Escobar

El entrenador blanquiazul, con sus actos, pide refuerzos sin esconderse: obligado a remontar en Sagunto realizó solo un cambio y fue para quitar un delantero

Lolo Escobar observa el partido de cuclillas delante de sus suplentes en el banquillo de Morvedre.

Lolo Escobar observa el partido de cuclillas delante de sus suplentes en el banquillo de Morvedre. / INFORMACIÓN

Pedro Rojas

Pedro Rojas

No va a ser fácil. En este Hércules nunca lo es. Escobar lo sabe y Paco Peña también. Tal vez por eso el nuevo entrenador del Hércules haga en vez de quejarse para que su grito de auxilio, sordo, sostenido, irrenunciable, llegue a los oídos de quien de verdad tiene la posibilidad de allanarle el camino hacia un «imposible»: llegar a Primera RFEF. El preparador extremeño, con sus actos, deja bastante claro que con lo que tiene ahora mismo no le da para competir con una mínima garantía a largo plazo. A diferencia de su predecesor, no señala públicamente, no se descarga de responsabilidad, no traslada la presión ni se libra de ella, sencillamente lo escenifica donde toca, sobre el campo.

Cuatro cambios sin hacer

Ander Vitoria se quedó en la ducha pese a que tocaba remontar

►El lenguaje no verbal resulta más esclarecedor que la palabrería. Es instintivo, menos disimulable. Por eso, cuando un entrenador que está obligado a remontar un partido a domicilio porque va perdiendo se deja cuatro cambios sin hacer, se sobreentiende el mensaje: señores, rásquense el bolsillo.

Lolo Escobar solo realizó un movimiento en ataque en busca del gol en Sagunto cuando su equipo perdía 1-0: quitar al delantero centro. El mensaje que se traslada con ello no puede ser más desesperado. Dio entrada a Cedrés para ganar profundidad en una banda estéril sin Nico Espinosa, la derecha, y de los dos atacantes que dispuso inicialmente sobre el caucho de Morvedre se quedó con el más barato (y el más eficiente): toda una declaración de intenciones.

La irrupción de Jean Paul ha frenado un drama que podría haber adquirido tintes luctuosos antes del parón de Navidad. La frescura, el descaro y, sobre todo, las ganas y la energía del francés le han dado al Hércules un punto de apoyo que no habría tenido sin él.

No se puede pedir más

Sin apenas tiempo y sin refuerzos, ha sacado el 100% de lo que tiene

►El preparador extremeño ha hecho lo que tenía que hacer con el desaguisado heredado: dotar al bloque de sentido común, reorganizar y solidificar en la medida de sus posibilidades la estructura sobre el césped; recuperar para la causa colectiva a pilares dañados como César Moreno Sandro Toscano; sacarle partido al hombre diferencial, Míchel Herrero; y darle la responsabilidad ofensiva a quien de verdad la deseaba. Seguro que su competencia en el puesto de nueve (con Jack Harper lesionado) también la quería para sí, pero su condición no lo atestiguaba, tampoco su puntería en situaciones claras. 

Ahí se acaba la intervención en la camilla de Urgencias de un entrenador recién llegado que trata de revivir a una plantilla en paro cardiaco. No se le puede exigir más. Siete puntos (que justamente debieron ser nueve) en sus tres primeras jornadas al frente del banquillo. Ha necesitado dos remontadas para ganar dos partidos y se quedó sin el pleno por un gol legal que un árbitro convirtió en fantasma. Pero necesita doce triunfos más, y esos no los va a conseguir con lo que ahora mismo tiene porque los problemas atrás continúan siendo escandalosos.

El Atlético Saguntino llevaba 9 goles en las primeras 15 jornadas. Le hizo 2 al Hércules en 47 minutos. Esto mismo ha pasado más veces. Bloques con dificultades enormes para marcar han hundido la defensa blanquiazul con suma facilidad: Lleida, Terrassa, Formentera... Así es imposible llegar al punto al que aspira este proyecto indefinido.

Enrique Ortiz junto a Jaime Aparici, voz del fondo financiero que presta su asesoría al club, en Fontcalent.

Enrique Ortiz junto a Jaime Aparici, voz del fondo financiero que presta su asesoría al club, en Fontcalent. / Jose Navarro

Centrales... cuanto antes

El entrenador sueña con dos, pero firmar a uno bueno es muy urgente

►El sustituto de Ángel Rodríguez necesita un central duro, rápido, que se sitúe bien, que barra, que se complemente con Riera, un perfil más productivo que destructivo. Dani Marín ha cumplido hasta donde puede exigírsele partiendo desde donde él parte, pero hay que encontrar a un futbolista que sea capaz de acabar con la transparencia defensiva, esa que se manifiesta sobre todo en el hemisferio izquierdo de la zaga y que tiene en jaque descarnado una apuesta deportiva que nació enmarañada.

Monstruo de cuatro cabezas

Exceso de voces defendiendo intereses particulares

►La salida de Carmelo del Pozo, el único que ha logrado una dosis aceptable de independencia en la toma de decisiones en los últimos años, ha coincidido con la entrada en el Hércules de grupos económicos que tienen solo una finalidad: obtener dividendos. Sin embargo, ni quienes llegaron primero ni quien ha surgido por Navidad han mostrado interés en invertir a corto plazo. La suya es más una estrategia similar a la que proponía Toni Freixa: fiscalizar para tutelar los recursos que hay porque bajo ningún concepto les sale a cuenta quedarse con la SAD al precio fijado por su dueño.

Eso significa que hay que escuchar lo que propone Paco Peña, pero también lo que tienen en cartera los prescriptores llegados desde Madrid, los que buscan acomodo en nuevo destino tras revalorizar el Leganés y, por supuesto, a la propiedad en el sentido más amplio de la palabra. Eso, además de no acelerar los procesos, lleva a incurrir en situaciones rocambolescas porque no siempre uno sabe exactamente lo que está haciendo el otro... ni con quién habla fuera de Alicante. Escobar ha gritado, ojalá le escuchen.